Capitulo 20.

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Un pequeño gemido escapó de los labios de Neteyam mientras la Tsahik continuaba aplicando el ungüento a lo largo del corte. El constante escarbar y desinfectar para sacar la suciedad era tedioso y agravante para el omega. Sin embargo, supuso que habría sido más manejable si no fuera por la pesada mirada que lo atravesaba durante el proceso. 

Puesto en cuclillas, Kxolo lo observaba con una intensidad persistente que hacía que Neteyam se apartara cohibido de su ferviente mirada en cada oportunidad disponible. 

— Debes quedarte quieto — La Tsahik siseó con creciente impaciencia. 

Hubo muy pocas palabras intercambiadas entre los tres en la tienda. Sólo las suficientes para descubrir que la Tsahik actual del clan, era la prima lejana de Kxolo.
Neteyam ansiaba hacerle preguntas sobre él, tal vez conseguir que divulgara algo de información útil, pero era imposible con el inquietante alfa mirándolo fijamente como si le fueran a salir alas y volara lejos en cualquier momento.

Un dolor punzante y caliente sacudió al chico desde su posición sentada, alejándolo del misterioso líquido que se vertía firme sobre su corte. Los labios de la mujer se tornaron en un ceño indignado mientras él se escabullía hacia el otro lado de la tienda. 

Una mirada intensa entre la Tsahik y el Olo'eyktan le hizo arrepentirse de la decisión inmediatamente.

No hubo tiempo de escapar antes de que Kxolo lo agarrara por el tobillo y lo empujara hacia el otro lado de la tienda. Neteyam fue maniatado y asegurado en el regazo del Olo'eyktan con una fuerza que resintió.
Kxolo fue suave pero firme cuando forzó los brazos del niño detrás de su espalda, abriéndole paso para recibir mas tratamiento. Neteyam intentó retorcerse y exclamar la falta de necesidad de tales ataduras, pero sus objeciones fueron ignoradas.

— ¿Qué tan grave es? — La voz profunda del alfa se abrió paso entre los quejidos y siseos expresados provenientes de Neteyam mientras la mujer continuaba vendando la herida.

— Es leve, Olo'eyktan. Sin embargo, estaría en mejor estado si alguien no se hubiera revolcado por el suelo del bosque. Tenemos suerte de que no esté ya infectado. 

La ira de Neteyam se calentó a fuego lento ante la reprimenda de la mujer. Ella trato su intento de huida al igual que a un niño necio que quiso jugar en el barro. 

Kxolo hizo pequeños círculos relajantes a lo largo de sus bíceps durante los siseos particularmente fuertes. El único alivio que sentía Neteyam era no tener que sentir más la mirada acalorada sobre él, pero tuvo un costo. 

El omega se asombraba de cómo su cuerpo seguía siendo capaz de excitarse ante el mismo macho que sostenía el inminente castigo que se avecinaba sobre su cabeza. Sin embargo, la necesidad innata de ser tocado, consolado y reconfortado después de una experiencia tan agotadora, tiraba constantemente de Neteyam.

Ma Neteyam - Alfa Na'vi  x Omega Neteyam. - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora