7. Viajes I

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TW: Kazuha x Scaramouche

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Scaramouche se había subido a un barco sin saber su destino, había conocido a Kazuha, y ese hecho lo había desarmado tanto por dentro que al saber que el barco iba a Inazuma ni le había importado en nada. Menos aún cuando el samurái le había sonreído demasiado bonito para instarlo a bajar con él a tierra firme.

—¿Qué estamos haciendo?— se incorporó con sus codos para mirar al contrario a la cara.

El semblante siempre tranquilo y los ojos cerrados de Kazuha lo cautivaron por un momento. Paz. Que rostro más pacífico. Estaban acostados en el césped debajo de una arboleda. Y él silencio era insoportable. No en un mal sentido. Era un buen silencio, no de esos silencios que anuncian que algo malo va a pasar a continuación, como el resto de los silencios que Scaramouche tuvo en su vida. Este es un buen silencio.

Pero igualmente era insoportable.

—Descansando— Kazuha habló suave, abriendo solo medio ojo para verlo y sonreírle.

Podía sentir la inquietud ajena.

Scaramouche había pasado una semana en Inazuma ya, en la que no habían hecho más que tomar alcohol, descubriendo que su cuerpo era capaz de embriagarse, que sorpresa. Besarse, bañarse en lagos en el medio del bosque, correr de la policía, dormir bajo los árboles o en la playa durante la noche y besarse más.

No se estaba quejando, pero nada de eso requería un gran esfuerzo. Que tontería. Era tal vez la semana de su vida más tranquila de todas, y él había vivido muchas semanas. ¿Y aun así Kazuha necesitaba descansar?

—¿Estas cansado?

—No

—¿Entonces por qué descansamos?

Kazuha se incorporó ahora también. Lo que lo aterró un poco, ¿Lo había hecho enfadar? ¿No lo estaba dejando descansar? Que molesto era a veces, mierda, él no solía hablar tanto con los demás humanos.

—¿Quieres hacer algo más?— Kazuha preguntó gentil.

No. No tenía una respuesta para eso. Ugh, que agotador era ser humano.

—Yo- no lo sé... ¿No?

Kazuha le sonrió, le tomó la mano, enredó sus dedos y volvió a acostarse y cerrar los ojos.

Kazuha no hacia preguntas. Le sonreía la mayor parte del tiempo. Su toque era suave, su voz también. Su cabello se despeinada con los movimientos fuertes y volvía a atarlo rápido y desordenado. Le gustaba el bosque, los árboles, las cascadas, los animales. A los animales les gustaba Kazuha. La naturaleza ama a Kazuha. Kazuha lo ama a él. A Scaramouche, que se cruza de brazos y espera detrás de él a qué Kazuha termine de acariciar una ardilla. Scaramouche que rueda los ojos y gruñe y desvía la mirada, resopla y se fastidia con facilidad, que solo sonríe para responder a las sonrisas de Kazuha.

Ha reflexionado sobre esto mil veces en la semana, ¿Cómo pudieron congeniar tanto en un viaje en barco? ¿Es porque Kazuha estaba ebrio la mitad del tiempo? ¿Es la adrenalina de viajar? ¿Es porque para Kazuha esto es momentáneo, como cada viaje? Espera que no. Kazuha se ve demasiado gentil como para hacer algo así, enamorarlo y luego olvidarse de él, irse lejos a la siguiente nación que quiera visitar. Eso suena a algo que él haría, no Kazuha.

Kazuha no le ha hecho ninguna pregunta. Ni siquiera ha insistido en saber su nombre cuando la respuesta fue "No tengo". Kazuha asintio y sonrió. No pregunta por que no quería pisar Inazuma cuando llegaron al muelle o por que desvía la mirada en la Herreria Amenoma, por que no tiene frío, por que no tiene calor, por que no duerme. No pregunta por que a veces las lágrimas caen solas de sus ojos, sin quererlo, sin hacer ningún sonido. Kazuha le da palmaditas en la espalda y le muestra alguna tontería de la naturaleza, como una mariposa rondando cerca o luciérnagas. Scaramouche le sonríe, salta y le besa una mejilla, limpiando y olvidando las lágrimas solitarias.

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