𝗜𝗡𝗖𝗢𝗡𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢𝗡𝗔𝗟 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯

Capítulo 25.

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Llevaba una semana viviendo con Enzo en su casa, comenzaba a adaptarme más rápido de lo que pensaba, creía que quizás la comodidad y la seguridad de una casa me la brindaba él. No volví a hablar con Oriana sobre lo sucedido con Lisandro, parecía que prefería escuchar una sola campana y entrelazar historias que no tenían relación entre sí. Estaba sola, no tenía a mi familia y las únicas amigas que tenía me habían dado la espalda por un relato con mentiras en el medio. No logré entender la razón por la que Lisandro hizo todo lo que hizo, poco me importaba ya teniendo a Enzo a mi lado sin que nadie nos moleste. Hoy había decidido llevarme a una cena de presentación con sus compañeros del Chelsea, sentía que íbamos muy rápido para lo que estabamos juntos, era de público conocimiento que Julián y yo fuimos pareja por muchos años, claramente la prensa y la gente tendría sus críticas hacia mi persona, además de la relación. 

Me estaba preparando en la habitación, había elegido un vestido negro que me salvaría del apuro. Enzo entró con su celular en las manos, despegó la mirada un sólo segundo para mirarme y sonrió acercándose a mí, apegó mi cuerpo al suyo con una mano y volvió a mirarme de arriba a abajo. Sabía lo que significaba esa sonrisa.

—Es mejor quedarnos, ¿no? — Unió sus labios de una forma inesperada, un pequeño gemido salió de mis labios cuando mi cuerpo chocó de golpe con el suyo acortando el poco espacio que nos quedaba. 

Rápidamente sentí como mi cuerpo se erizó, probablemente era el único hombre que me causaba tantas sensaciones en segundos y con sólo un beso. Sus manos se deslizaron por mi cintura hasta mi culo, una sonrisa se le salió en medio del beso, apretó sigilosamente y por instinto abrí la boca dándole paso a su lengua. Dando pasos hacia atrás termine chocando con el espejo, las cosas entraban en calor y ahí fue cuando me separé para frenarlo. 

—No Enzo, dale... — Me reí en le medio mientras bajaba sus besos hacia mi cuello y dejando un rastro por mis clavículas, se separó y me miró fijamente con su mano sobre el espejo acorralándome en este. — Cuando volvemos te prometo que hacemos lo que vos quieras. — Susurré volviendo a acercar mis labios hacia los suyos y agarrándolo por el cuello de su camiseta. 

—Hay algo que no te dije... — Bajó la mirada mientras se relamía los labios, fruncí el seño extrañada y esperé a que continuara. — No es una cena con los del Chelsea, son con algunos de la selección. 

Abrí los ojos enojada y antes de que se me ocurriera algún insulto para decirle, sonrió sabiendo que eso haría callarme al instante. 

—Igual yo voy a estar con vos toda la noche, ni en pedo te dejo sola con ese lomazo. — Agarró mi cara con su cara y dejó un beso corto en mis labios, no pude reprochar ante eso, realmente tenía cierto control en mi cuerpo y palabras que no sabía de donde provenía. — No quiero que se acerquen a mi mujer. 

Mordí mi labio inferior viendo como fue a buscar su celular que había reboleado en la cama minutos antes, esas palabras salían tan natural en su voz que a veces me dejaban fuera de sí. ¿Cuál era el problema de la reunión?, Lisandro y Julián quizás irían y yo tendría que poner mi mayor cara de boluda para hacer como que no existen. Bajé junto a él y nos subimos al auto para ir a la cena, estaba un poco nerviosa por el hecho de reencontrarme con Malena después del incidente, si Oriana estaba enojada con el tema, seguramente ella estaría el doble. 

Me retoqué el labial con el espejo, podía ver como su mirada se desviaba a mi en ese momento, ni siquiera habíamos llegado y Enzo ya quería volverse. Por una parte entendía porque no iba solo a la cena, una era para provocar a Julián y otra era porque me quería llevar con él, conozco lo rencoroso que es con estas cosas, claramente una de las razones era esa. El restaurante estaba a unas pocas calles de mi estudio, cuando entramos pude visualizar como todos se callaron y voltearon a mirarnos.