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— Mierda, tenemos aquí casi cuatro meses y no hemos tenido un solo cliente,— bufó la chica pelinegra, — haz algo, toda la gente va solo a la cafetería de Jeongin lo odio.

— No te preocupes cariño, — dijo el hombre a su
lado, — tengo un plan, verás que pronto empezarán
a venir los clientes.

— Eso espero, no quiero volver a tirar todos mis
postres de nuevo, — dijó la chica.

[....]

Habían transcurrido algunos días, los encuentros de Hyunjin y Jeongin no habían sido demasiado amistosos, uno y otro soltándose comentarios molestos.

Por otro lado, Charlie aprovechaba cada oportunidad que tenía para invitar a Han a almorzar, comer, o incluso al cine, el peliazul estaba empezando a sentir cosas por él.

— Han tal vez crees que voy muy rápido, — dijó Charlie mientras iban de camino al departamento del peliazul  después de haber estado el cine, — pero no puedo disimular mis sentimientos por tí, ¿te he demostrado cuánto te quiero no. El peliazul asintió, y le regaló una sonrisa, Charlie volvió a habla

— Es momento de que tú me demuestres lo que sientes por mi, y aceptes ser mi novio, ¿qué dices?
—Han lo abrazó emocionado, no podía creer que
eso le estaba ocurriendo a él,

— Claro que quiero ser tu novio, — dijó por fin.

— Me haces muy feliz, — dijó Charlie, — que tal si vamos a tomar algo para celebrar.

[....]
El castaño y el rubio  estaban terminando de cuadrar el libro de contabilidad, cada dos meses tenían que reportar su rendimiento con el gerente del centro comercial, en base a ello esté decidía si seguir rentando el lugar o le daba la oportunidad a otro comerciante.

— Listo Min — dijó Jeongin, — nos ha ido muy bien, estoy seguro que el señor Hwang está satisfecho
con nuestro trabajo, a la hora del almuerzo iré a sus
oficinas para mostrarle.

— Estoy muy contento Jeongin — dijó Minho, —pronto tendremos que contratar a alguien más porque ya no nos damos abasto para atender a tantos clientes, podríamos extender la oferta a universitarios que estén dispuestos a trabajar medio tiempo.

— Si, eso sería genial —dijó Jeongin — pero esperemos al menos otro mes.

— De acuerdo, — dijó el rubio  — tú eres el que está a cargo. Jeongin simplemente rió.

[...]

Después de arreglarse y sacudir la harina en su ropa, el castaño se dirigía a las oficinas Hwang, le dijó a la recepcionista a qué iba y está le indicó el piso que el castaño sabía de memoria. Al dirigirse al elevador reconoció la figura de Hyunjin, también esperando para subir. No quería discutir de nuevo con él, pensó en retirarse pero fué tarde pues el pelinegro se giró a él.

— ¿Me estás siguiendo pastelito?— preguntó Hyunjin.

— Claro que no, — dijó Jeongin, — yo estoy aquí por un asunto muy importante.

— ¿Qué es?— preguntó Hyunjin.

— No te incumbe, — dijó Liam, las puertas del elevador se abrieron y Jeongin se apresuró a entrar.

Iba a marcar su piso y el pelinegro gritó, — Espera!— el castaño apretó los botones con la esperanza de que Hyunjin no entrará con él pero fué en vano, — Te dije que esperarás, —  Hyunjin comprobó que iban al mismo piso, — también llevó prisa, ¿sabés?.

El castaño asintió, Hyunjin sonrió e iba a agregar
algo cuando las luces comenzaron a parpadear.
— Oh mierda, — el castaño se mordió el labio,
ambos escucharon un fuerte sonido que les indicaba que el elevador se había estancado.

Dulce delicia [hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora