CAPÍTULO XVI-VLEICK

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Encontrar a Ricardo fue más fácil de lo que pensábamos. Mientras corríamos a través de las calles desoladas, descubrimos una tienda con las luces encendidas. Íbamos a ignorarla, pero escuchamos los sollozos provenientes del interior. Fui el que le hizo notar a Joseph que podía tratarse de alguien que necesitaba ayuda. Entramos por la ventana trasera y nos quedamos absortos a descubrir a Ricardo. Lloraba sobre un pequeño charco de sangre que provenía de una herida en su cabeza. Encogido en el suelo, parecía un niño indefenso.

Caminé hacia él con cuidado. Busqué a Daniela, pero no estaba en ningún sitio. Joseph fue quien se inclinó sobre él y dijo:

⸺¿Ricardo? Estamos aquí.

Tuvo que repetir la pregunta para que Ricardo le contestase con un gesto de la cabeza. Joseph y yo nos miramos, sin saber con exactitud qué significaba. Su llanto era más suave que el de unos minutos atrás, cuando lo oímos a las afueras de la calle. Ahora, sus lágrimas eran las de alguien que encontraba hombros amigos en los que llorar. Había pedido ayuda y, por mera casualidad (o quizás el autor verdadero lo quería así) habíamos llegado para acompañarlo.

Joseph le rodeó los hombros con el brazo. Entonces supuse lo peor. Si Ricardo lloraba y no había rastro de Daniela en ningún lado, eso significaba que...

⸺¿Y Daniela? ⸺pregunté. No quería dar por hecho nada sin recibir antes una confirmación de su parte.

⸺Raised la convirtió en acólita. ⸺Ricardo mantenía la cabeza baja, oculta entre los brazos de Joseph. Me recordó a un niño pequeño.

Estuve a punto de caerme de la impresión.

⸺Pero se puede revertir, ¿no?

⸺Sí, de hecho, de seguro acaba pasando.

Me aliviaba que Ricardo estuviese convencido de ello, sin embargo, no entendía por qué lo afirmaba; Raised no tenía motivos para renunciar a uno de sus acólitos. ¿Y si consideraba que tenía tanto poder que se permitía un lujo como ese? No, Raised no haría eso.

⸺Raised quiere hablar conmigo. Le dije que nos reuniríamos en el parque dentro de dos horas.

⸺¿Vas a aprovechar ese tiempo para elaborar un plan? ⸺dijo Joseph⸺. Es más que suficiente y hasta podría estar muerto antes.

Ricardo negó con la cabeza.

⸺Pienso reunirme con él y hablarle; se lo merece.

⸺¿Merecer? ⸺gruñí⸺. Lo único que se merece es morir.

⸺No te lo voy a negar, pero, como escritor, me cuesta bastante no empatizar con mis personajes, incluso si son como él.

No contesté. Me parecía una locura que Ricardo hablase sobre reunirse con Raised y, al mismo tiempo, encontraba un sentido aterrador a sus sentimientos. Me había enterado de mucho durante su proceso de escritura en el bosque. Descubrí que los escritores, por encima de muchas cosas, priorizaban la empatía hasta por los seres más horripilantes; de otro modo, escribir sobre ellos les resultaría imposible.

⸺No se preocupen; el plan sigue en pie. De hecho, creo que deberían de marcharse; no tienen nada que hacer aquí.

Joseph negó con la cabeza.

⸺De aquí nos vamos todos o no se va nadie.

Ricardo le dirigió esa clase de sonrisa que se suele reservar para quien se considera un soñador demasiado ingenuo.

MetaficciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora