capítulo 23

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Mordí suavemente el labio de Jake, sonriendo cuando soltó un jadeo en medio del beso y aproveché para comenzar un jugueteo con nuestras lenguas, enredé mis dedos en su cabello mientras me subía a su regazo.

Sus manos cálidas se colaron debajo de mi blusa, acariciando mi espalda y cintura, rozando con los dedos el broche de mi sostén, burlándose de mí. Me separé unos segundos de sus labios para tomar algo de aire y solté una ligera risa comenzando a dejar besos húmedos en su cuello.

Me sujeté de sus hombros para empezar a mover mis caderas en círculos y un gemido se escapó de mis labios al sentir algo duro frotándose contra mi parte íntima, una sensación desconocida, pero nada desagradable, recorrió mi cuerpo. Quise más, por lo que aumenté poco a poco mis movimientos.

Un gruñido salió de la garganta de Jake y sentí sus manos sujetar mis caderas con fuerza, deteniendo lo que estaba haciendo y me alejé un poco para buscar su mirada.

— ¿Qué pasa?

— ¿Estás segura de qué quieres hacer esto?—preguntó acariciando mi mejilla y asentí tomando su mano, besándola con ternura.

— Sí, lo estoy... He reprimido este deseo por mucho tiempo y ya no quiero hacerlo... Te deseo tanto, Jake, por favor, hazme tuya...—su ojos se oscurecieron y de un sólo movimiento ya me encontraba debajo de él, jadeé mirándolo sorprendida.

— No sabes cuanto he soñado con escuchar esas palabras, Hera.—dijo estampando sus labios contra los míos.


(...)


— Buenos días.—saludé entrando a la cocina donde se encontraba Sylvie desayunando, dejó de comer para mirarme boquiabierta.

— ¿Dormiste aquí?—me miró de arriba para abajo mientras yo tomaba un vaso para servirme algo de agua.— Y tienes puesta ropa de Jake... ¡Cochinos! Y yo dormida en la habitación contigua, ya no hay respeto.

— Ay sí, muy asustada pero cuando tú eras la que estaba dándose a alguien ahí si no eras cochina.—fruncí el ceño sentándome a su lado.

— ¿Yo cuándo traje a alguien y tuve sexo mientras estabas en la habitación?—dijo ofendida.

— Déjame ver... Cuando recién nos mudamos trajiste a ese chico, ¿cuál era su nombre? Mmmm... Ah, sí, Sungchan, luego unas semanas después trajiste a uno que gemía como actor porno, Jiseok si no mal recuerdo. También trajiste a uno que era taiwanés, se llamaba... ¡Nicholas! Sí, sí, y esa misma semana trajiste a uno que se llamaba Junho, recuerdo muy bien a ese porque te estuviste quejando de que no te hizo sentir bien... Oh, y antes de que llegara Jake habías traído a Sunghoon un par de veces.—dije contando con las manos y la miré alzando una ceja.— Ahora háblame de respeto.

— No recuerdo haber traído tanta gente...—se tapó la boca sorprendida.— En fin, ya pasó.

— Hija de la...

— Por cierto, ¿por qué Jake no se ha despertado? ¿Qué le hiciste?

— No le hice nada... Nos dormimos hace poco, debe estar cansado.—le di un trago a mi agua ignorando la mirada que me estaba dando Sylvie, esa mirada pervertida.

Me puse de pie para servirme un plato de cereal y desayuné junto a Sylvie mientras hablábamos de diversos temas, era la primera vez que desayunábamos juntas en semanas, aunque no duró mucho ya que recibió una llamada de Sunghoon. Todos los domingos aprovechaban para tener citas, lo cual me parecía muy tierno y romántico, no me imaginaba que Sylvie pudiera tener una relación así después de que por años dijera que no estaba interesada en el romance. Se despidió de mí con abrazo antes de irse a reunir con su novio, quien la estaba esperando en el lobby del edificio.

Roommates | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora