Capítulo 25: Encuentro

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En años anteriores, Nunew ya había enfrentado su celo en solitario. Nunca había necesitado un alfa para poder saciarse, pues - aunque lo ideal era tener un compañero - lo cierto es que nunca le había gustado depender de nadie. Así que, en esos años, con sus juguetes sexuales y su mano había sido más que suficiente para poder pasar esos días sin problema alguno. Y, si la ocasión lo permitía, encontraba a un alfa que también estuviera dispuesto a pasar varios días encerrados en un maratón cuerpo contra cuerpo.

Sin embargo, ahora que ya tenía un alfa - y sobre todo un destinado - todo cambiaba. Su cuerpo no dejaba de extrañar a Zee: su olor, su calor, sus besos. Era como si cualquier intento por no necesitarle le provocara aberración e insatisfacción. Lo más triste de todo era lo que sentía, pues era algo que iba más allá de las hormonas, más allá de necesitarle por el celo. Sentía que había arruinado todo, que había hecho sentir pésimo a su alfa, cuando Zee sólo quería ser sensato al hablar de unir sus vidas para siempre.

Dos días habían pasado desde que vio a Zee irse de esa oficina. Días en los que habían afrontado el celo cada uno desde su casa y con nulo contacto. Y lo extrañaba, sentía una opresión en el pecho como si una parte de sí mismo estuviera incompleta. Recordaba la mirada ausente del alfa cuando le dijo todas esas cosas sin sentido, abandonándolo por completo.

Nunew estaba consciente de que había prometido no abandonarlo, pues sabía que Zee tenía miedos y barreras construidas gracias al abandono de su madre y por la muerte de su padre, pero las palabras salieron sin pensarlo dos veces y el arrepentimiento vino después, cuando comprendió de inmediato que estaba abriendo de nuevo una enorme herida en el alfa que difícilmente cerraría.

Estos días solo, además, le habían servido para comprender que realmente lo amaba. Ya lo sabía, estaba al tanto de sus propios sentimientos; pero sus miedos y las hormonas habían saboteado su propia relación al grado de decir cosas que terminaron por herir a quien menos se lo merecía. Así que no le quedaba otra, tenía que encontrar la manera de hablar con Zee, no podían simplemente terminar así algo tan fuerte como lo que tenían. Nunew simplemente no podía imaginarse ya la vida sin su alfa, por mucho que le costara reconocer que dependía emocionalmente ya de la presencia del otro.

Este día, cuando su celo ya se encontraba más controlado pues casi estaba por terminar, decidió enviar un mensaje para saber si podían verse y hablar las cosas. Pero su pecho se contrajo cuando al enviarlo, el mensaje nunca llegó. El alfa lo tenía bloqueado al parecer.

"¿Es en serio? ¿Tan pronto me sacaste por completo de tu vida, Pruk?" - pensó el pequeño omega. Intentó hacerse el fuerte, intento no llorar y no darle importancia, pero las lágrimas comenzaron a caer sin que pudiera evitarlo. El dolor a ser relegado por la persona amada era enorme, y más cuando sabías que fuiste tú quien exageró todo y explotó en un momento en que no era pertinente hacerlo, diciendo palabras que no se pueden recuperar.

En esa situación su única opción era hablar con Max, tal vez él podría servir de intermediario. Así que le llamó a su amigo y éste respondió rápido.

- ¿Nu? - dijo el alfa

- Max, perdón que te interrumpa, pero intento enviarle mensajes a Zee y no llegan, quería saber si puedes ayudarme con...

- Nu, Zee no puede contestar en estos momentos. Su teléfono ni siquiera está activado.

- Pensé que me tenía bloqueado, ¿qué sucede? - preguntó preocupado el omega.

- Luego de salir del edificio, me llamó para que organizara tu extracción y que te llevara a casa alguien seguro. Al principio no le di la importancia necesaria, pensé que así lo habían acordado, luego por teléfono me dijo lo que había pasado. Hasta ahí todo estaba bien, pero después fui a verlo a su departamento y...

Infierno en tu mirada - ZEENUNEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora