Genshin Things

15. Viajes III

TW: Kazuha x Scaramouche

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—¿Qué pasa si ahora me crece una polla y te follo?

Estaban en Liyue, en una bonita y pequeña habitación de una posada, y Scaramouche se debatía entre dormir o seguir delirando sin sentidos con la luz de la luna entrando por la ventana e iluminandole los ojos. Estaban allí hace una semana, Kazuha tenía que volver para hablar con una tal Beidou y Scaramouche se subió al barco detrás de él sin dudarlo, con una sonrisa desafiante y la seguridad de que Nahida iba a sermonearlo cuando regrese. Tenía clases que tomar y una especie de extraño festival al cual asistir en unos días. Oh dioses, iba a sermonearlo por el resto de su larga existencia.

—¿Haz notado como no todo está plagado de color púrpura?— Wanderer había dicho aquello la primer noche que pasaron allí.

Estaba fascinado con el rojo de las escaleras y el azul del cielo, y el amarillo de los árboles, Kazuha lo estaba de su sonrisa torcida y el violeta de sus ojos, y la forma en la que se iluminaban cuando veían algo nuevo y emocionante.

—Aja— Kazuha asíntio.

—Y tampoco de color dorado.

—Liyue es una nación sin arconte— Kazuha habló besándole debajo del ombligo y Scaramouche se retorció en la cama.

Pero ahora había pasado una semana y Scaramouche prácticamente no se había movido de la posada, bajaba para desayunar y había acompañado a Kazuha al puerto un par de veces, pero se podía decir que conocía mejor las sábanas de la cama que Liyue completo.

—¿Mn?— Kazuha chupaba el papel de liar del cigarro cacero relleno de hierbas que él mismo había recolectado. Scaramouche aún no lo entendía muy bien.

Le daba la espalda, sentado en el borde del colchón y mirando por la ventana a los últimos rayos de sol. Vistiendo solamente la manta decorativa de los pies de la cama en sus caderas. Kazuha era lindo. Ese es un hecho factico real y Scaramouche debía vivir con ese conocimiento.

—¿Qué ocurre si me crece una polla y te...— iba a repetir y Kazuha giró a mirarlo y sonreír con picardía.

Una de esas sonrisas de labios apretados y ojos entrecerrados.

Ugh.

"Soy una intención de copiar con exactitud el cuerpo de la arconte Electro" Scaramouche había dicho solo eso antes de quitarse los pantalones ese primer día en un prado desolado de Sumeru. Kazuha asíntio ansioso, solo necesitó eso para entender. Está bien, si, como sea, él ya estaba desnudo y anhelante, no es como si importará.

Con todo el tiempo que habían estado juntos desde ese día, por está obsesión casi peligrosa el uno por el otro, Kazuha juraría que podría morir de inanición si algún día le faltará el coño apretado y húmedo de Scaramouche a su lado. Rosa y afelpado y constantemente lubricado, lleno de cicatrices blancas por las que Kazuha no estaba listo para preguntar, dentro y afuera, en su monte de venus y en el interior de sus muslos, algunas pequeñas y con relieve en sus labios. Kazuha no estaba listo para saber sobre ellas, así que con la cautela que lo caracterizaba, no preguntaba al respecto. Scaramouche era delicado, con el cuerpo de una diosa y piel lechosa perfecta destrozada por cicatrices. Era la creación de otra arconte viviendo por siglos en una sede militar de otra nación, rodeado de Fatuis, Kazuha no estaba listo para conocer más de lo que su mente ya se imaginaba.

—No lo sé, ¿Qué ocurre?— Kazuha sonrió de lado, lleno de sugerencia en su voz y brillo en sus ojos. Scaramouche tragó saliva.

Estaba acostado en la cama de lado, con su codo sosteniendo su cabeza y su cabello desordenado como la mierda, completamente desnudo y aún chorreando semen por sus muslos. Kazuha nunca se recuperaría del daño psicológico que esta imagen estaba dándole, de esta dependencia emocional constante. Él juraría que no podría volver a vivir sin esto.