Capítulo 31.-Verdades

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Perú tomo el puesto de guía, sin soltar del brazo a México comenzaron a explorar el lugar, definitivamente esto no tenía ni pies ni cabeza, así que se detuvo a pensar en que hacer.

-Hmmm ¿Como encontrar una aguja en pajar?

Se Cuestionó, mientras Canadá intentaba animar a México, Rusia observaba los alrededor para luego posar sus ojos en USA.

-Imagino que tienes algo que ver en esto, así que de una vez habla antes de que todos acabemos muertos- Indagó el más alto de los presentes.

-Perú, busquemos en el aire- Sugirió el de 50 estrellas estirando sus alas, las cuales ya habían tomado una apariencia como la de un ave adulta.

-Pero que mierda estoy viendo!?- Exclamó el mencionado, era el único capaz de reaccionar.

-Es una historia complicada, vamos- insistió atreviéndose a volar, aunque era la primera vez.

Perú lo siguió rápidamente, no quería perderse nada de eso, en cuanto a México se llevó las manos a la cabeza aún más frustrado.

-Definitivamente nada está bien, Tenochtitlan tiene razón debí poner un alto hace mucho tiempo y-yo...

-Мексика ...Sabes perfectamente que es más fácil decirlo que hacerlo, cosas así no dependen de nosotros totalmente, así que basta de culparte- Halo Rusia con su habitual seriedad.

-Es cierto, nosotros solo representamos nuestros países no tenemos el poder para cambiar a los humanos- añadió Canadá sonriendo intentando calmar al tricolor.

México no estaba convencido de ello pero prefirió callarlo, así que mejor decidieron caminar, siendo Rusia el que iba por delante en esta ocasión.

-No sabía que USA tenía Alas... Nunca lo mencionó- añadió el canadiense intentando mantener una conversación ya que el silencio de aquel lugar lo volvía loco.

-Él tampoco lo sabía

Canadá salto sacando sus hachas pues aquella voz era de Tenochtitlan y aunque quería confiar en ella, no sabía de que era capaz en este punto, usa también saco su martillo y su oz dispuesto a luchar.

-Déjanos salir de aquí o te obligaremos a sacarnos- Advirtió Rusia listo para luchar.

-Eso realmente me gustaría verlo, con tu tamaño será fácil derribarte, no deberías confiarte, y ustedes arruinaron mi hechizo, esto no debió suceder- Gruñó apareciendo una lanza, no le agradaba que ese par se pusiera muy a la defensiva.

Rusia negó molesto y rápidamente se abalanzó sobre la pelinegro le demostraría que no era un oponente fácil, sin embargo Tita salto sobre él empujándolo como si nada para luego atacar a Canadá quien apenas alcanzo a colocar sus hachas de forma defensiva, dos contra uno sonaba injusto pero para nada se sentía así.

-ONU no estaría feliz de ver lo que estás haciendo Tita, se que el mundo actual es una mierda pero en parte esto es gracias a él ¿O acaso no te a dicho nada?- Hablo México sin inmutarse cuando la lanza se dirigía a él.

Aquella afilada lanza se había detenido milímetros antes de tocarlo, conocía la historia de Tenochtitlan aunque nunca la había conocido ni a imperio azteca pero sabía de lo que era capaz y una pelea cuerpo a cuerpo era imposible que la ganarán así que debía "luchar" de otra forma, la mental.

-Explícate- Ordenó sin mover su lanza, ambos se observan fijamente.

-¿Crees que nosotros tenemos toda la libertad para hacer lo que nos plazca? Pues no, tenemos que seguir reglas, reglas impuestas por los humanos y ONU, si hay quienes se atreven a desafiarlo pero las consecuencias pueden ser terribles- Comento México   sonriendo con con frustración.

Canadá suspiro desapareciendo sus hachas, para luego asentir a las palabras de México.

-Eso es cierto, los que se no acatan las órdenes termina aislados por ponerlo en palabras simples- Murmuró sentándose, no iba a luchar, no quería hacerlo contra ella.

-Lamentablemente también los humanos son muy extraños e incontrolables, solo les gusta las cosas materiales sin medir las consecuencias de sus actos- Murmuró el tricolor del águila.

Y antes de que Tita pudiera hablar está se giro rápidamente para rápidamente lanzar su arma hacia el aire, en dirección ala que Perú descendía rápidamente para atacarla, sin problemas esquivo ese pobre ataque.

Rápidamente la estrelló contra el suelo desatándose una lucha física, los golpes de ambos eran contundentes pero ninguno parecía dispuesto a ceder.

-Debemos detenerlos- Exclamo Canadá algo aterrado.

Pero México lo impidió, si ella quería guerra, guerra tendría, solo actuaría si Perú se veía en problemas.

Usa bajo lentamente pues aunque estuviera desesperado por detener la lucha era un novato con sus alas.

-Detente Perú- Pidió seriamente.

-No, hasta que ella nos saque de aquí- exclamó molesto parecía que mas bien era una excusa para desahogarse.

Sin embargo en el momento en que bajo la guardia la de cabellos negros le sujeto para  lanzarlo lejos y poder levantar, eso se había vuelto personal así que estiro sus alas y  las uñas de sus manos ahora aprecian más garras que otra cosa.

-Me alegra que por fin te lo estés tomando enserio...

Un nuevo mundo [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora