Daniela y yo entramos por la parte trasera de la tienda. No fue una tarea difícil: la ventana se hallaba a cincuenta centímetros por encima del suelo y, para subirse a ella, no nos bastó más que dar un pequeño salto.
La bodega estaba a oscuras. Apenas distinguía algo más que siluetas amorfas por doquier. Nos acurrucamos detrás de una caja de gran tamaño, por si teníamos la desgracia de que alguien llegara a revisar la bodega. Un fierro de la pared se me clavaba en la espalda, sin embargo, no era nada en comparación con los pensamientos que me atormentaban. ¿Estarían bien Joseph y Vleick? El dragón había ido tras ellos. Quise ayudarlos, pero Daniela me advirtió de que eso le pondría todo a la bestia en bandeja de plata. Se trataba de que no se hiciese con todos a la vez para que aún quedase alguien que llevase a cabo el plan.
Era el momento de disparar a Belfegor.
Y no podía hacerlo.
Movía el pulgar de arriba abajo sobre la superficie metálica del arma. Acariciaba el gatillo con el índice, consciente de que, si lo apretaba, los problemas para Raised comenzarían de verdad.
⸺¿Qué tal si...? ⸺empezó Daniela.
⸺No. Ahora no.
⸺¿Por qué? Ricardo, estamos mal, demasiado mal.
Suspiré. ¿Cómo se lo explicaba?
⸺Habrá muchos daños si la disparo ahora. Tendré que esperar a que Raised aparezca en público para usarla.
Imaginé a Daniela apretando los puños.
⸺¿Es que no conoces a tu propio personaje? Él no va a salir hasta que haya una amenaza seria. Si lo piensas, nos está evitando a toda costa.
Era cierto. Raised era mucho más poderoso que un dragón de fuego o un grupo de policías. Sabía que nuestros recursos eran muy inferiores a los suyos. Entonces, ¿por qué nos había evitado cuando pudo vencernos desde el principio?
⸺Teme que sepamos cómo derrotarlo ⸺dije.
⸺Exacto. ⸺En la oscuridad, Daniela dio un asentimiento violento⸺. Y no saldrá hasta que sea indispensable. Si salva a la ciudad de un robot gigante, se ganaría aún más el corazón de las personas. No sólo está en juego su vida, también su reputación. ¿No lo ves? Es como si hubiésemos ganado.
⸺Van a morir muchos. Si seguimos con...
⸺Lo de la evacuación no va a funcionar. La gente ya se habría ido con todo el ruido que armamos. Además, serán más los que morirán si no disparas esa maldita pistola.
Daniela tenía razón. No se me ocurría ningún argumento para contradecirla. En cuanto presionase el gatillo de Belfegor, no habría marcha atrás. Antes de que Raised me enfrentase, una gran cantidad de muerte se abriría paso entre la ciudad. Edificios en llamas; gente gritando en busca de sus seres queridos, sin imaginar que yacerían sepultados bajo los escombros de sus casas; niños, de pie en mitad de una calle devorada por el fuego, clamando por sus madres mientras morían achicharrados.
⸺¿Y si Raised no es tan malo? ⸺dije⸺. Salvó a mucha gente.
⸺De cosas que él mismo creó. Todos los peligros se los inventó él mismo para quedar como un héroe. Ricardo, todo esto ya lo sabes. ¿Qué mierda te pasa?
De nuevo, me quedé sin habla. No sabía cómo explicarlo, ni siquiera sería capaz de entablar un diálogo al respecto conmigo mismo. Envidié a Vleick por su capacidad para hacerse preguntas; no cualquiera se cuestionaba todo de ese modo. Algunos, como yo, sólo asumíamos nuestra realidad y nuestros sentimientos.
STAI LEGGENDO
Metaficción
FantasyLos límites entre la ficción y la realidad ya no existen. Tras abandonar una saga de libros que lleva escribiendo durante años, los personajes de Ricardo saltan al mundo real y esparcen el caos. Ricardo sabe que es el único que puede detener aquello...