13. Visitas Nocturnas [+18]

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TW: Cyno x Tighnari

A Tighnari le gusta cocinar, comidas calientes de especies suaves, condimentos moderados. Tighnari huele a comida casera, a hogar, a la comida de una madre. Doméstico. A shampoo cacero de hierbas, manteniendo el cabello suave como plumas negras verdosas. Romero, menta. Pasto bajo la lluvia. Manos con tierra. Sudor.

Cyno abrazaba su cintura estrecha mientras este intentaba trabajar en unos ingertos de árboles frutales.

-Es sorprendente y halagador que el general mahamatra no tenga otra cosa que hacer que olfatear mis espaldas.

-¿Cómo te sientes?

-Es la tercera vez que me lo preguntas... Y te he dicho que estoy bien- Cyno lo besó en el cuello pálido, mientras sus dedos acariciaban con agilidad y ternura una de las orejas suaves- Mm

Era inevitable hacer ruiditos. Las manos de Cyno siempre calientes y ásperas, sobando los costados de sus orejas puntiagudas. La voz apagada de Cyno estaba allí siempre, cómo aburrida. Haciendo preguntas sobre su salud como si él comprendiera más de medicina que el mismo Tighnari. Hablando sobre el rayo, sobre venganza, sobre los sabios que dejó ir sin el castigo suficiente. Tighnari asentía, Cyno podía pasar días en el desierto solo, planificando, peleando, siguiendo rastros. Podía estar en silencio. No podía hacerlo con Tighnari a su lado, en la cabaña, en el bosque. Con el brazo enroscado en la cintura estrecha. Allí le gustaba hablar, hablar sin parar. Le gustaba hablar con Tighnari, era su persona favorita en el mundo y no había muchos con quiénes hablar en su línea de trabajo.

-¿Tus heridas?

-No hay tales

-Nari

-Estoy bien.

Cyno gruñó bajo en el cuello ajeno, insatisfecho. Y la cola esponjosa se retorció entre ambos, fregandose en las piernas bronceadas del contrario. Cyno sintió las cosquillas en su pantorrilla, hacia notar la obvia y exagerada cercanía de ambos. Estaba apretandose contra la espalda y el trasero de Tighnari sin siquiera darse cuenta. Quería envolverlo y que nada más lo lastimara nunca. Pero la cuidada y peinada cola brillante estaba siendo asfixiada y exigía espacio, y Cyno respondió al movimiento apretandose más junto al contrario.

Tighnari suspiró. Mostrando hartazgo, al contrario de lo que mostraba su cola sacudiéndose entusiasmada entre las piernas de ambos, solo por sentir el simple calor de Cyno fregandose junto a ella.

-Creí que tendrías mucho trabajo.

-Si quieres que me vaya, tu...

-Oh, no agregues palabras a mi boca.

-Tengo trabajo, considero que venir de vez en cuando a vigilarte es parte de el. ¿Cómo está Collei?

-... Durmiendo como siempre que llegas de madrugada... ¡¿Vigilarme?!

Cyro rió suave, casi imperceptible, como solo él puede hacerlo. Y Tighnari lo miró con ojos juzgadores. Su relación era algo así, no se veían excesivamente seguido, pero Cyno se aseguraba de que no pase demasiado tiempo desde su última visita a la Villa Gandharva. Llegaba a hurtadillas, evadiendo a los guardabosques de guardia nocturna, entraba por una ventana y abrazaba la cintura de Tighnari mientras esté cocinaba o trabajaba en sus hongos y flores, a veces lo encontraba durmiendo y solo podía meterse debajo de las sábanas y esperar a que despierte, mirándolo dormir con todo ese cabello perfecto espolvoreado por sus mejillas, hasta que el sueño lo atrapa a él también.

-¿Soy un delincuente ahora?

Tighnari era dulce, fácil de abrazar (si eres Cyno), abnegado y de buen corazón. Pero también era duro, podía ser gruñón, podía enfadarse y podía gritarle regaños. Cyno lo sabía muy bien, había presenciado ese cambio de personalidad tan rápido una enorme cantidad de veces.

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