Capítulo 26: Realidades

724 83 56
                                    


Capítulo 26: Realidades

Dos horas después de la plática con Lucrecia Pruk, Nunew seguía indignado por la desfachatez con la que la mamá de Zee se conducía. Era como si no tuviera importancia todo lo que hizo, como si ella fuera moralmente perfecta y no pudiera ser juzgada por nada. Su exesposo, su propio hijo y todas las consecuencias que su comportamiento causó eran tan minúsculamente importantes como una mosca. Eso enervaba al omega, porque sabía lo mucho que Zee aún lidiaba con el abandono de su madre y el fatal desenlace.

Zee... ¡Dios!, cómo estaría el alfa luego de enterarse que su madre regresó. Nunew quería verlo, reiterarle que está con él, que cuenta con su apoyo, pero poco importaba lo que él quisiera si el alfa había dado la orden de que no se le diera su ubicación a su destinado.

Aun sabiendo eso, decidió intentarlo por última vez. Llamó a la casa de los Pruk y pidió hablar con el chofer. Como Nunew había causado buena impresión mientras había estado visitando a Zee, el chofer no tuvo reparos con responder su llamada. Incluso cuando se le cuestionó sobre el paradero de su jefe, el empleado titubeó un poco, pero al final dijo:

- Sé que me meteré en problemas, pero cuando llevé una pequeña maleta al señor Pruk hoy lo noté muy mal. Siempre he servido a la familia y estaré muy agradecido con él por lo bien que me ha tratado, así que confío en que usted pueda lograr que coma y duerma porque al parecer no es algo que haya hecho en recientemente.

Nunew le agradeció, para luego apuntar la dirección del hotel y el número de habitación, así que cuando llegó no tuvo que ir a la recepción y alertar a los empleados provocando que se le detuviera. Pasó desapercibido cuando caminó directamente a los ascensores y en menos de un par de minutos estaba ya parado afuera de la habitación del alfa en ese lujoso hotel.

El omega estaba muy nervioso, pues Zee bien podía correrlo del lugar y de la empresa si realmente sentía que su privacidad estaba siendo violada, pero Nunew tenía que intentarlo. Su alfa le necesitaba en esos momentos y no quería pasar más tiempo sin él por una discusión que pudo evitarse.

Así que el omega respiró y tomó valor, golpeando tres veces la puerta. Sabía también que ya era noche, pero confiaba en que todavía no estuviera dormido. Al cabo de unos segundos, se escuchó del otro lado de la puerta alguien que se acercaba y una voz que preguntaba quién era.

Nunew titubeó un momento, pero logró responder:

- Zee, soy yo. Ábreme, por favor - su voz era tenue, con miedo a ser rechazado. Del otro lado parecía que hubiera un silencio sepulcral, como si incluso la persona dentro de la habitación se hubiera paralizado. Al cabo de un momento, obtuvo una respuesta.

- Puedes irte, no hay necesidad de que estés aquí.

- Zee...alfa, te lo ruego; permíteme entrar, tenemos que hablar de lo sucedido y quiero estar contigo en estos momentos.

- ¿Por lástima? - su voz era dura, algo rasposa.

- No, Zee, por amor. Porque... aunque es la primera que lo digo en voz alta... te amo y no me da pena reconocerlo.

El silencio de nuevo fue absoluto y más duradero. Fue tan largo que la esperanza de que esa puerta se abriera comenzó a morir en Nunew, al grado de que sus manos y su frente se apoyaron en la puerta. Cerro los ojos, pues le costaba aceptar que había dicho que le amaba y el resultado fue la indiferencia total.

- De acuerdo, comprendo. Sólo... por favor, duerme un poco, come, trata de cuidar de ti. Eres importante para muchas personas. Si no es por mí, al menos cuídate para tus amigos y tu propia empresa. Ya no te molesto más.

Infierno en tu mirada - ZEENUNEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora