Roommates | Jake Sim

capítulo 4

— ¿Hera está llorando?—escuché la voz de Jake mientras entraba a la habitación aunque no pude verlo claramente por las lágrimas. Sentí que se sentó a mi lado y tomó mi brazo.— No llores, por favor, te prometo que nunca tendrás que ver algo así otra vez, seré más cuidadoso, ya no llores...

— No creo que esté llorando por eso... Sólo la he visto llorar así una vez y fue cuando...—Jisung dejó de hablar de golpe. Tallé mis ojos para poder verlo pero no pude descifrar su expresión. 

La vez de la que hablaba fue cuando terminé con él, diciéndole que no estaba muy segura de mis sentimientos y que tenía miedo de lastimarlo y perderlo. Él sólo me sonrió diciendo que lo entendía y que dejara de llorar porque no le gustaba verme así, me compró un helado para que me tranquilizara y al día siguiente habíamos vuelto a ser los mismos de antes de ser novios.

— Por favor di algo, Haneul...—inhalé y exhalé repetidas veces para dejar de llorar y funcionó.

— Estoy... Bien, no se preocupen.—dije tratando de sonreír, me miraron no muy convencidos.— ¿Podrían dejarme sola?

Jisung suspiró asintiendo y le hizo una seña a Jake para que saliera de la habitación con él. Ambos salieron de la habitación y me puse a llorar de nuevo mientras abrazaba mi almohada.

Había sido muy egoísta, solamente hablaba de mis problemas sin importarme los de mis mejores amigos, estaba lastimando a las personas que más quería en el mundo. Pero me prometí que ya no lo haría más, mis sentimientos los guardaría para mí misma para ya no hacer preocupar a mis amigos.

(...)

— Hera... Despierta, ven a comer algo.—sentí que me movían suavemente y me giré entreabriendo los ojos, soltando un quejido por el brillo de la luz. Me senté en la cama con los ojos cerrados, ¿cuándo me quedé dormida? No lo recordaba pero quería seguir durmiendo.— Vamos, hice la cena, sé que no has comido nada en todo el día, debes morirte de hambre.—cuando se me pasó un poco el sueño me di cuenta de que la persona que me estaba hablando era Jake.

— La verdad no tengo hambre...—dije con la voz ronca.

— Pero si no has comido nada... Vamos, herirás mis sentimientos si rechazas mi comida.—pellizcó mi mejilla y sonrió. 

— Está bien, solo deja que lave mi cara primero.—asintió saliendo de la habitación y me puse de pie para ir a lavar mi cara.

Llegué al comedor, sorprendiéndome al ver que había preparado fettucine alfredo, mi comida favorita. Sentí las malditas mariposas en mi estómago, cuando hablábamos por mensaje le había dicho que esa era mi comida favorita. Solté una risa, ¿por qué me ilusionaba yo misma? Lo más seguro es que no lo recordara y simplemente lo preparó porque se le antojó.

— ¿De qué te ríes?—lo miré mientras ponía unos vasos con agua en la mesa.

— Me acordé de un chiste, un chiste muy tonto.—me senté y miré la comida, se veía buena.

— Oh, ya veo.—tomó asiento frente a mí.— Come que se va a enfriar, espero que te guste.—agarré el tenedor, enredando un poco de pasta en este y me lo llevé a la boca. Abrí los ojos en grande, estaba deliciosa.

— Mmmm, Jake, qué rico.—gemí por lo buena que estaba la pasta y comí más.

— No me esperaba esa reacción pero... Me gustó.—levanté la mirada hacia él, desconcertándome al ver que se rascaba la nuca completamente sonrojado. Luego me percaté del sonido que había hecho y me sonrojé también. Me maldije mentalmente por hacer esos sonidos cuando probaba algo delicioso.

Seguimos comiendo en silencio, tal vez sí tenía hambre porque me acabé rápidamente lo que me había servido.

— ¿Quieres más?—preguntó cuando notó que ya había terminado de comer.

— Sí, por favor.—sonrió sirviéndome más pasta.— Gracias.

— No hay de qué... Me alegra mucho que te gustara, es la primera vez que lo preparo y estaba un poco nervioso de que no te gustara, recuerdo que dijiste que era tu comida favorita así que me esmeré aún más para no decepcionarte.—dijo con una gran sonrisa sin mirarme, lo miré sorprendida, en verdad lo recordaba.— Quería hacerte sentir mejor, no sé porqué estabas llorando pero no me gustó verte así.

— Ah... Gracias, no tenías que hacerlo...—murmuré bajando la mirada al recordar la razón por la que estaba llorando.

— Por cierto... Ese chico, ¿Jisung? ¿Quién es? Digo, me dio un sermón que ni mis padres me han dado, ¿es tu amigo?

— Sí, es mi mejor amigo... También es mi ex novio.—mordí el interior de mi mejilla, ¿por qué demonios dije eso último?

— Oh, ahora entiendo...—lo escuché murmurar. Nos quedamos en silencio mientras comíamos, podía sentir la mirada de Jake sobre mí pero no lo miré de vuelta, me sentía algo incómoda.— Se me olvidaba decirte, Sylvie dijo que dormiría en casa de un amigo o novio, no recuerdo bien.—lo miré cuando habló, me aliviaba un poco saber que Sylvie se quedaría con Sunghoon, su compañero de trabajo y su casi algo, aunque me dolía que no me lo hubiera dicho a mí directamente.

— ¿Pasó algo entre ustedes?—se sorprendió por mi pregunta.

— No... Solamente la pelea de la mañana.—apartó la mirada. Algo más debió haber pasado, Sylvie no se iría simplemente por esa pelea tonta. 

— Bueno, gracias por la cena, ya me voy a dormir...—limpié mis labios y me puse de pie.

— ¿Tan temprano? ¿No quieres ver una película?—se apresuró a tomar mi mano.

— Tengo que trabajar temprano mañana, mejor otro día, ¿sí?—me solté de su agarre y me fui a la habitación.

Revisé mi celular, viendo que tenía un mensaje de Sylvie diciéndome que se quedaría con Sunghoon hasta el sábado. Fruncí el ceño, ¿se iría toda una semana?

— ¿Qué demonios pasó entre esos dos?