Los días que siguieron a la conversación con Marcos fueron de un vacío emocional que Ana no podía haber anticipado. Aunque había pedido tiempo para pensar, la soledad y la ausencia de Marcos en su vida cotidiana eran como un peso constante en su pecho. Se sentía atrapada en una maraña de emociones, entre el amor que aún sentía por él y la desconfianza que su pasado había despertado.
Ana decidió enfocarse en su trabajo y en pasar tiempo con amigos, buscando distraerse de las dudas que la asediaban constantemente. Carla se convirtió en su principal confidente durante esos días. Hablar con ella ayudaba, pero nada parecía acallar el conflicto interno que vivía.
—¿Crees que estás haciendo lo correcto? —le preguntó Carla una tarde mientras tomaban café en el parque.
Ana miró el horizonte, perdida en sus pensamientos antes de responder.
—No lo sé, Carla. Sé que lo amo, pero el miedo es tan fuerte. No puedo dejar de pensar en lo que pasó con Isabel, en la posibilidad de que algo así vuelva a suceder. ¿Y si me estoy engañando a mí misma al pensar que Marcos ha cambiado? —dijo Ana, con un suspiro de frustración.
Carla asintió, con comprensión en su rostro.
—Es normal sentir miedo, Ana. Nadie puede culparte por protegerte. Pero al final, tienes que preguntarte si quieres arriesgarte a confiar en él o si prefieres alejarte para siempre. No hay decisiones perfectas —dijo Carla, con la sabiduría que siempre había caracterizado su amistad.
Ana asintió, sabiendo que Carla tenía razón. En su corazón, sabía que el amor requería riesgos, pero ¿estaba dispuesta a tomarlos nuevamente?
Una semana después, Ana recibió un mensaje de Marcos. Era breve, pero claro.
Marcos: "Ana, te he dado el tiempo que me pediste, pero necesito saber si aún tengo esperanza. Si estás lista para hablar, dímelo. Si no lo estás, lo entenderé. Solo quiero ser honesto y no dejarte más dudas."
El mensaje la dejó paralizada. Sabía que la decisión que estaba evitando había llegado a su puerta. No podía seguir prolongando la situación, ni dejar que el miedo la controlara para siempre. Si quería una respuesta, necesitaba enfrentar lo que sentía, sin huir de la realidad.
Ana se pasó la tarde pensando, repasando una y otra vez las conversaciones que había tenido con Marcos, los momentos que habían compartido, y lo que había descubierto sobre su pasado. Al final, tomó una decisión.
Respondió al mensaje de Marcos:
Ana: "Podemos hablar. Ven a casa esta noche."
Cuando Marcos llegó esa noche, Ana lo esperaba en el sofá. La tensión era palpable en el aire, pero ambos sabían que esta conversación determinaría el rumbo de su relación.
Marcos se sentó frente a ella, mirándola con una mezcla de ansiedad y esperanza.
—Ana, sé que esto ha sido muy difícil para ti, y lo lamento profundamente. No quería ponerte en esta situación, pero no puedo cambiar mi pasado. Solo puedo prometerte que no soy la misma persona que era con Isabel. Quiero ser mejor, contigo. Pero necesito saber si aún crees en nosotros, si podemos superar esto juntos —dijo Marcos, su voz llena de emoción contenida.
Ana lo miró en silencio, dejando que sus palabras resonaran en ella. Sabía que amaba a Marcos, pero también sabía que ese amor no sería suficiente si no podía superar el miedo que ahora los dividía.
—Marcos, he estado pensando mucho en todo. Y lo que más me duele es que no me lo hayas contado antes, que hayas intentado ocultar algo tan importante. Pero también sé que todos tenemos un pasado. No sé si puedo olvidar lo que pasó con Isabel, pero sé que te amo. Y quiero intentarlo. Quiero confiar en que has cambiado y que podemos superar esto —respondió Ana, su voz quebrándose al final.
Marcos soltó un suspiro de alivio, y una leve sonrisa apareció en su rostro.
—Gracias, Ana. Gracias por darme esta oportunidad. Prometo que no te defraudaré. Te mostraré que soy digno de tu confianza —dijo Marcos, acercándose lentamente a ella.
Ana lo dejó acercarse, y cuando él tomó su mano, sintió que algo en su corazón comenzaba a sanar. Aún quedaban muchas preguntas, muchos miedos que superar, pero decidió que el amor que compartían merecía una segunda oportunidad.
Marcos la abrazó con fuerza, y en ese momento, Ana supo que había tomado la decisión correcta, al menos para ella. Sabía que no sería fácil, que habría días en los que las dudas volverían, pero también sabía que si no arriesgaba, nunca sabría lo que podían lograr juntos.
Pasaron la noche hablando, compartiendo sus miedos y esperanzas, pero también recuperando la cercanía que había sido amenazada por el pasado de Marcos. Ambos sabían que el camino no sería perfecto, pero estaban dispuestos a recorrerlo juntos.
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Poliamor - Tres corazones, un solo amor
Fiksi RemajaAna es una chica oficinista, que toma la decisión más loca de toda su vida. La cual hace que toda su vida amorosa se vuelva un nudo, al estar enamorada de dos chicos super complicados. Acompáñame en esta historia llena de amor y confusión.