Infierno en tu mirada - ZEENUNEW

Capítulo 33: Reconstrucción

Durante 15 días seguidos, Nunew durmió en la recámara con Zee. Le daba de comer, estaba pendiente de sus medicinas, lo aseaba y le mantenía lo más cómodo posible.

Cada mañana, Nunew susurraba al oído del alfa lo mucho que le amaba, mientras cada noche le pedía perdón y le reiteraba que no se iría de su lado. Que tenía que recuperarse. El médico especialista que atendía a Zee, le dijo que primero tenía que comenzar a reponerse para que puedan reconstruir su lazo como destinados. De lo contrario, el cuerpo del alfa no soportaría los cambios repentinos. Así que el omega se dio a la tarea de devolverle la confianza a su alfa por medio de acciones y palabras.

Así, después de 15 días, los cambios comenzaban a notarse. Los riñones y el hígado de Zee volvieron a los niveles aceptados. Si al principio el alfa trataba de huir del abrazo del omega, pasados unos días comenzaba a necesitarlo cerca y por decisión propia abrazaba al omega cuando sentía que éste quería alejarse de la cama. Era como un niño necesitado de una presencia constante y Nunew le daba todo el tiempo que necesitara.

Por su parte, el pequeño omega recibió varias visitas de su médico para hacer chequeos constantes por la gestación del bebé. Todo marchaba bien, pero se debían tomar las debidas precauciones. Además, Max se mantenía pendiente de que tanto Zee como Nunew tuvieran una alimentación balanceada y continua.

Por su parte, Nunew estaba feliz, pues los cambios en su alfa cada vez eran más notorios. Ya no necesitaba diálisis por los problemas renales, ni suero por la auto deshidratación. Se acababa toda la comida que Nunew le daba e incluso la noche anterior pidió postre.

Lo que sí podía notar que todavía requería trabajo, era la confianza del alfa; pues, aunque ya pedía los abrazos del omega y se aferraba a él, lo hacía con timidez, como esperando ser rechazado o ser la segunda opción de cualquier cosa que Nunew estuviera haciendo en el momento. Si Nunew leía, "de seguro su libro es más importante que yo", pensaba el alfa, "mejor no lo molesto". Lo mismo pasaba cuando Nunew estaba trabajando en su laptop y Zee quería que lo abrazara. Los pensamientos negativos y de baja autoestima, siempre lo rondaban.

Pero su omega se percataba de esto. Así que cuando Zee titubeaba para pedirle un abrazo mientras Nunew estaba en la computadora, el omega lo tocaba con la mano que tuviera desocupada mientras seguía trabajando y pasados unos minutos le daba un beso olfativo en la mejilla al alfa. Esta acción daba mucha felicidad a Zee, casi se le podía escuchar ronronear si fuera gato.

Pero, aunque la situación estaba mejorando, la vida de Zee seguía corriendo peligro mientras el lazo no se reconstruyera, y a pesar de varios intentos por parte de Nunew, el alfa se negaba a hablar de lo que sucedió entre ellos. Era un recuerdo que no quería desbloquear. Nunew sabía que debían abordar el tema, pero tampoco podía presionar tanto a su pareja.

Cuando el médico realizó los últimos estudios y dijo que ya podían comenzar con la reconstrucción del lazo, Nunew comenzó a prepararse mentalmente, pues estaba consciente de que para ese objetivo tenían que comenzar a charlar del asunto, lo quisiera el alfa o no.

- Zee, el médico dijo que todo salió mejor con los estudios. Nos concertó una cita con un especialista en lazos destinados. Tenemos una sesión mañana por la tarde. - la voz de Nunew estaba algo dubitativa, pues el alfa en seguida se apartó del abrazo que se estaban dando.

- No quiero que nadie venga. Ya suficiente es con los médicos que entran y salen de este cuarto de hotel. Parece que nunca me fui del hospital. - dijo el alfa con un tono enojado, negándose rotundamente a que los siguieran molestando.

- Sabes que, si queremos reconstruir el lazo, necesitamos ayuda. No podemos solos y...

- No quiero, punto. No me puedes obligar. - dijo Zee. Dándole la espalda a Nunew en la cama.