Dulce delicia [hyunin]

[15]

Jeongin , Minho y Hyunjin estaban tomando un descanso, mientras el rubio le insistía al castaño.

—Vamos Innie — pidió el rubio,— solo un video, abti te encantaba hacerlos.

— Otro día, hoy no tenemos mucho tiempo.

A pesar de que habían logrado recuperar algunos clientes, Jeongin no habían vuelto a subir videos, todavía le temía a las duras críticas que podría
recibir.

— Se me ocurre algo, — propuso el rubio— ya que no quieres ser tu él que promocione la cafetería, alguien más puede ayudarnos, — dijo mirando al pelinegro.

— ¿Qué?— preguntó este que estaba distraído mirando su celular.

— Tenemos que admitir que Hyunjin es caliente, —
dijó Minho,— cuando las personas lo vean cómo
nuestro chef invitado, van a querer pasar a nuestro
café

— ¿Y qué tengo que hacer exactamente?— preguntó el pelinegro un poco reacio.

— Nada del otro mundo, — dijó Minho — solo  muestra tu sonrisa y tu encanto frente a la cámara.

— No, yo no creo que pueda…— cortó Hyunjin.

— ¿Crees que sea buena idea?— preguntó Jeongin animado.

— Pues, Hyunjin está aquí para ayudarnos, ¿No?—
dijó Minho — vamos, Jeongin no perdemos nada.

— No lo haré, no grabaré nada, — dijó Hyunjin dispuesto a marcharse.

— ¿A dónde vas?— Jeongin lo detuvo, — Espera—
Después de convencerlo, Jeongin acomodó un poco
el peinado del pelinegro, le colocó una rebanada de
pastel y forzandolo a sonreír se dispusieron a tomar
algunas fotos. Cada que parecía que la toma estába
lista, el pelinegro fruncía el ceño o hacia una mueca
arruinando el trabajo del castaño.

— Ya Hyunjin,— pidió el castaño riendo de la actitud del pelinegro, — Por favor, quédate quieto.

Hyunjin asintió. Jeongin lo acomodó una vez más y
cuando estaba por ir a tomar la foto, el pelinegro lo tomó de la mano y dijó.

— Minho puede tomarla, ven aquí.

— No, Minho dijó que…

—Y tú eres el dueño de la cafetería, tienes que aparecer, — dijó Hyunjin.

El castaño se arregló a sí mismo un poco nervioso y se colocó a un lado del pelinegro, por un momento se miraron a los ojos y el rubio sonrió tomando la fotografía en ese instante.

— Ahora dale una probada a Hyunjin, Jeongin — pidió el rubio.

— ¿Qué?— preguntó el castaño saliendo de su ensoñamiento.

— Del pastel, — aclaró Minho soltando una carcajada.

— Claro, — Jeongin se sonrojó y tomó una cuchara
para darle a Hyunjin, y así Minho tuvo la sesión de fotos completa para promocionar la pastelería en la cuenta del castaño.

— Mañana subiremos una historia Hyunjin, — sonrió Minho — asegúrate de estar bien arreglado.

[...]

Jeongin decidió ir a su departamento a arreglarse
para la cena con Charlie, había pensado en no ir pero
después de la pequeña sesión de fotos, el pelinegro
había tomado una actitud un poco extraña y se había marchado.

El pelinegro espero paciente fuera del edificio poco moderno, hasta que finalmente divisó al chico peliazul. Salió de su coche para interceptarlo.

— Hyunjin, ¿qué haces aquí?— preguntó Han nervioso.

— Voy a ir al grano, — habló Hyunjin — se que hay más en está historia de lo que nos haz contado, dime Han ¿era cierto que Charlie es el verdadero culpable?.

El peliazul asintió, — Te voy a contar todo, entra conmigo— pidió Han. El pelinegro asintió y entró
en el edificio del peliazul .

—Charlie y yo comenzamos a salir hace un tiempo, no me quiero hacer la víctima, lo juro, —dijó Han— pero yo jamás había llamado la atención de otro chico así que le creí. Salimos al cine, a cenar, a comer, yo no estába acostumbrado aexpresar mis sentimientos, muchas veces Charlie dijo que me quería así que una tarde cuando estábamos en su departamento me dijó que necesitaba hablar conmigo.

<<— Han, ¿Tu me quieres?— preguntó Charlie.

— Si, mucho, — dijo el peliazul  sonriendo.

— No me lo dices nunca, — reprochó Charlie.

— Te prometo que te lo diré más seguido,  —prometió el peliazul, — haría cualquier cosa por tí.

— No es suficiente, Han, ¿De verdad harías cualquier cosa por tí?— preguntó Charlie.>>

—Entonces me pidió que colocará esa sustancia
en los pasteles de Jeongin, me negué, y Charlie dijó
que entonces lo nuestro estába terminado, que yo no lo quería tanto como decía — admitió el peliazul, — sé que fuí estúpido, — agregó, — justo ese día Minho me había confiado la llave y Charlie lo sabía, llegué más temprano que ellos y dejé caer las gotas en los pasteles que estaban refrigerados.

Hyunjin asintió.
— Le pregunté porque quería hacerle esto a Jeongin
pero nunca me contó, — dijo Han,— le pedí que no lo volviéramos a hacer, realmente me sentí muymal con Jeongin, Charlie me prometió que no lo volveríamos a hacer, pero entonces apareció cuando a Jeongin se le ocurrió regalar rebanadas de pastel, él y Minho estában atendiendo por lo que fue más fácil para Charlie y para mí arruinar sus pasteles desde la cocina.

— Sigo sin entender el motivo por el que Charlie te ordenó que hicieras esto.

— Yo tampoco sé, pero una vez lo escuché hablando por teléfono, estába discutiendo y diciendo que no quería hacer nada más, incluso devolvería el dinero, yo creo que trabaja para alguien más,— dijó Han, — se suponía que ya no haríamos nada después de que te asignaron para supervisar la cafetería, pero después de esa llamada Charlie me pidió una última cosa.

— ¿Qué cosa?— preguntó el pelinegro.

— Las recetas de Jeongin.

— Mierda, — gruñó Hyunjin,— por eso él te estaba
enseñando…

Han asintió, — Jeongin ofreció a pasarme todas sus recetas por escrito, afortunadamente, solo me pasó unas cuantas, Charlie se las llevó.

— Voy a investigar a ese tipo, — dijó Hyunjin  furioso, — Han sé que fuiste una víctima de Charlie pero aún así hiciste lo incorrecto.

— Lo sé, — dijó el peliazul con pesar.

[...]

Cuando Hyunjin salió del edificio se quedó analizando la nueva versión que había obtenido, fue a su oficina necesitaba más información.

Estuvo pensando a conciencia si había algo que
se les estuviera escapando, media hora después, se
dió cuenta que estaba tarde para su cita, era importante que llegara cuánto antes, entre el tiempo
que había pasado en la pastelería y después buscando la dirección de Han su ropa estaba hecha un desastre.

— Bueno, todavía puedo pasar por un cambio de ropa, — recogió los documentos que le servirían más tarde y entró a su auto.