Capítulo 37.- Charlas

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-Oh... ¿Tanto misterio para eso? Que decepción al menos tu hijo sigue siendo útil de vez en cuando- Gruño Reich ya aburrido porque no había ningún tipo de acción.

-Tenochtitlan, ese es mi nombre

La mencionada no dejaba de observar a URSS con cierta desconfianza, de momento era el que más le preocupaba, aunque Imperio era excelente luchando no parecía hacerlo sin motivo alguno, Fascista se veía como alguien tranquilo que no mataría una mosca y Reich no mostraba interés si alguien no lo iniciaba antes por lo visto

En cambio el más alto había recibido información de ella en esa carta y quién sabe que motivos tenga ocultos apesar de que diga que son aliados, no significa que no la vaya a traicionar en algún momento.

-¿Quizas alguno me puede decir algo sobre Imperio español? Claro que pagaré por ello- Hablo sonriendo mientras ladeaba la cabeza.

-¿Imperio español? Esa cosa desapareció hace mucho solo queda un imbecil que se llama España y es mi yerno, ojalá mi querida Hija se de cuenta de que está con un bueno para nada- alego fascista haciendo algo parecido a un berrinche.

-Oh entonces si era él, no pude verlo porque ONU se interpuso pero pude escucharlo...- Murmuró desconsertada la pelinegro.

-¿También lo odias? Ven, ven vamos a platicar de lo idiota que es- Exclamó el italiano llevándose a la más baja.

-¿Si sabe que ella actúa así para sacarle la información no?- Cuestionó URSS con duda.

-La mente de Fascista siempre a sido una incógnita- Respondió Imperio limpiando su katana.

-¿Que importa? De todos modos no hay nada entretenido que hacer- agregó Reich con indiferencia mientras se alejaba.

Tenochtitlán observaba su entorno mientras era guiada por su nuevo conocido, confiar en el no estaría mal ¿Verdad? Después de todo podría defenderse.

-Entonces ¿Que quieres saber? Es bueno hablar con alguien nuevo que no sean esos tres, hemos estado aquí por bastante tiempo- comento Fascista sentándose a ver el mar que los rodeaban.

-Quiero saber como destruirlo pero incluso con solo escucharlo me veo incapaz de reaccionar - Susurró apareciendo su cuchillo ceremonial discretamente en caso de tener que luchar ya que el ambiente se había vuelto un poco extrañó.

-Hmmm entiendo, algo así me pasaba teniendo cerca a Reich, después de la guerra pero es fácil arreglarlo simplemente tienes que ... PRACTICAR

Y antes de que pudiera reaccionar fascista se lanzo a intentar apuñalarla su expresión era totalmente diferente a la de hace un momento incluso su fuerza era comparable a un portador de alas.

-¡SOLO DEFENDIENDOTE NO LLEGARAS LEJOS!- Exclamó sonriendo mientras ejercía mucha más fuerza.

Tita logro por poco empujarlo lejos dándole el suficiente tiempo para ponerse a la defensiva sin embargo el tricolor frente a ella parecía errático por lo cual leer sus movimientos no era tarea fácil sumada su velocidad

-¿Que pasa? Jaja ¿Por qué dudas? ¿No se supone que quieres acabar con él? Si no puedes hacer algo tan simple deja de quejarte y rindete- Exclamó esquivando aún los ataques por muy poco.

No entendía bien que rayos le pasaba al tal fascista pero de ahora en adelante trataría de no quedarse a solas con él y sobre todo ahora comprendía mucho mejor la frase que ONU le llevo a mencionar un par de veces "Nunca juzgues a un libro por su portada"

De no ser por un ruido de pisadas probablemente el tricolor frente a ella la hubiera torturado, la respiración de la pelinegro era muy agitada pero su shock al ver al italiano como si nada y tranquilo la dejo mucho más descolocada.

-¿Qué están haciendo?- Cuestionó URSS bastante confundido por la situación poco común.

-Estábamos caminando cuando de repente se resbaló, así que intentaba ayudarla- Explico fascista sonriendo inocentemente.

-Curioso...  Ella parece a ver visto un fantasma - Murmuró el más alto realmente inconforme con la explicación.

Tita tomo su distancia sujetando fuertemente su cuchillo y decidió colocarse en una distancia media entre ambos, definitivamente no le gustaba está situación, tenía que salir de ahí lo antes posible o acabar con su existencia, lo que ocurriera primero.

Y bueno, no tuvo más opciones que mantenerse en los árboles los siguientes días, no era lo más cómodo pero al menos se sentía segura.

-Pareces un gorrión, baja de ahí ¿Podemos hablar?- Sugirió Urss con su habitual rostro indiferente.

-¿Vienes solo?-  Cuestionó la pelinegro con total desconfianza.

El asintió, no tenía muchas opciones por hacer y un rostro nuevo le causaba curiosidad, claro, no lo demostraba pero la información de Rusia aunque algo encriptada siempre era interesante.

-No mentía cuando dije que si eras parte de México entonces sería tu aliado y por lo visto cuando llegaste algo ocurrió entre tú y fascista-  Soltó directamente.

-Ests loco... Aunque esa palabra queda corta a su lado- Murmuró la más baja observando alrededor.

-Bueno, todos fuimos participes de la cruel guerra causada por Reich, terminar como locos probablemente sea en el mejor de los casos- explico tranquilamente mientras se sentaba en el suelo.

-Como sea ¿Que quieres de mi?

El más alto alzó los hombros,  lo que sea que platicaran sería bueno, así que esperaba que ella sacará algún tema.

-¿Que tal si me hablas de tu relación con el imperio español? A diferencia de ti y él yo soy muy joven por lo cual nunca lo conocí en persona pero se algunas cosas ya que solía leer además ONU trae libros aburridos de historia, Reich los usa para avivar el fuego cuando hace frío- Explicó desinteresado.

-Oh...

Un nuevo mundo [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora