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— ¿Qué ocurre chicos?— preguntó el  peliazul algo
nervioso.

— Acércate, — pidió Jeongin, —Le has estado poniendo algo a mis pasteles, ¿cierto?

— Jeongin yo…

— No me vengas con— Jeongin yo— exclamó Minho frustrado, — ¡ahora mismo nos vas a decir porque le haz estado poniendo eso a los pasteles.

— Han— pidió Jeongin — solo quiero saber porque lo hiciste.

El peliazul bajó la mirada, — Yo, por favor discúlpame, — dijó Han— todo ésto lo hice por

— Hey chicos, ¿cómo están?— irrumpió Charlie, miró las expresiones tensas de cada uno, — ¿qué pasó?— preguntó.

— Charlie, — dijó Han — él me lo pidió.

— ¿Yo qué?— preguntó Charlie, luciendo confundido — ¿qué te pedí?

— Charlie es la persona que me pidió que arruinará el sabor de tus pasteles, él mismo me dió la sustancia, no estoy muy seguro que es exactamente.

— ¿Qué!?— gritó Charlie, — ¿cómo puedes culparme de eso? yo no te pedí nada, — negó el chico.

— La culpa es mía, — dijo el peliazul más cabizbajo que nunca,— pero todo esto lo hice por amor.

— Para está mierda, ¿de que hablas?— gruñó Charlie.

— ¿Qué quieres decir exactamente Han?— preguntó el castaño confundido.

— Bueno Charlie y yo, hemos estado saliendo y

— ¿Qué!?— exclamó Minho frustrado, — yo ni siquiera sabía que eras gay, — gruñó.

— Nunca he salido con Han, — aseguró Charlie, — no de esa manera, — afirmó, — Jeongin tú  sabes lo que siento por ti te lo he dicho, no saldría con alguien más, — repitió.

— Así que arruinaste la reputación de la cafetería
de Jeongin solo porque estabas celoso, — dijó Minho,— ¿Es eso lo que tratas de decir?

— No, ya he dicho la verdad Minho, — dijó el peliazul. — Charlie…

— No, — cortó Charlie, — estás mal Han, yo sólo te veo cómo un amigo, sí, fuimos un par de veces al cine y a cenar, sólo eso y después de este incidente en él que me estás involucrando no puedo ni llamarte amigo, — hizó una pausa, — Jeongin tienes que creerme, yo no tendría ningún propósito en arruinar tu negocio, amo tus pasteles lo sabés.

Todos guardaban silencio, Jeongin le creía a Han
pero por otra parte lo que Minho había razonado tenía mucho sentido, no sabía que pensar, por otra parte Charlie no tenía ningún motivo para sabotearlo, o ¿lo tenía?

— Bueno si nadie creé en mí, no tengo más que decir— dijó Han —  Jeongin siéntete libre de sancionarme, fuí estúpido y confíe en la persona equivocada.

El castaño miró a Hyunjin en busca de su opinión,
— De acuerdo al reglamento de disciplina del centro
comercial, aquella persona que hace algo que afecta
la estabilidad y confiabilidad de este o cualquiera delos negocios de este lugar, será despedido de su
cargo inmediatamente.

Han miró al castaño, — Debes entenderlo, es el
menor de los castigos — dijó nuevamente Hyunjin, —
Jeongin pudo haber enfrentado alguna demanda si los pasteles hacían daño a los clientes.

— Lo lamento, — volvió a decir el peliazul, — se que mis acciones causaron que los clientes dejaran de consumir aquí. De verdad lamento haber causado todo esto, — dió una última mirada a Charlie y salió de la cafetería.

— Jeongin, — dijó Charlie, — espero que no hayas creído nada de lo que él dijó.

— No puedo juzgar ahora, — dijó Jeongin, — por favor vete, hablaremos después.

— De acuerdo, — dijó Charlie, — espero que confíes en mí.

Jeongin simplemente lo miró hasta que abandonó la
cafetería, las lágrimas amenazaban con salir pero
respiró fuerte tratando de alejarlas.

— ¿Estás bien?— le preguntó Hyunjin, colocando su mano en su hombro— Jeongin, — habló Minho, — ¿Qué piensas de lo que dijó Han?

— No estoy seguro, — admitió el castaño, — hay muchas cosas que todavía no entiendo .

— Yo, — habló Hyunjin recordando, — creo que puede ser posible, el otro día ví a Charlie y a Han besándose.

— Bueno, no es una prueba suficiente, — dijó Minho, — Charlie admitió que cenaron juntos, mierda, todo esté tiempo no le pedí salir porque creía que él no era gay, — añadió un poco frustrado. Se quedaron un momento más en silencio, Minho comenzó a ordenar lo que Jeongin había dejado fuera del refrigerador, el castaño de sentó todavía pensativo.

— ¿Qué sucede ahora?— preguntó el pelinegro con tono amable.

— Estoy preocupado por Han — dijó Jeongin.

— Jeongin, él no pareció preocupado cuando hizó
todo esto, perdón pero el no hubiera hecho esto si le
importarás.

— Hyunjin, es que el realmente necesitaba este trabajo, iba perfecto para sus horarios de la universidad y— el pelinegro estaba encantado con la bondad de Jeongin, pero no le parecía justo que se preocupara por alguien que le había traicionado.

— Jeongin tranquilo, — dijó Hyunjin, — el infractor
debe asumir su responsabilidad, tú no le quitaste el
trabajo, esto fue consecuencia de sus acciones.

— Todavía me cuesta creer todo ésto, Han es un chico tímido y tan amable, — dijó Jeongin, — es la persona de la que nunca dudarías.

— No te preocupes más sobre él Jeongin, — pidió
Hyunjin, — mejor piensa en tu cafetería, está situación tiene que mejorar.

El castaño soltó un suspiro, Hyunjin arqueó una ceja, — ¿Porqué suspiraste tan fuerte?

— Nada, — dijó Jeongin.

— ¿Qué está mal pastelito?— preguntó Hyunjin con
el tono con el que solían molestarse.

El castaño entorno los ojos, — Ya te dije que dejes de llamarme así—

Hyunjin sonrió, había logrado que la apariencia frágil del castaño fuera reemplazada por la del chico que nunca se dejaba.

— De acuerdo bebé, — dijó está vez. Jeongin protestó de nuevo, — No es agradable que me llames así— mintió el castaño.

— ¿Y eso porque?— preguntó el pelinegro, — tú eres un bebé Jeongin, quizá tu puedas empezar a llamarme daddy.

— No te llamaré eso, — gruñó el castaño sonrojado.

— ¿Porqué no?— preguntó una vez más el pelinegro,— creo que nos van bien esos apodos, puedo lucir joven pero soy mayor que tú.

— Hyunjin deja de molestar, — pidió Jeongin, pero
esté lo ignoró acercándose aún más al castaño.

— ¿Porqué? ¿Te pongo nervioso?— dijó  Hyunjin  —vamos, llámame por mi nuevo apodo.

— No haré eso, — aseguró Jeongin.

El pelinegro se acercó lo suficiente como para robar otro beso de los labios del castaño, pero solo susurró, — ¿Estás seguro?

— En tus sueños, — dijó Jeongin y se escabulló.

El pelinegro no apartó su mirada del castaño, Jeongin se giró a mirarlo y Hyunjin se acercó y sin darle oportunidad de escapar tomó sus labios en un corto beso, cuando se apartaron dijó.

— ¿Estás listo para llamarme daddy, ahora? -Jeongin frunció nuevamente el ceño, antes de decir.

— ¿Y tú? ¿estás listo para dejar de ser un imbécil?

— ¿Disculpa?— pidió Hyunjin .

— Idiota!— repitió Jeongin escabulledose a la cocina en busca de Minho.

Dulce delicia [hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora