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Jeongin y Charlie estaban uno frente al otro, en él
mismo restaurante en él que el castaño había arruinado la cita de Hyunjin.

— Por favor come, Jeongin — pidió Charlie, — desde que trajeron los platillos no has probado ni un poco.

— Voy— dijo el castaño, cortando la carne sin el
menor apetito estaba arrepentido de aceptar su invitación, era una cena muy incómoda, ni siquiera tenían un tema de conversación.

— ¿Estás muy cansado? He oído que el café se está llenando de nuevo.— habló Charlie.

— Sí, — dijo Jeongin.

Charlie sonrió, iba a empezar a hablar de nuevo cuando alguien los interrumpió .

— Oigan pero que coincidencia, — exclamó el pelinegro deteniéndose en la mesa de Jeongin y  Charlie, — Espero que no les importe si me uno austedes,— y sin esperar autorización de alguno de ellos tomó la silla y se sentó.

— ¿Qué ordenaron?— miró el plato de Jeongin y
Charlie, — se ve bien,— alzó la mano para dirigirse
al mesero— me puede traer una copa de vino por
favor.

—Hyunjin, ¿Qué estás haciendo?, — preguntó Jeongin, todavía sorprendido por la aparición del pelinegro.

Esté lo ignoró y se dirigió a Charlie, — Charlie ¿puedo saber cuál es tu ocupación?

— Ya lo he dicho, trabajo para mí familia, ¿porqué el interés?

— Bueno, esque he estado hablando con alguien y…

— ¿Y qué?— preguntó Charlie poco interesado.

— Bueno, hablé con Han, sabes explotaste cada parte de él, jugaste con sus sentimientos, eres realmente horrible, ¿sabés?

— Ya les dije que Hann miente,— se defendió Charlie, —yo no he hecho nada.

— Y una cosa más,— dijó Hyunjin, — te he visto con el propietario de “Seven days ” ¿qué negocio tienes con él?— preguntó.

— No sé de qué hablas,— dijó Charlie, — he estado un par de veces en ese lugar, por los postres ¿sabés?

— Uhm, ¿Los pruebas para ayudar a Jeongin  a mejorar su café?— preguntó el pelinegro con ironía.

— Bueno, sí,— dijó Charlie.

— No, no te creo, — dijó el pelinegro, — más bien pienso que lo que buscas es arruinar a Jeongin.

— Hyunjin, no te voy a permitir que hagas esa clase
de acusaciones, — dijó Charlie, aparentemente tranquilo, — Jeongin me disculpas, creo que dejaremos está reunión para otro día, — se levantó de la mesa y salió del restaurante.

— Hyunjin, ¿qué fue todo esto?— preguntó Jeongin.

— Después te digo, ahora come, — dijó Hyunjin, tomó un cubierto y pincho un poco del bistec del castaño, — está duro, mejor vámonos, podemos terminar con esto de una vez.

— Hyunjin, — Jeongin trató de protestar, pero el pelinegro lo apuró a salir.

[....]

— Tío, yo no puedo seguir con esto, — dijó Charlie frustrado, — Tienes que parar, el gerente del centro comercial está haciendo muchas preguntas, nos van a atrapar. Además tú sabes que yo en verdad quiero a Jeongin, y no puedo seguir tratando de conquistarlo si le sigo mintiendo. El hombre miró seriamente a Charlie y después a la mujer a su lado.

— Te he pagado Charlie, no voy a permitir que ahora quieras detenerte, su cafetería cerrará y entonces…

— Lo ves Jeongin — señaló el pelinegro entrando
junto al castaño en Seven days, — ¿nos presentas Charlie?— preguntó Hyunjin.

— ¿Qué hacen ustedes aquí?— preguntó Charlie muy nervioso.

— Mira no tenemos tiempo para tus preguntas, — dijó Hyunjin,— en vista de que no nos vas a presentar lo haré yo, Jeongin él es Tom Park, dueño de Seven days.

— ¿Park?— preguntó el castaño, — ¿Charlie él es tú

— Está bien, — habló Charlie al sentirse acorralado, — ella es Cara, señaló a una chica pelinegra, es la esposa de mi tío, ella atiende Seven days, sus preparaciones son un asco, mi tío le cumple todos sus caprichos y está vez cuando ellos vieron que no tenían clientes porque todos prefieren, “Dulce Delicia” me pidieron ayudarles a sabotearte.

El castaño trataba de asimilar todo lo que estaba
escuchando, — Jeongin, te juro que yo no quería…—
hizo una pausa, — pero le debo tanto a mi tío.

— Suficiente, — dijó Hyunjin, — Señor Park, no tiene otra oportunidad, como gerente de este centro
comercial no autorizare su contrato, cierre su lugar y
nos enfrentaremos en la corte. El daño moral debe
ser resarcido.

— Jeongin, por favor, perdonanos, — pidió Park, — no lo pensé bien sólo quería complacer a mi esposa y… —Cara trató de tomar su mano para que intercediera por ellos.

— Hyunjin, por favor vámonos, — pidió Jeongin afectado. El pelinegro asintió y lo condujo a su auto.

[...]

— Todavía no puedo creer que no nos hayamos dado cuenta de las intenciones de Charlie,— dijó Minho, — cada vez se confía menos en la gente.

— Así es, — dijó Jeongin, — si no fuera por Hyunjin,
seguiríamos como al principio.

— Por cierto, cuando más pienso, más me siento mal por Han, — soltó el rubio.

— Yo también, — dijó Jeongin, — no me sentí bien al tener que quitarle el trabajo.

— Y si yo hubiera sabido que él no era heterosexual, seríamos la mejor pareja, — añadió Minho.

— Búscalo, — dijó Jeongin, — puede que…

— No, — dijó Minho, — mejor vamos a trabajar. El castaño asintió y cuando estaba buscando su mandil para entrar a la cocina, Hyunjin lo interceptó.

— ¿Podrías revisar mi pastel?— preguntó el pelinegro.

— Jeongin, ese estudiante tuyo es guapo y aprendé
muy rápido, — dijó Minho.

— Es porque tiene un buen maestro, — bromeó el castaño, — Minho, yo hice el pastel, Hyunjin solo lo
decoró, — rió Jeongin, — su pastel todavía sabe mal.

— Mi habilidad puede mejorar Jeongin, — dijó Hyunjin , — entonces dime, ¿te gusta como lo he
decorado?

— Se venderá, — dijó el castaño fingiendo desinterés, — ahora que estás catalogado como el chef más caliente de está cafetería, tendremos el lugar lleno de clientes.

Después de las fotos que habían subido, los comentarios eran muy buenos, todos aseguraban que se pasarían pronto para probar el pastel hecho por tan guapo chef.

— Lo tomaré como un cumplido, — dijó Hyunjin a
Jeongin.

— Parece que se están divirtiéndo, — dijó Karina
entrando a la cafetería. — ¿qué hacen?— preguntó.

— Bueno yo, Jeongin me enseñó a decorar un pastel,— dijó el pelinegro.— ¿Se te ofrece algo?

— Necesito hablar contigo,— dijó la rubia, — es importante

— Jeongin, ¿te importa si me ausento un momento?
— preguntó Hyunjin mirando al castaño.

— ¿Tienes que pedirle permiso?— preguntó Karina
con mala cara.

— Karina, estoy en el trabajo y Jeongin está a cargo,
— informó Hyunjin.

Karina se sorprendió con su respuesta, pero todavía
dijó.
— Vamos Hyunjin, no nos hemos visto, te extraño, — y sin esperar la respuesta del castaño tiró de Hyunjin a la salida.

Dulce delicia [hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora