El fin de semana llegó con una calma inesperada. Ana despertó esa mañana con una sensación extraña, una mezcla de felicidad y confusión que no había anticipado. La cena en casa de Marcos había sido maravillosa, pero al mismo tiempo, había dejado una semilla de duda en su mente. Se sentía atraída por él, eso era innegable, pero también sabía que debía proceder con cautela.
Decidida a despejar su mente, Ana se vistió rápidamente y salió a dar un paseo por el parque cercano. El aire fresco y el sonido de las hojas crujientes bajo sus pies la ayudaron a relajarse un poco. Se dejó llevar por el paisaje, permitiendo que sus pensamientos fluyeran libremente.
A lo largo de su paseo, no pudo evitar pensar en Daniel y en cómo había terminado su relación con él. El mensaje que le había enviado días atrás seguía en su mente, como un recordatorio de que su pasado aún tenía un peso considerable en su vida. Había decidido no darle muchas vueltas, pero ahora, con lo que estaba surgiendo con Marcos, esas dudas volvían a asomarse.
Después de caminar durante un buen rato, Ana decidió sentarse en un banco junto al lago. Observó a las personas que pasaban, algunas en compañía, otras solas, cada una inmersa en su propio mundo. Le recordó que todos llevaban sus propias cargas, sus propios miedos y esperanzas.
Mientras estaba sumida en sus pensamientos, su teléfono vibró en el bolsillo. Era un mensaje de Marcos.
"Buenos días, Ana. Estaba pensando en lo bien que la pasé anoche. ¿Qué tal si hacemos algo juntos este fin de semana? Tal vez una excursión o simplemente un paseo. ¿Qué te parece?"
Ana sonrió al leer el mensaje. Marcos tenía una forma de hacerla sentir especial, de hacer que todo pareciera más sencillo. Sin embargo, antes de responder, decidió tomarse un momento para reflexionar. ¿Era esto lo que realmente quería? ¿Estaba lista para abrir su corazón de nuevo, sabiendo lo que había pasado antes?
Finalmente, decidió que no podía dejar que el miedo dictara sus decisiones. Si había algo que había aprendido en los últimos meses, era que la vida estaba llena de incertidumbres, pero también de posibilidades. Y Marcos representaba una posibilidad que no quería dejar escapar.
"Me encantaría, Marcos. ¿Alguna idea en mente?"
Marcos no tardó en responder.
"Podríamos ir a ese parque natural que mencionaste el otro día. He oído que es hermoso en esta época del año."
La idea le pareció perfecta a Ana. Era el plan ideal para despejar su mente y disfrutar de la compañía de Marcos sin las distracciones de la ciudad.
"Suena perfecto. ¿Te parece si salimos mañana por la mañana?"
"Hecho. Te recojo a las nueve."
Con los planes hechos, Ana se sintió más tranquila. Decidió pasar el resto del día en casa, organizando sus cosas y dedicando tiempo a leer. Mientras avanzaba en su lectura, sus pensamientos seguían volviendo a Marcos, a la cena de la noche anterior, a cómo se había sentido al estar cerca de él.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Ana volvió a revisar mentalmente los eventos de los últimos días. Sabía que estaba en una encrucijada emocional, con su pasado y su futuro chocando en un punto crítico. Pero también sabía que debía tomar las riendas de su vida y decidir qué era lo mejor para ella.
Al apagar las luces y cerrar los ojos, se permitió un momento de esperanza. Tal vez, solo tal vez, este nuevo comienzo con Marcos era exactamente lo que necesitaba para dejar atrás los fantasmas del pasado y abrirse a lo que el futuro tenía reservado.
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Poliamor - Tres corazones, un solo amor
Ficção AdolescenteAna es una chica oficinista, que toma la decisión más loca de toda su vida. La cual hace que toda su vida amorosa se vuelva un nudo, al estar enamorada de dos chicos super complicados. Acompáñame en esta historia llena de amor y confusión.