18. Invitación

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TW: Ayato x Thoma

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Ayato salió corriendo de su despacho y corriendo entró a la cocina con todo el servicio doméstico mirándolo preocupado.

—Thoma

—Oh, ¿Quieres té, maestro?— el chico rubio andaba distraído preparando un par de tasas con el líquido cuando una de las mucamas lo codeó para que voltee.

Ayato estaba parado justo detrás de él, nervioso. No venía a la cocina, venía por él.

—¿Maestro?

—Estamos comenzando con los preparativos del festival

—¿Necesita de mi? Yo estoy a disposición.

—No... Bueno si, seguramente, más adelante. Yo... ¿Puedes hacer que se vayan?— susurró y Thoma entendió.

—Claro. A ver...— tomó una de las tasas ya lista— Necesitamos privacidad, ¿Pueden llevar esto a la señorita Kamisato?— media docena de mucamas salieron corriendo del lugar— ¿Qué necesitas..?— Thoma sonrió encantador y Ayato le correspondió.

—¿Quieres ir como mi acompañante?

—Siempre voy a los festivales.

—No, me refiero a....mi acompañante. Conmigo.

—Siempre vamos...

—No, Thoma— Ayato interrumpió impaciente— me refiero a ir juntos, de la mano y juntos. Juntos.

—Oh, vaya. No creo que sea buena idea— sonrió declinando y volviéndose hacia la tasa restante que al parecer le pertenecía.

—¿Disculpa? Pero ¿por qué?

Thoma dió un sorbo.

—No es algo bueno para su reputación.

—Pero yo estoy invitandote.

—¿Por qué ahora?— Ayato zapateo ante la pregunta.

Había habido múltiples festivales desde que Thoma y él compartían un vínculo romántico, si es cierto. Y ninguno de ellos se le había permitido acercarse lo suficiente como para que sus hombros se toquen y mucho menos tomarse de la mano. ¿Qué locura era esa? Ayato aún les debía una prometida, un matrimonio y un heredó a los espíritus muertos de sus padres, terrenalmente representados en los ancianos de su clan.

—Yo... Vi los papeles, con el cronograma de actividades, las planificaciones, hay mucho trabajo que debo hacer y estaba... Perdiendo el tiempo porque lo único que hacía era pensar en tí, y en qué quiero estar ahí contigo, ¿Sabes? Actividades para parejas. Thoma, eres mi pareja.

—Soy su amante— corrigió Thoma. Quería liberarlo de la mayor cantidad de obligaciones sentimentales posibles, Thoma siempre hacia eso. Desde que llegó a Inazuma fue criado para hacer la vida de Ayato lo más fácil posible, y él ama ese trabajo, él limpia, cocina, organiza, toma recados, todo lo que estaba a su alcance para que la vida de Ayato se simplifique lo máximo posible. Y haberse enamorado el uno del otro solo complicaba eso, pero nada le impedía seguir simplificando las complicaciones que le traía al Comisionado Yashiro.

—No. Thoma solo di si, y déjame encargarme de las consecuencias.

—No puedo hacer eso.

—¿Por qué no?

Thoma se sentó en la mesa del servicio doméstico y Ayato le copió en la silla de enfrente.

—Porque... No puedo, está comisión me ha salvado la vida, yo no..

—Yo. A mí me debes la vida. Yo— Ayato se señaló— y te estoy diciendo que no me importa, que quiero mostrarte al mundo como mi pareja...

—Pero no serías el único agraviado.

—Thoma

—¿No te gusta mi "no"? Eres muy caprichoso.

—Oh tú vas a hacer que me dé un infarto— Thoma rió ante esa exageración.

—Avisame si necesitas ayuda con los preparativos— dijo levantándose y dejandolo solo.

—¡Siempre lo hago! ¡Eres mi subordinado!

Thoma ya estaba afuera, lo había dejado adentro de la cocina de servicio, vacía. Ugh, se sentía raro.

—¡Cómo diga, maestro!— Thoma asintio con una sonrisita en sus labios que de alguna forma Ayato sintió en su voz. ¿¡Eso era sarcasmo?!

—¡THOMA!

Carcajadas amplias y dulces. Thoma era un encanto.

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