Capítulo 6.

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—Déjame ir con vos. — Levanté un poco la voz mientras lo perseguía por el resto de la casa, sin obtener lo que quería desde un principio.

—Son problemas familiares, no hace falta que vengas conmigo. — Dijo con seriedad y terminó por cerrar su valija para luego bajarla de la cama.

—Julián soy tu novia, déjame acompañarte en esto. — Rogué casi arrodillandome en la alfombra, pero sabía que aunque lo hiciera él no querría que fuera detrás de él.

—Necesito que te quedes cuidando la casa, ¿Qué parte no entendes? — Cortó la conversación con esa declaración finalmente mirándome a los ojos.

Los papás de Julián tuvieron un accidente en Argentina y él no dudo ni dos segundos en sacar un pasaje para ir a verlos, mi problema no se trataba con que vaya solo hasta Buenos Aires, sino que sabía que allí estaría Emilia, obviamente no era tarada y sabía todas sus intenciones. Julián al ser tan inocente caería nuevamente en sus manos, no lograba entender como había estado con una persona como ella en su momento, aunque yo no era tan buena como creía.

No podía llenarme la boca hablando sobre mí sabiendo que soy la peor del mundo por besar al mejor amigo de mi novio, por puro capricho básicamente. Finalmente lo vi caminar hasta la puerta principal con su valija y un bolso de mano, planeaba quedarse hasta que todo se estabilice y cuanto tiempo Guardiola lo dejará estar.

—Cualquier cosa tenés el número de Enzo. — Dice antes de sonreirme una última vez y marcharse sin siquiera dejar un último beso en mis labios.

Quedé atónita en el lugar después de verlo irse, entendía su punto del que yo me quedara pero a la vez me sentía perseguida por la presencia de Emilia cerca de él. Ya no amaba a Julián, pero todavía sentía una pequeña atracción por él que no me permitía no celarlo, siempre fui bastante insegura y perseguida con el tema de mis relaciones, precisamente por personas como Enzo que son capaces de meterse con alguien que tiene pareja.

Me eché en el sillón con la vista en el techo pensando en todo lo que estaba por pasar, mi mente no paraba de correr contra el tiempo pensando en que Julián se podría ir con Emilia nuevamente o que pueda estar cerca de ella. Considero que no es bueno ser amigo de tu ex, pero para la inocencia de Julián eso estaba bien y obligatoriamente debía respetarlo, al menos en eso podía tenerle un poco de respeto.

Me quedé bajando Tiktok tras Tiktok hasta que las horas pasaron, no tenía hambre y tampoco ganas de cocinar así que simplemente me quedé acostada en el sillón, aún con mi ropa de baile puesta. El timbre sonó haciendo que el sonido retumbe en la casa, bufé un poco cansada y me levanté del sillón para abrir la puerta sin mirar por el pequeño agujero, error mío.

—Buenas morocha — Dice para después pasar sin permiso, tenía una mochila colgada de su hombro izquierdo y una gorra negra para atrás. Lo miré confundida mientras él paseaba por la casa revisandola de arriba a abajo. —, ¿Está el Juli? — Volteó a mirarme finalmente con una sonrisa, aún estaba en estado de shock al verlo aparecerse en mi casa de esa manera, sin preguntar.

—Se fue de viaje, ¿Por qué? — Dije para nuevamente echarme en el sillón sin importarme su presencia en la casa, obviamente lo hice para no caer en sus encantos.

—Me pelee con mi novia y me da paja pagar un hotel. — Dejó su mochila al costado de mi cabeza y se sentó en el sillón de al lado como si fuera su casa. — Nunca había estado en la casa del Juli.

—Vos no te vas a quedar acá. — Afirmé enderezandome en el sillón y con una mirada bastante amenazante cosa de que se redactará y se fuera. Pero todos conocemos a Enzo y no sería fácil sacarlo de mi casa, él siempre consigue lo que quiere. — Así que andate a un hotel o arreglas las cosas con tu mujer.

—Eeh, pero recién llegué, ¿Ya me querés echar? — Preguntó irónico y se acercó a mí para tratar de manipularme como lo venía haciendo hace un mes, porque sí, hace un mes me viene persiguiendo por todos lados.

—¿Entendes el concepto de "Tomar distancia"? — Pregunté sarcástica mientras me levantaba con un poco de molestia y me paré enfrente de él, pero no conté con que se pararía a la misma vez, quedamos muy cerca y simplemente lo que nos mantenía separados era nuestra diferencia de altura. — Andate, no te lo digo más.

—Lo voy a llamar al Juli para ver que dice, total es la casa de él. — Alzó los hombros sacando el celular de su bolsillo para luego mostrarme el contacto de Julián que decía "La araña que pica".

Finalmente no pude decirle ni una sola palabra porque estaba en lo cierto, la casa no era mía y los costos los pagaba Julián. Cuando me propuso mudarnos juntos yo acepté con la condición de que ambos nos dividieramos los gastos de la casa, pero finalmente Julián dijo que pagaría todo para que yo pudiera cumplir mi sueño de tener mi propio estudio de baile.

Puso el celular en altavoz mientras se escuchaba en timbre de este en espera, coloqué mis manos en mi cintura esperando que atendiera para saber que sería lo que me preparaba el destino para esta noche. Finalmente se escuchó la voz de Julián que estaba un poco dormido, al parecer ya había agarrado vuelo y por eso atendía de esa manera.


—¿Qué onda, hermano?, me dijo Sarita que te fuiste de viaje. — Dice con una sonrisa sabiendo que odiaba ese apodo, más cuando salía de su boca.

boludo, tuve una emergencia con mi familia. — Se escucha a través de la línea y miro a Enzo que aún mantenía su sonrisa burlona.

—No quiero cargarte otro peso pero, ¿Te jode si me quedo en tu casa por unos días?, me pelee con Valentina y me da paja pagar un hotel. — Dijo intentando no reírse debido a mi seriedad, me crucé de brazos con molestia y este simplemente me clavó la mirada mientras esperaba la respuesta de Julián. — A parte, tu casa me queda cerca del predio.

Si, si, quédate lo que necesites, de paso cuidas de Sara. — Respondió con tal inocencia que se me formó un nudo en el pecho debido a la culpa que sentía. Enzo me miró con una sonrisa ganadora y me guiñó un ojo para terminar de culminarme la paciencia.

—Tranqui, la voy a cuidar bien a la petisa. — Abrí los ojos con cierta sorpresa, Julián no mencionó nada y finalmente corto la llamada, me miró con firmeza para acercarse a mí finamente. — Ahora no me podes echar, petisa.

Volvió a repetir aquel adjetivo que me había dejado con cierta molestia y un sabor bastante agrio en la boca. Enzo finalmente agarró su mochila y fue camino hacia la habitación en donde dormimos con Julián, corrí detrás de él y agarré sus cosas antes de que se pasarán los límites.

—Vas a dormir en la habitación para las visitas, sino en el sillón. — Dije firme y evitando que siguiera el paso a la habitación, pareció entender la indirecta y el por qué yo no quería que este en esa habitación.

Se rio de mí y sacó su mochila de mis manos para encaminar hacia la habitación de al lado. Me quedé parada en la puerta sin entender por qué todo giraba al rededor de él desde que llegó, no entendía las coincidencias que siempre teníamos y como no me bastaba verlo sólo una vez.

Intenté callar los latidos de mi corazón para evitar confusiones durante las siguientes noches, no podía dejar que Enzo logré lo que tanto se propone, pensaba ser la primera persona que le diría que no a uno de sus caprichos. Me causaba intriga saber sobre la pelea con su novia pero no me creía estar en el lugar como para preguntarselo, menos sabiendo como es Enzo.

Al final ni Dios me va a salvar de esta.

𝗜𝗡𝗖𝗢𝗡𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢𝗡𝗔𝗟 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora