Capítulo 20: Conversaciones Necesarias

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El fin de semana llegó con un aire de incertidumbre para Ana. Después de la conversación con Carla, había intentado mantener la calma y no sacar conclusiones precipitadas, pero la inquietud persistía. Sabía que la única forma de resolver este asunto era hablar directamente con Marcos.

El sábado por la tarde, Marcos llegó a casa de Ana, como lo hacían habitualmente para pasar el tiempo juntos. Ana lo recibió con una sonrisa, aunque por dentro sentía un torbellino de emociones. Decidió que lo mejor sería disfrutar del día y buscar el momento adecuado para abordar el tema.

Pasaron la tarde en un parque cercano, caminando y charlando sobre temas triviales. Ana se esforzaba por mantener la conversación ligera, pero Marcos notó que algo la inquietaba.

—Ana, ¿estás bien? Te noto un poco distraída —dijo Marcos mientras se sentaban en una banca, observando a los niños jugar en el área infantil.

Ana sabía que no podía seguir postergando la conversación. Respiró hondo y decidió ser directa.

—Marcos, hay algo de lo que necesito hablar contigo —comenzó, girándose para mirarlo a los ojos—. Es algo que me dijo Carla hace unos días, y quiero que lo aclaremos, porque es importante para mí.

Marcos la miró con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Claro, Ana. Dime, ¿de qué se trata? —respondió él, visiblemente atento.

Ana relató con calma lo que Carla le había contado sobre la relación pasada de Marcos y la preocupación que había surgido en torno a la manera en que había terminado. Intentó no sonar acusatoria, pero sí firme en su deseo de entender mejor la situación.

Marcos escuchó en silencio, su expresión cambiando a medida que Ana hablaba. Cuando ella terminó, él exhaló lentamente, como si estuviera procesando cómo responder.

—Ana, agradezco que me lo hayas dicho y que me des la oportunidad de aclarar esto. Es cierto que tuve una relación antes de conocerte, y es cierto que no terminó bien. Sin embargo, quiero que sepas que no es algo de lo que esté orgulloso. Fue una época difícil para mí, y cometí errores que me costaron esa relación —comenzó Marcos, con un tono serio y reflexivo.

Ana lo observó con atención, intentando discernir la sinceridad en sus palabras.

—La persona con la que estuve entonces y yo éramos incompatibles en muchos aspectos, y en mi intento de hacer que las cosas funcionaran, creo que me volví más insistente de lo que debía. No justifico mi comportamiento, pero he aprendido mucho desde entonces. Lo último que quiero es repetir esos errores contigo —continuó Marcos, mirándola con una sinceridad que Ana no había visto antes.

Ana asintió lentamente, apreciando su honestidad, pero todavía necesitaba más claridad.

—Marcos, quiero entenderte. Quiero confiar en ti, pero también necesito sentir que esto es diferente, que no vamos a repetir patrones del pasado —dijo Ana, expresando su necesidad de seguridad.

—Te prometo, Ana, que lo es. He trabajado mucho en mí mismo desde entonces, y mi prioridad es construir algo sano y honesto contigo. Si en algún momento sientes que estoy siendo injusto o insensible, quiero que me lo digas. Estoy aquí para ti, y quiero que sigamos creciendo juntos —respondió Marcos, tomando la mano de Ana entre las suyas.

El gesto cálido de Marcos y su disposición a hablar abiertamente tranquilizaron a Ana. Sabía que las relaciones no siempre eran fáciles, pero en ese momento, sintió que ambos estaban dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para que funcionara.

—Gracias por ser honesto conmigo, Marcos. Realmente aprecio que me lo hayas aclarado. Vamos a tomarnos las cosas con calma, pero quiero seguir adelante contigo —dijo Ana, sintiendo que un peso se levantaba de sus hombros.

Marcos sonrió, aliviado de que la conversación no hubiera terminado en un conflicto. Pasaron el resto de la tarde juntos, disfrutando de la compañía mutua y con la promesa de ser más abiertos y conscientes en su relación.

Poliamor - Tres corazones, un solo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora