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— Entonces, ¿Seguro que no hay ningún problema Innie?-preguntó Minho por enésima vez. Su primo estaría un par de semanas en Seúl y él le había ofrecido que se quedará con ellos, pero todavía quería asegurarse de que Jeongin estaba cómodo con eso.

— Ningún problema, sonrió Jeongin, — Este también es tu departamento y puedes invitar a quien quieras, tu primo es bienvenido, te lo he dicho durante toda la semana, — dijó mientras preparaba un poco de café. Minho  le sonrió y lo abrazó.

—Estoy seguro que lo pasaremos bien, — agregó, — se supone que llega en el vuelo de las cinco.

—Hace mucho que no lo veo, comentó Jeongin, — me preguntó si todavía ama jugar golf.

— Por supuesto, él lo hace,- dijó rodando blos ojos,-¿me acompañas al aeropuerto por él?

— No sé si Hyunjin pueda cerrar la cafetería, — dijó
el castaño, — lo mejor será que vayas tu solo, pero les cocinaré una deliciosa cena, ¿qué tal?

—Fabuloso, -dijó Minho — pasaré por algo de alcohol, le daremos una bienvenida a lo grande.

—De acuerdo, — dijó Jeongin.

Luego de que Minho se fuera, Hyunjin trató de conversar con Jeongin, todavía no salia de su cabeza la idea de que el castaño y Minho pudieran convertirse en pareja.

-Minho llevaba prisa,- eh, comentó el pelinegro.

—Si, -sonrió Jeongin, -No hay muchos clientes, ¿cierto?

Hyunjin negó, -No, pero todo el día hemos estado sin descanso, — sonrió, cada día aumentan los clientes, esté lugar es todo una mina de oro.

Jeongin rió,-¿Crees que deberíamos cerrar temprano?

Hyunjin se encogió de hombros, -Podríamos, asintió.

Ambos terminaron de recoger las cosas, entonces
el pelinegro se ofreció, —¿Necesitas que te lleve?
Después de todo vamos para el mismo lugar, sonrió.

—¿Podrías parar en el supermercado?-preguntó
el castaño, — tengo algunas cosas que comprar.

—Seguro, -dijó Hyunjin, Vamos.

Después de la cantidad de cosas que el castaño compró Hyunjin se ofreció a ayudarlo hasta su departamento, Jeongin aceptó y el pelinegro dejó las cosas en la barra de la cocina.

—¿Y porqué tanta comida? — preguntó el pelinegro.

—Te aseguro que el domingo por la tarde apenas quedará un poco, — dijo el castaño recordando el
apetito del primo de Minho.

El castaño separó el filete que había comprado y
algunas verduras, Hyunjin todavía lo miraba.
—¿Necesitas ayuda con algo más?— preguntó, —quizás para guardar las cosas.

— No, muchas gracias, — le sonrió Jeongin, — yo lo haré.

— Bien, — dijó Hyunjin, —Uhm, aprovechando que
es temprano, tú… ¿quisieras ir a cenar a algún lugar?

El castaño lo miró sorprendido, ¿acaso Hyunjin hablaba enserio?

— Lo siento Hyunjin, ya tengo algunos planes, informó, — pero si quieres puedes ce.

— En ese caso me voy, -dijó el pelinegro, — hasta mañana Jeongin,- sin darle tiempo a responder fue hasta su departamento.

[...]

La cena había quedado espectacular, Felix, el primo de Minho era tan agradable como Jeongin lo recordaba. Disfrutaron de la noche, aunque Jeongin  sólo tomó un par de tragos, Minho y Felix arrasaron con la botella que Minho había traído.

Dulce delicia [hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora