Capítulo 23: venganza y consecuencias

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Al despertar, su cuerpo dolía, sus caderas parecían a punto de romperse y su espalda baja dolía como si hubiera pasado días en trabajos forzados. Pero no, la noche había sido todo menos eso. Nunew sonrió mientras se estiraba, tratando de que su cuerpo tomara fuerzas para levantarse.

Buscó con la vista a su alfa, pero no lo encontró. Aun así, volvió a sonreír porque recordó cuando al terminar Zee lo limpió, lo arropó y lo acarició hasta dormir por completo. Incluso, a media noche, cuando se despertó porque tenía sed, el alfa sintió sus movimientos y le acercó un poco de agua para que no tuviera que pararse.

- Sabías que me iba a doler todo el cuerpo si me paraba, cabrón - pensó Nunew, riendo porque su cuerpo protestaba ahora, situación totalmente opuesta a la de anoche.

Luego de casi treinta minutos, cuando por fin pudo levantarse de la cama, tomó un caliente y relajante baño de tina. Además, antes de meterse al agua, ingirió dos analgésicos para evitar sentir tanto dolor en su trasero.

Mientras se relajaba en la tibia y burbujeante agua, Nunew recordó con una sonrisa todo lo ocurrido. Jamás pensó que ceder el control total a un alfa fuera tan gratificante. Es más, le sorprendía su propio comportamiento porque eso de rogar nunca se le dio con otra persona. Era como si su cuerpo y corazón supieran que ahora está seguro, que no hay nada que aparentar, o de lo cual defenderse. Por primera vez tenía plena confianza en un alfa y eso le hacía sentir enormemente feliz.

Nunew aún recuerda la cantidad de alfas que habían querido controlarlo, sin tomar en cuenta sus opiniones, sus gustos o sus decisiones. Muchos, incluso, le habían maltratado queriendo obtener por la fuerza lo que jamás debería ser otorgado de esa forma.

Pero Zee era diferente. Y pensar que al inicio le caía tan mal... En fin, su vida había tomado un rumbo que jamás imaginó y por fin podía permitirse la verdad. Por fin podía reconocer, al menos para sí mismo, que estaba profundamente enamorado. Que no podía ya imaginar su vida sin este alfa. Que quería tener próximamente su celo y dejar que el alfa lo reclamara como suyo. Deseaba con todas sus fuerzas formar una familia con él y construir un futuro donde ambos compartan planes y sueños.

La ligera sonrisa que había comenzado a esbozar Nunew al principio de sus divagaciones, ahora era amplia. Su cara era de total felicidad, como la de aquel individuo que descubre que la vida es bella y vale la pena formar parte de este mundo a pesar de todas las atrocidades que suceden cada día.

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En otro lado de la ciudad, Zee era un alfa completamente relajado y feliz. Tomaba su café matutino con entusiasmo e incluso le puso azúcar y crema (cosa que nunca hacía, pero era como al pequeño omega le gustaba, y como el alfa quería recordarlo decidió tomarlo así.)

Ahora comprendía a su padre. Nunca había sentido algo así por nadie. Era más que atracción, era más que lo sexual. Tan solo pensar en Nunew le hacía sentirse amado, importante y con muchos planes. Y por si esto fuera poco, también le hacía sentirse invencible y devoto... Esa era la palabra perfecta: la devoción que sentía por el omega era tal que quería reclamarlo como suyo para siempre. Quería que le diera hijos y que envejecieran juntos.

Y sí, daba algo de miedo. Pero por fin, luego de tantas veces que dudó, Zee pudo comprender que Nunew y su madre no eran iguales. Que la traición de ella jamás sería replicada por el pequeño omega. Sabía... sentía en carne propia, que su omega lo quería, además de ser un omega independiente, testarudo, sumamente leal y honesto. Así que por primera vez se permitió sentir y disfrutar lo que esta relación le estaba dando.

¿Sería bueno pedirle matrimonio? ¿O Nunew preferirá sólo realizar un acto de lazo permanente? ¡Diablos!... El alfa sentía que quería resolver todo en poco tiempo porque ahora comprendía que había perdido 30 años de vida y quería recuperar el tiempo al lado de su destinado.

Infierno en tu mirada - ZEENUNEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora