capítulo 9

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Tres días pasaron, tres días en que Jake y yo no nos dirigimos la palabra. Se iba temprano a la universidad y volvía muy tarde por la noche, cuando yo ya estaba durmiendo, me despertaba porque hacía mucho ruido al llegar.

Las cosas estaban mejor así, nos estábamos comportando como roommates, como debimos hacerlo desde un principio.

¿Las cosas estaban bien así? ¿En verdad? ¿Entonces por qué lo extrañaba? ¿Por qué quería levantarme cuando llegaba y preguntarle si ya había cenado?

Suspiré mientras limpiaba mi área de trabajo, faltaba media hora para que mi turno terminara. Le di un vistazo a la cafetería, habían algunas personas en las mesas, principalmente estudiantes ya que una universidad estaba cerca.

Sentí envidia viéndolos, en verdad quería ir a la universidad pero primero quería tener un lugar propio, por así decirlo, no seguir viviendo con los padres de mi mejor amiga hasta que me graduara. 

Volví a suspirar mientras acomodaba algunas cosas. La puerta se abrió y se escucharon las voces de varios chicos, supuse que un grupo de estudiantes. Me di la vuelta sin levantar la vista mientras me ajustaba el mandil.

— Hola, bienvenidos, ¿qué van a ordenar?—levanté la mirada, respondiéndome al ver que Jake se encontraba en el grupo de chicos. Él también parecía sorprendido de verme.

— Dame un moca, un latte y un iced americano.—el chico más alto habló y asentí.

— Bien, moca, latte y iced americano, ¿algo más?—pregunté anotando la orden en la computadora. 

— No, eso es todo.—dijo dándome su tarjeta.

— ¿Lo quieren para llevar o para tomar aquí?—le devolví la tarjeta después de hacer el cobro y le di su recibo. En mi mente estaba pensando "para llevar, por favor, para llevar". Se miraron entre ellos, encogiéndose de hombros.

— Para tomar aquí.—fantástico, increíble. Le di una rápida mirada a Jake, ni siquiera estaba prestando atención ya que estaba en su teléfono.

— Muy bien, en un rato se los llevo.—sonreí ligeramente y fui a preparar las bebidas. Miré el reloj, sólo habían pasado diez minutos desde la última vez que lo vi.

Terminé de preparar las bebidas y las puse en una charola para llevarla a la mesa donde, con mucho cuidado me acerqué a ellos, uno de los chicos hacía mucho ruido en comparación a los otros dos, se podía escuchar su voz en todo el lugar.

— Jake, tienes que salir con esa chica, es hermosa...—sin querer escuché de lo que hablaban. ¿Una chica? ¿Hermosa? 

— Aquí tienen, que lo disfruten.—dejé las bebidas en la mesa sintiendo la mirada de Jake sobre mí.

— Gracias... Oye.—estaba apunto de irme cuando el chico ruidoso tomó mi brazo, mordí el interior de mi mejilla para no darle un golpe en la mano. Me molestaba mucho que los clientes hicieran eso, ¿quién les daba el derecho de tocar a la gente sin su permiso?

— ¿Si? ¿Se les ofrece algo más?

— ¿Tienes novio? Mi amigo de aquí tiene muy mala suerte con las chicas, ¿te gustaría salir con él? Se llama Heeseung.—soltó mi mano para pasar su brazo por los hombros del tal Heeseung, el cual se notaba bastante avergonzado.— Yo soy Jay, por cierto.

— No, gracias.—hice una mueca y miré a Jake, que miraba a sus amigos con el ceño fruncido más no dijo ninguna palabra.

Me fui de ahí rápidamente sintiendo decepción y enojo, no era la primera vez que unos imbéciles hacían acciones de ese tipo y nunca quise que alguien me ayudara ya que usualmente yo podía sola pero, por alguna razón quise que Jake me ayudara... Tonto, ¿no? Lo rechacé pero quería que me cuidara como si fuera su novia.

La puerta se abrió nuevamente y suspiré lista para volver al trabajo, me di la vuelta sorprendiéndome al ver que era el chico del turno siguiente.

— ¿Y ese milagro que llegas temprano?—pregunté cuando regresó de cambiarse.— ¿Es el fin del mundo? 

— ¡Noona!—comenzó a reír mientras se ponía su mandil, sonreí mirándolo divertida.

— Discúlpame pero siempre llegas diez minutos tarde, no diez minutos temprano, ¿qué pasó?

— No pasó nada, sólo que pensé que ya es hora de hacerme responsable.—entrecerré los ojos.

— ¿Seguro, Kim Sunoo?—me acerqué analizándolo con la mirada, algo me decía que mentía. Se sonrojó soltando una risa y se alejó un poco.

— La verdad es que tenía ganas de una bebida.—se rascó la nuca, lo sabía.— ¿La prepararías para mí? Eres la mejor haciendo las bebidas.

— Está bien... Frappé de chocomenta, ¿verdad?—asintió sonriendo ampliamente. Sonreí también, su sonrisa era contagiosa. Tomé las cosas para hacer su bebida y comencé a prepararla.

— Si quieres yo te puedo preparar algo también.—lo miré y asentí después de pensarlo un poco, siempre se me olvidaba que podíamos tener una bebida gratis.— Té verde sabor mango y manzanilla, helado, ¿verdad?—me sorprendí al escucharlo.

— ¿Cómo sabes mi bebida favorita?

— Me dijiste cuando me estuviste enseñando a preparar las bebidas.

— Pero eso fue hace más de un año, ¿todavía lo recuerdas?—asintió sin mirarme mientras preparaba mi bebida. Volví a lo mío, vaciando el frappé en un vaso y lo decoré con crema batida y sirope de chocolate.— Listo, aquí tienes, Sunoo.

— Espera, ya casi termino.—vació el té en un vaso con hielos y después le echó más hielos ya que los otros se derritieron un poco.— Toma.

— Gracias.—tomé el té y le di un trago.— Mmm, delicioso, te enseñé bien.—solté una risa.

— La verdad sí, me enseñaste muy bien.—comenzó a beber su frappé.— Noona... ¿Conoces a los chicos de esa mesa? Uno de ellos no ha dejado de mirar hacia acá.—señaló discretamente la mesa de Jake y sus amigos.

Les di una mirada, Jake nos estaba mirando intensamente y se giró cuando notó que lo estaba viendo. Ah, déjà vu.

— Es mi roommate, no le hagas caso.

— Bien...—siguió tomando de su bebida y me miró fijamente.— Noona...

— ¿Si?

— ¿Te gustaría salir conmigo mañana?

Roommates | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora