Infierno en tu mirada - ZEENUNEW

Capítulo 6: Detonantes

El día había comenzado lleno de compromisos por cumplir para Zee. Había pasado una semana desde que Max le informó sobre su lazo eterno con Nunew. Aún seguía tratando de asimilar la idea y muchas veces se sorprendía a mitad del día pensando en el omega.

Ese jueves, tuvo a primera hora una reunión en la que cerró un contrato millonario con uno de los canales de distribución más grandes del país. Colocar sus productos en esa cadena de tiendas era una de las buenas decisiones que había tomado ese año. Al finalizar, tuvo un almuerzo con varios inversionistas que estaban interesados en los próximos proyectos de Industrias Pruk y para finalizar el día, ya le esperaban en la sala de juntas todos los responsables del lanzamiento de campaña de la nueva marca.

Eso implicaba que estuviera el Sr. Tul, Max - como asesor - dos empleados de logística y, por supuesto, Nunew. Precisamente en ese momento, Zee se encontraba sentado en la sala de juntas, con el resto de los mencionados, viendo la presentación de la propuesta de campaña y la sábana presupuestal para la misma. Quien exponía todo era el pequeño omega y todos los presentes se encontraban muy concentrados en cada detalle que se explicaba.

Zee, por su parte, no podía despegar los ojos del joven que tenía frente a sus ojos. Observaba la forma en la que se desenvolvía, totalmente seguro de sí mismo, sabiendo de qué habla y dejando claro que todo lo que había planeado cuadraba con el presupuesto y las pautas publicitarias que se contratarían. Todo estaba perfectamente explicado, era en definitiva una persona que sabía muy bien su trabajo. Eso, en primera instancia, cautivó a Zee. Era difícil encontrar personas así de profesionales, que además sean buenos con los números y el área creativa al mismo tiempo.

Por si fuera poco, la seguridad que exudaba Nunew era cautivante. Imponía su forma de moverse y conducirse durante toda la junta de trabajo, como si él tuviera la última palabra y los demás sólo fueran sus plebeyos. Lo sorprendente para Zee era el sentirse enormemente atraído por esa seguridad. Siempre le habían gustado los omegas sumisos, aquellos que esperan todo el tiempo que les digas qué hacer y cómo comportarse. Él en el fondo siempre ha disfrutado dominar la relación, tanto en público como en la cama.

Pero con Nunew eso está lejos de presentarse. Se sabe dueño del lugar que pisa y mira a todos con cierta altivez. Comportamiento que mantiene fijos los ojos de Zee, pues si el omega se movía a la derecha o a la izquierda, los ojos le seguían sin parpadear. Incluso el resto de los presentes estaban igual de embobados con las habilidades del pequeño.

Nunew, por su parte, se sentía como pez en el agua. El mundo de las campañas publicitarias era suyo y sabía que era el mejor en lo que hacía. El problema principal es que, durante toda la reunión, los ojos del alfa no se despegaban de él. Estaba pendiente de cada uno de sus movimientos y eso lo inquietaba. No porque se fuera a equivocar en algún dato de lo que estuviera hablando, sino porque temía encontrarse con esa mirada. Durante al menos 2 horas logró evadirla, pero la sentía... constante, fuerte, dominante y en búsqueda de algo que Nunew no quería darle.

Al terminar la presentación y ser aprobado el presupuesto final de campaña, todos los presentes se levantaron y salieron con calma de la sala de juntas. Mientras Nunew apagaba el proyector y guardaba su computadora portátil, Zee aprovechó para cerrar la puerta con seguro. Necesitaba volver a sentir esa electricidad que antes había experimentado al lado del omega, esta era su oportunidad.

El omega, al sentir que estaban completamente solos, levantó la vista justo en el momento en el que el alfa cerraba la puerta y se dirigía hacia él. Comenzó a sentirse nervioso, pero no iba a permitir que el otro se diera cuenta. Ante el peligro hay siempre que mantener la calma. Así que terminó de guardar sus cosas, se mantuvo erguido y le miró directamente.