Capítulo 39: El honor es nuestra armadura

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Año 1104 d.c.

Claro de Luna. Zuxhill.

Hanissa Koram, segunda hija viva del rey de Kistam.

El día de la fiesta llegó más rápido de lo que esperaba. Se sintió algo nerviosa, pues no asistía con mucha frecuencia a ese tipo de eventos, y se trataba de una nación que difería mucho de la suya en cuanto a costumbres.

Comenzó a prepararse con tres horas de anticipación. Tomó un baño largo, disfrutando del agua fresca que aliviaba el calor que hacía, pese a la época del año en la que se encontraban.

Eligió un hermoso vestido azul marino. Su tela era delgada y fresca en comparación de la de los elaborados en Kistam y resultaba perfecto para la ocasión. Acentuaba sus atributos sin dejar de ser discreto y elegante.

Envolvió su cabello mojado y lo levantó para que las gotas no llegaran a su atuendo y dejó que su dama de compañía se lo colocara. Al sentir sus manos atando los lazos, comenzó a divagar hasta que a sus pensamientos llegó la idea de cómo sería si un joven con piel delicada estuviera en su lugar.

«¿Las manos de Farnese eran así de suaves?»

Sintió su piel calentarse y se esforzó por pensar en otra cosa.

—Átame los zapatos también —Ordenó.

Hanissa notó que la joven evitaba mirarla a los ojos, incluso cuando recibía sus instrucciones. Se limitaba a asentir y a repetir la misma oración: "Lo que usted ordene, su alteza".

La observó mientras buscaba algunos materiales para peinarla como le había pedido.

—Te llamas Lesa, ¿no es así? —le preguntó.

La muchacha vaciló, pero no se detuvo.

—Es verdad. Esta sirvienta lleva por nombre Lesa —le dijo y se colocó detrás de ella. Ambas quedaron frente al espejo y un pequeño, pero fino, tocador de madera.

Tomó su cabello con sumo cuidado y empezó a cepillarlo.

—¿Podrás hacer lo que te dije? —Quiso saber Hanissa—. Hazme unas cuantas trenzas, pero deja mi cabello suelto. ¿Has prestado atención al estilo sureño?

—Sí, mi princesa.

—Bien, Lesa. Ahora cuéntame, ¿cuál es el significado de tu nombre?

La pregunta sorprendió a la dama, provocando que el peine se le resbalara de las manos.

El rostro de Hanissa se oscureció.

—¿Debo preguntar otra vez? —Inquirió con dureza.

Lesa comenzó a temblar.

—Mi nombre es proveniente de la mezcla de los nombres de mis padres.

Su expresión se suavizó al recordar el origen de su propio nombre. Llevaba el típico "Ha" de todos los Koram y el "Nissa" en honor a su madre, Nissary.

—¿Cómo se llaman tus padres?

—Mi padre se llamaba Leoni y mi madre Saremy Heralky.

Hanissa la escuchó mientras miraba su reflejo, sintiéndose satisfecha al ver el progreso de su peinado. Realmente era habilidosa, por lo que la curiosidad la invadió.

—¿Cómo es que sabes tanto sobre peinados? —Le preguntó.

—Por muchas generaciones mi familia materna se dedicó a la creación y venta de cremas, lociones —Respondió Lesa sin perder la concentración—. Mi abuela se dedicaba a arreglar a damas importantes, sabe peinar y embellecer muy bien. Aprendí el oficio desde que era una niña, mientras mis padres salían a servir y trabajar, yo me escabullía al hogar de mis abuelos para ser su... aprendiz por algunas monedas.

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