𝗜𝗡𝗖𝗢𝗡𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢𝗡𝗔𝗟 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯

Capítulo 15.

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El viaje comenzó, de sólo subirme al micro me sentía nerviosa. Aún saboreaba el beso de Enzo en mis labios, podría decir que ese tremendo chape que nos habíamos mandado unos minutos antes me había dado vuelta el mundo. El viaje me sirvió para seguir pensando en qué quería hacer con mi vida, observé el anillo en mi mano y todavía la duda invadía mi mente, volteé a mirar la hilera detrás de mí viendo a Enzo durmiendo a dos asientos del mío, su cabeza era sostenida por la ventana, el sol que entraba alumbraba su pelo que había vuelto al negro azabache. Por un lado, debía de dejar de pensar tanto en lo que podía pasar y sólo vivir el momento, no debería de importarme algo que claramente no tenía remedio ni reparación, pero por otro lado, me arriesgaba a perder a mi mejor amigo e incluso, arruinar una amistad de años. 

Respiré hondo y recosté mi cabeza en el respaldo mientras buscaba una solución en mi cabeza, no era un tema que podría hablar con mis amigas, todas estaban del lado de Julián y lo peor, era ir a una guerra desarmada, pero lo tenía a Enzo, creía que no me dejaría sola si me hundía en esta locura, aunque no debería depositar toda mi confianza en él. El viaje no era tan largo, quedaba poco para llegar y todos comenzaron a despertarse entre sí al ver la ciudad, Somerset era una pequeña ciudad en Inglaterra que era famosa por sus concursos de baile, este año sería el primero para mi estudio y también la primera competencia a la que nos asistíamos. Malena también participaría pero en la sección de urbano, habíamos acordado en vernos antes de la competencia y charlar entre nosotras. 

Había alquilado una habitación para mí sola mientras que el equipo debía compartir entre ellos, aunque no me esperaba la astucia de Enzo para alquilar una por su cuenta. Me di cuenta al llegar a la recepción que literalmente tenía todo planeado, era bastante obvio debido a su personalidad pública y que además tenía más plata que todos. 

—Bueno chicos, tienen la opción de elegir con quién quieren compartir su habitación. Recuerden que sólo tienen un máximo de cuatro personas. — Entregué una lista con los números de las habitaciones y dejar que se encargaran de optar por la que quisieran. 

El viaje duraría cuatro días pero parecía una eternidad, esto de tener a Enzo tan cerca y no poder hacer nada era peligroso para mi salud. 

—¡Sara! — La voz de Malena hizo que mi atención se dirigiera a ella, me abrazó y emitió un chillido de emoción por la reunión. — Que bueno que este año podamos competir juntas, amiga. 

—Sí, la verdad que fue difícil conseguirlo. — Noté como sus ojos se distrajeron con Enzo en la lejanía, se quedó con la boca abierta sin emitir ni un sonido, cosa que me llamó la atención. 

—¿Ese es el chico que te acosa?, ¿El amigo de Julián? — Señaló, pero rápidamente bajé su mano para evitar que Enzo se diera cuenta que hablábamos de él. 

—Si y podrías no señalar, ¿No? — Dije entre dientes. 

—Ahora te entiendo completamente, te digo que está mucho más bueno que Julián. — Rodé los ojos mientras me reía de lo que decía. — ¡Ah!, me olvidé de contarte, conocí a alguien...

Abrí los ojos con sorpresa y a la vez estaba feliz por ella, necesitaba una alegría después de lo que había pasado en su relación anterior. 

—¿A quién? 

—Juega en el Manchester United y en la Selección Argentina. — Dijo con emoción, me sorprendí ya que seguramente lo conocía por ser compañero de Julián. — Se llama Lisandro, mirá, ahí está.