Genshin Things

12. Habitacion Fría

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TW: Zhongli x Childe

Childe llegó su habitación y se lanzó en la cama dura con un resoplido cansado. Manos en su pecho y vista en el techo.

—¿Puedes parar? Oigo tus pensamientos— Scaramouche habló desde la otra punta del cuarto, en un escritorio donde solía trabajar.

La habitación era diminuta y alejada, y Childe no utilizaba ese escritorio normalmente. Scaramouche no tenía una habitación así, todos los lugares donde se le permita habitar se parecían más a un laboratorio que a una casa, así que él venía aquí, sin ningún remordimiento y sin pedir permiso, y trabajaba en el cuarto del humano. Ahora mismo limpiaba sus dedos uno por uno, manos sin guantes, dedos engrasados con ese líquido que debería ser sangre pero no lo era, recolocando en su lugar a los que se habían salido. Recomponiendose una vez más de ser el sujeto de estudio de Dottore.

Childe gruñó y se incorporó con sus codos.

—¿Crees que soy infantil?

—¿Eh?— la marioneta volteó a verlo.

—Quiero decir...— Childe suspiró cansado y volvió a golpear su nuca contra la almohada— ¿Crees que soy un humano débil e infantil?

—Creo que eres estúpido. Un humano débil y estúpido.

Ugh, siempre era un placer hablar con Scaramouche.

—Gracias, eres un encanto.

—¿Qué te ocurre ahora?— "ahora" era desde que había vuelto de Liyue. Childe suspiraba y suspiraba mirando el techo, no era un suspiro doloroso, más bien estaba lleno de añoranza. Y reventaba los tímpanos de Scaramouche.

—Tu tienes muchos años, ¿Crees que no soy lo suficientemente maduro como para...?

Scaramouche tuvo una pequeña revelación, así que se inclinó hasta el borde de la silla y lo miró profundamente. Ojos gatunos, nariz arrugada. Childe se sintió desnudo por un momento.

—¿Q-qué...?

—¿Tuviste sexo, Tartaglia?

—¡Dioses, ¿Que?!— está bien, Scaramouche tenía muchos poderes que él no conocía, pero estaba seguro de que no podía leer mentes.

—¡Celestia, si tuviste sexo!

—¡No grites!

Ho ho, Scaramouche estaba gozándolo, zapateando con sus piecitos hasta lo poco que llegaba del suelo, aplaudiendo y chillando con los ojos cerrados y una enorme sonrisa. Childe temió por su vida.

—¡JAH JAH! ¡DIOSES!

—No le cuentes a nadie, Scara-

—¡Ho, ho, mierda, yo voy a decidir eso!

—No-— Childe se acercó una silla junto al escritorio y se dejó caer.

—¿Dónde fue? ¿En Liyue? Mierda, eso es bajo.

Childe se sonrojo hasta la punta de sus orejas y desvío la mirada.

—Te cogieron por el culo, Tartaglia, dime algo.

—¡¿Cómo es que sabes...

—¡Yo solo lo sé! ¡Puedo mirarte y ver todo!— Scaramouche señaló a su cara con un dedo y eso fue tenebroso. Los pelos de los brazos de Childe se erizaron.

La puerta se abrió de un golpe, una mujer hermosa entró y volvió a cerrarla detrás de ella.

—Estan hablando mucho— lo cual estaba prohibido.