capítulo 27

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— ¡Noona!—Sunoo agitó las manos sonriendo alegremente y me dio un abrazo.

— Hola, Sun.—dije sin ánimos pero intenté sonreírle.

— ¿Qué le hiciste?—frunció volteando a ver a Jungwon.

— No lo sé, le dije que es hermosa pero creo que se enojó o no sé que le pasó.—Jungwon se veía muy consternado por mi actuar.

— No estoy así por ti, es por otra cosa... No me hagas caso.—murmuré pasándome las manos por la cara.

No pareció muy convencido con mi respuesta pero aún así asintió y se despidió de ambos, el turno había terminado media hora antes pero Sunoo como siempre llegó tarde. Estaba apunto de salir de la cafetería cuando recordé el regalo que le había comprado y corrí a entregárselo. Me miró sorprendido y se negó a aceptarlo al principio pero al final logré convencerlo.

Regresé al interior de la cafetería y para mi mala suerte, justo en ese momento las chicas estaban de camino a la puerta y tenía que cruzarme frente a frente con ellas. Sentí sus miradas pero las ignoré caminando más rápido.

— ¡Ya me acordé!—me detuve al escucharla pero no volteé a verla.— Eres la chica que nos dio un sermón en el baño del cine hace tiempo, ¿la recuerdas, Chaewon?

— Sí, sí, cómo olvidarlo si me pareció que nos hablaba una anciana en el cuerpo de una joven.—ambas rieron y apreté los puños, la atención de todos estaba en nosotras.

— Quiero agradecerte porque me acerqué a ese chico y ya llevamos varios meses de noviazgo.—giré al instante al escuchar eso.

— ¿Qué?—comencé a temblar.

— Lo que escuchaste, tengo una linda relación con el chico por el que nos diste el sermón.—sonrió jugando con su cabello.

— Con... ¿Con Jake Sim?—tartamudeé sintiendo que comenzaba a sudar frío.

— Síp, al final resultó que los rumores no eran ciertos, sabes a lo que me refiero.—se mordió el labio guiñándome el ojo.

— Ya vámonos, Yunjin, tengo una clase en quince minutos.—la otra chica dijo mirando su celular y salió, la tal Yunjin le dio una mirada y después volvió a verme.

— Fue un gusto conocerte...—bajó su mirada a mi gafete.— Haneul.

Se despidió con la mano antes de salir para acompañar a su amiga. Me quedé estática, sintiendo unas inmensas ganas de llorar, ¿lo que decía era verdad? ¿Estaba en una relación con Jake?

— Noona...—sentí la mano de Sunoo en mi hombro y volteé a verlo.— ¿Estás bien?—asentí rápidamente y forcé una sonrisa, apresurándome a volver a la barra.

— Vamos, tenemos trabajo que hacer.—le dije con la voz apagada. Asintió acercándose y nos pusimos a lavar los vasos sucios que había de la mañana.

Los clientes no dejaban de mirarme murmurando cosas, cosas que sólo me atormentaban aún más. No, no podía desconfiar de Jake, era ridículo siquiera pensarlo, ¡teníamos planeado casarnos!

No, Jake, no...


(...)


Llegué al departamento alrededor de las once de la noche, Sunoo había tenido algunos problemas contando el dinero de la caja y traté de ayudarlo pero sólo empeoré las cosas. Estuvimos casi una hora haciendo eso hasta que por fin la cantidad de dinero tuvo sentido.

Roommates | Jake SimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora