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Cuando Jeongin y Hyunjin se fueron de la cafetería,
Minho comprendió que tenían otro pequeño problema, él sólo no podía atender a tantos clientes.

Durante la primera media hora lo resolvió bien,pero cuando comprendió que ni Jeongin ni Hyunjin llegarían pronto tomó una decisión.

Llamó a una persona en la que todavía confiaba.

[..]

Hyunjin fue directo a su departamento y no a ver a
Karina como el castaño había creído. Tenía mucho que pensar.

La dulzura de Jeongin lo estaba conquistando,convivir día a día con él lo había hecho admirarlo.Le encantaba su forma de ser. Era amable aún en sus peores momentos. Era un chico muy noble. Y muy atractivo.

Por otra parte, estaba  Karina, ella había estado para
él en todo momento, le tenía un cariño especial por
los años que habían compartido.Aunque le enojaba cuando Karina llamaba a Jeongin  niño, Hyunjin tenía muy presente que el castaño era menor que él.

Al parecer Jeongin nunca había estado en una relación y el pelinegro no sabía si él era la mejor opción para Jeongin. No sabía si les interesarían las mismas cosas, sabía que Jeongin tenía muchas experiencias por vivir.

Reflexionó sobre la noche en que las cosas casi se le fueron de las manos. Se dijó así mismo que no debía aprovecharse de la inocencia del castaño, por ello le pidió que olvidarán ese incidente para que las cosas no fueran incómodas entre ellos.

Esa mañana en el almuerzo con Karina, habían estado conversando sobre los viejos tiempos, inclusobhabían compartido algunas bromas, la rubia le reiteró lo importante que era para ella y Hyunjin estuvo a punto de darle otra oportunidad a su relación.

No sabía que hacer, después del incidente en la cafetería podía tratar de explicarle las cosas a la
rubia, o no. De lo que hiciera dependería su futuro.

A Jeongin le tomó algo de tiempo para que su madre finalmente regresara a casa, después de comer, la mujer rubia le pidió que la acompañará a hacer unas compras.

Comprobó la hora descubriendo que la cafetería ya debía de estar cerrando. Se apresuró al lugar.

— Minho, lo lamento…— dijó esperando encontrar al rubio acomodando las cosas. Se sorprendió cuando en su lugar encontró a cierto peliazul. — ¿Han?

Este se sobresaltó al escucharlo, — Jeongin, perdón
por estar aquí — dijó Han inmediatamente, — Minho me llamó, había muchos clientes, él no podía sólo y…

— Tranquilo — dijó el castaño, — gracias por ayudarle.

El rubio apareció en ese momento, — Jeongin  que bueno que llegas, — dijó, — espero que no te moleste que haya llamado a Han, Hyunjin tampocobregresó.

— No hay ningún problema Min, — sonrió Jeongin  y se dirigió a Han— ahora que descubrimos lo que Charlie tramaba sabemos que fuiste una víctima suya, me gustaría que dejáramos esto en el pasado

— ¿De verdad?— preguntó el peliazul. Jeongin le
sonrió y Han caminó hacia él para abrazarlo, —Enserio lamentó lo ocurrido Jeongin, — dijó Han— te juro que estoy muy arrepentido.

— Te creo, — sonrió el castaño, —bueno, ¿ya guardaron todo?, — preguntó.

Minho  asintió, — Sí, estaba a punto de cerrar. -Terminaron de cerrar y Han se despidió de ambos.

— ¿Han?— habló Minho y el peliazul se giró a mirarlo, — no olvides que mañana tenemos un almuerzo pendiente.

Jeongin sonrió al escuchar las palabras de Minho
mientras el peliazul decía, — Lo tengo Minho, ahí
estaré.

— Creí que Hyunjin había vuelto, — comentó el castaño mientras entraba junto a Minjo al departamento que compartían.

— Pues no, no regreso, — dijó Minho tomando asiento en el sofá,
— ¿Cómo te fue con Sara?

— Pues insistió en qué algo extraño había pasado, — dijó Jeongin, — después lo olvidó porque comenzó a hablarme de las bodas de los hijos de sus amigas. Yo nosé cómo va a reaccionar cuando descubra que ni siquiera tengo novio.

— Estoy seguro de que Hyunjin seguirá ayudándote,
— dijó Minho.

— No estoy tan seguro, — dijó Jeongin — espero que haya arreglado las cosas con Karina — añadió algo triste, — Min estoy agotado, iré a dormir.

—El rubio asintió, y el castaño fue a su habitación.

Esa noche ni Hyunjin ni Jeongin pudieron dormir, cada uno repasaba en su mente lo que había ocurrido desde que se conocieron.

El castaño llegó temprano, como de costumbre a
la cafetería, se sorprendió cuando al poco rato entró
Karina aunque Hyunjin todavía no había llegado.

— Karina — dijó el castaño a forma de saludo.
La rubia lo miró .

— Jeongin vengo a hablar con Hyunjin, espero que no te moleste, — dijó.

— No, para nada, — dijó Jeongin, — Uhm yo aprovecho para pedirte una disculpa, — soltó. La chica arqueó una ceja con curiosidad, Jeongin  continuó, — Por lo de ayer, — aclaró, — como ya te habrá dicho Hyunjin, él y yo no estamos saliendo, él aceptó ayudarme fingiendo ser mi novio, como habrás notado mi mamá es demasiado insistente respecto a mi vida amorosa. Yo estaba harto de que tratará de presentarme chicos y… bueno Hyunjin.

— ¿Entonces solo fingieron?— interrumpió Karina
sorprendida.

— ¿Cómo? ¿Hyunjin no te lo explicó ayer?— preguntó Jeongin confundido — bueno tiene sentido, dijó que tú no le creerías…

— Gracias Jeongin, — dijó Karina, — yo estaba pensando que lo había perdido para siempre, —
ahora tiene sentido, el que Hyunjin no me hubiera dicho que ustedes estuvieran saliendo.

El pelinegro entró en ese momento, se le había hecho un poco tarde debido a la mala noche.

— Hyunjin!— exclamó Karina corriendo a su lado, —
Jeongin ya me explicó todo, — le hizo saber, Jeongin y Hyunjin se miraron por unos segundos hasta qué el castaño se giró para entrar en la cocina, no estaba listo para verlos juntos.

— ¿Porqué no me lo haz dicho tú?— preguntó Karina.

— Karina, no hice nada malo, como ya te dijó Jeongin  solo lo estaba ayudando, — respondió el pelinegro sin ninguna emoción.

— Ahora lo sé, — sonrió la rubia, — pero yo creí que estabas jugando conmigo.

— Karina, nosotros no hemos vuelto, por lo tanto
no es como si hubiera jugado contigo, no había nada
que explicar.

La rubia cambió su expresión alegre a una seria,
— Pero Hyunjin, tú sabés lo que siento por ti, además
ayer en el almuerzo sentí que nosotros podríamos
recuperar…

— Karina, basta, — pidió Hyunjin, — tengo que entrar
ahora, de hecho ya estoy tarde.

— Hyunjin, tú, ¿te estás enamorando de ese chico verdad?— preguntó frunciendo el ceño.

— Karina por favor, voy tarde, — dijo Hyunjin, decidiendo no contestar.

Dulce delicia [hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora