Neteyam es secuestrado por el Alfa Olo'eyktan de un clan cercano que afirma que Eywa los ha destinado a ser almas gemelas.
A solo unas semanas de presentarse por completo como Omega, Neteyam se encuentra atrapado entre tratar de encontrar el camino...
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Kxolo agarró la parte posterior de los muslos de Neteyam y tiró del macho más pequeño para que se sentara a horcajadas sobre su regazo. Los dos gimieron en el vaporoso beso cuando el omega empezó a frotar su pelvis contra la ingle del alfa.
Neteyam había estado inquieto desde el final de la cena, sin duda otro episodio en marcha.
Kxolo se apresuró a complacer al omega necesitado, que lo arrastro a una larga sesión de besos. Nunca había visto al omega ser tan atrevido sexualmente y eso lo hizo hincharse de orgullo.
Unas pequeñas manos le rodearon la nuca, usándolo para tirar del alfa contra él.
— Alguien está un poco excitado. — Kxolo se rio entre dientes, volviendo a unir sus labios tras ser atraído hacia sí.
El beso era animal mientras los dos luchaban por dominar, pero bastaron mordiscos y tirones de cabello estratégicamente colocados para que Neteyam cediera ante el macho mayor.
Kxolo disfrutó de lo pequeño que se sentía Neteyam sentado en su regazo. Tan fácil de maniobrar y cambiar de cualquier manera que él quisiera. Sus muslos más pequeños se estremecían contra los suyos mientras luchaban por encontrar más fricción contra su pareja.
Los pequeños gemidos y quejidos de Neteyam estaban haciendo que Kxolo estuviera contra las cuerdas, quien intentaba no saltar sobre el omega en ese mismo instante. Parecía que siempre se estaba recordando a sí mismo que debía ser paciente cuando se trataba de Neteyam.
No había espacio entre ellos, sus frentes presionadas juntas por los musculosos brazos del alfa que sujetaban a Neteyam cerca, aunque no es que al chico le importara. Los movimientos del chico Sully eran frenéticos y desesperados mientras sus pequeñas manos saltaban entre explorar la musculosa espalda del alfa y enredarlas en las largas trenzas decoradas.
Le recordó a Kxolo lo realmente inexperto que era el chico. Él era el primer alfa que Neteyam había llegado a tocar, el primero en compartir actos íntimos. Su pequeño y dulce Neteyam seguía siendo tan puro e inocente. El pensamiento hizo que Kxolo dejara escapar un gruñido audible en la boca del otro chico.
Dicho esto, todavía necesitaba hablar con él sobre la reunión.
Cada fibra de su ser gimió por posponerlo de seguir jugando con el dulce omega, pero el tiempo era limitado. Finalmente se separó del beso y observo cómo Neteyam respiraba agitadamente y le devolvía la mirada.
— Tranquilízate un poco, pequeño. Tenemos que hablar. — Con las palabras entrando por un oído y saliendo por el otro, Neteyam atrajo firmemente al Olo'eyktan para unir sus labios una vez más. Kxolo correspondió el beso durante unos segundos antes de volver a intentarlo — Neteyam.
— No quiero hablar. Quiero besar. — Neteyam sonrió borracho antes de volver a unir sus labios.
Kxolo se maldijo mentalmente por tener que negárselo al chico. — Sé que quieres, pero vas a tener que esperar a que hablemos primero, bebé. — El alfa sujetó suavemente a regañadientes el cabello del niño por las trenzas.
