Capítulo 17: Límites

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La plática con Seiv siempre fluía muy bien. Nunew comenzó a relajarse desde que llegaron al lugar, a veces una buena charla y un par de cervezas es lo que se necesita para sentirse mejor. Sobre todo cuando de penas amorosas se trata.

- Es lógico que estés estresado en un nuevo trabajo, sobre todo cuando estás a cargo de una importante campaña. Pero eso que me cuentas de tu alfa... Vaya que sí tiene problemas. Una cosa es tener miedos y otra muy distinta es mandar todo al carajo solo porque temes ser feliz. ¡Eso es una estupidez!

- Pues sí, además ya estoy grandecito como para curarlo de algo que él mismo debería trabajar en terapia. Una cosa es comprenderlo y otra esperar a que por arte de magia cambie.

- Pues sí, eso de que las personas cambian por amor no es cierto, sólo lo maquillan para que el ser amado no se dé cuenta de que sigue siendo igual.

Nunew sonrió, su querido amigo era un beta muy bueno para dar consejos, pues tenía su propia dosis de relaciones fracasadas. Algunos alfas no querían estar con un beta, los omega con los que había intentado salir eran demasiado sumisos o definitivamente querían que él actuara como alfa cuando no lo era. En fin, Seiv era un amigo entrañable que no la había pasado nada bien en el amor y algunas de esas relaciones lo habían marcado mucho.

Cuando Nunew estaba por tomar un gran trago de su bebida, su mano se vio sujetada con fuerza, a tal grado que el vaso de cristal cayó partiéndose en el piso y salpicando los zapatos de su amigo. Tanto Nunew como Seiv voltearon rápidamente para entender qué estaba pasando y se encontraron con un alfa sumamente enojado que seguía sujetando con fuerza al omega.

- ¿Es esto una broma? No tenemos ni unos días separados y ¿ya andas con otro?

- ¿Qué? ¿De qué diablos hablas? ... es un muy buen amigo y ultimadamente no tengo por qué darte explicaciones. No somos nada.

- Con un amigo no te acercarías tanto, mucho menos de la forma en la que los vi hace un momento, con tanta confianza. Y con respecto a lo otro... eres mi destinado, eso no muere de la noche a la mañana, siempre seremos destinados aquí y en futuras vidas, así que deja de comportarte como si nuestro lazo fuera común.

Nunew tomó unos pocos segundos para examinar al alfa. Su cuerpo estaba lleno de ira, de celos. Incluso podía oler ese pequeño dulzor amargo que el cuerpo emite cuando un alfa se siente traicionado. Comprendió de inmediato que no era un enojo común y corriente. Pero lo que más llamó su atención fueron los ojos. Estaban ligeramente rojos, como si no hubiera dormido en días y esto terminara por saturarlo.

- Sr. Pruk, creo que es preferible que baje la voz y suelte mi muñeca. Estamos en un lugar público. - dijo el omega en un tono más calmado.

- No me importa que sea un lugar público, no pienso soltarte. Nos vamos de aquí. - dijo el alfa, intentando jalar hacia la puerta al pequeño omega.

Nunew forcejeó dos veces con él, hasta que Seiv intervino y tomó del brazo a Zee para detenerlo.

- Aquí lo que importa, amigo mío, es que nosotros no venimos con usted, usted no controla a Nu y mucho menos puede jalonearlo como si fuera su dueño. Es adulto y sabe perfectamente lo que hace. Él y yo sólo somos amigos, pero si es tan iracundo como para no darse cuenta, es muy su problema. Así que hágase un favor y ¡suéltelo! - la última palabra fue dicha por el Seiv con mucha más fuerza.

- ¿Quién demonios eres tú para darme órdenes?

- ¿Y quién demonios es usted para tratar así a mi amigo?

- ¡Soy su alfa! Y además somos destinados.

- Mmm ... ¿Y luego? Hasta donde yo sé ustedes ya terminaron, sus propias inseguridades lo hundieron antes de empezar, así que no venga aquí a calmar sus frustraciones.

Infierno en tu mirada - ZEENUNEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora