Capítulo 13.

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La semana pasó y quedaban dos días para el viaje a Somerset, hoy iban a venir Enzo y Valentina para el asado que había organizado Julián. ¿Qué pasó con Enzo durante está semana?, absolutamente nada, me parecía absurdo hablarle después de lo que sucedió entre ambos. Simplemente lo ignoraba si intentaba algo o si quería hablarme, no me interesaba nada de lo que él pudiera brindarme. 

Estaba preparando la ensalada, según Julián, la pareja estaba en camino hacia nuestra casa. No voy a decir que tengo el corazón roto, claramente no había caído full en los encantos de Enzo, pero sentía una pequeña molestia en mi pecho que no me permitía seguir estando a su lado. A lo mejor era todo para una sola vez.

—Sara, ya llegaron. — Dijo Julián con una sonrisa mientras jugueteaba con las llaves. Mi relación con él había mejorado bastante en estos días, parecía más atento. Creo que ambos necesitábamos una distancia.

Llevé las cosas hacia la mesa del patio, me sentía un poco intimidada porque estarían presentes nuestras parejas, obviamente no haría nada que levanté sospechas. Ojo de loca no se equivoca dicen y mi intuición decía que algo saldría mal hoy. Primero saludé a Valentina quién parecía estar de buen humor de alguna manera y, luego a Enzo que no supo respetar los límites y deslizó su mano por mi cintura hacia la parte baja de mi espalda. Me solté rápido antes de que alguien nos viera y caminé un poco nerviosa hasta el patio, Julián comenzó a preparar cuatro vasos de fernet mientras hablaba con Enzo. 

Me incomodaba demasiado, no iba a negarlo. Me causaba nervios que Enzo estuviera tan pegado a Julián, los seguí con la mirada a cada lugar al que fueron, parecían estar entretenidos mientras hablaban y preparaban los tragos. Tenía una maquina de coser en mi pierna derecha, la ansiedad me estaba matando y sabía que Enzo sería capaz de decirle algo a Julián, su relación ya estaba rota pero la mía aún seguía en pie, como se podía, pero aún estaba. 

—¿Y Sara?, ¿Qué onda las clases de bachata? — Valentina me sacó de mis pensamientos preguntando con una sonrisa de por medio. Volteé tratando de disimular mi molestia con Enzo y sonreí para tratar de ser amable, la verdad que no me interesaba tener ningún vínculo con ella pero como no había nadie más con quién hablar. — ¿Hay vacante todavía? 

Si hay, pero no para vos.

—Ya tenemos el grupo completo, pero después del viaje abren las vacantes. — Dije mientras Julián volvía a la mesa con los vasos en sus manos, dejó un beso en mis labios y me extendió el vaso. 

Creo que lo más innecesario en mi vida era que Valentina se presentara a mis clases, lo último que me faltaba ver era a Enzo andar de hormonal con ella en medio de mi estudio. Respiré hondo para tratar de contenerme, claramente ya me tocaba los ovarios que esta gente estuviera en mi casa y más, que Enzo estuviera clavándome la mirada de manera intensa. En lo único que pensaba, era en que debería soportarlo por al menos cuatro días y además, sin Julián al rededor, cosa que era peor. 

Simplemente fuimos algo con un poco de calentura, las cosas no iban a pasar a más. 

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El almuerzo pasó, esperaba a que fuera más caótico pero fue todo lo contrario. Hasta me aburría un poco estar ahí. Jugaba con mi tenedor sobre el plato mientras Julián hablaba con Enzo sobre su pase por el Chelsea, intentaba darle consejos para que se adaptara mejor y como llegar entre los equipos. La temporada de Enzo no era la mejor, aún su equipo no ganaba ni un sólo partido y claramente eso le afectaba en su vida cotidiana, Valentina se mantenía callada mientras él hablaba o usaba su celular, parecía que ambas no queríamos hablar con la otra. 

𝗜𝗡𝗖𝗢𝗡𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢𝗡𝗔𝗟 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora