Neteyam es secuestrado por el Alfa Olo'eyktan de un clan cercano que afirma que Eywa los ha destinado a ser almas gemelas.
A solo unas semanas de presentarse por completo como Omega, Neteyam se encuentra atrapado entre tratar de encontrar el camino...
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Lo'ak envolvió la cuerda alrededor de la punta de la flecha en un patrón diagonal hasta que estuvo firmemente sujeta. Le había llevado cinco veces completar la tarea por una sola flecha. Sus nervios comenzaban a llevarlo contra una pared. Ninguna cantidad de canalizar esos sentimientos en proyectos los había combatido.
El sol estaba alto en el cielo mientras él continuaba esperándola junto a las montañas Aleluya.
Aunque ciertamente, ella no había prometido reunirse con él.
Su interacción a través del comunicador de garganta había sido breve. Vamai le había confirmado que conocía el lugar y la hora, pero cuando le preguntó si vendría o no, Lo'ak sólo recibió un "Ya veremos" antes de que la línea se silenciara.
Era más o menos lo que Lo'ak esperaba de la omega después de que se hiciera evidente su resistencia al apareamiento. Sabía que Vamai no era de las que caían fácilmente, pero estaba claro que había algo más que jugaba a su favor.
La curiosidad.
El movimiento de su cola y el brillo de sus ojos era algo que él reconocía bien. La omega afirmaba que no le gustaban las relaciones, pero siempre iba a haber una parte de ella que anhelaba explorar la chispa de electricidad que fluía entre ellos.
Esa sola idea era suficiente para apostar su esperanza. Podía ser terca todo lo que quisiera, pero al fin y al cabo, Eywa los había elegido por una razón. La naturaleza misma de sus almas los llamaba el uno al otro. Si sus propios sueños le servían de algo, ella seguiría ahogándose en interminables pensamientos subconscientes sobre él mientras dormía.
— ¡Boo!
Ahogado en sus propias cavilaciones internas, Lo'ak no se dio cuenta de la llegada silenciosa de Vamai hasta que su exclamación le hizo cosquillas en la oreja. Naturalmente, dio un respingo e inmediatamente fue a cargar la flecha, pero la familiar esencia de cítricos y agujas de pino le reveló la identidad de su "atacante".
La alegre risa burlona de Vamai se instaló en sus músculos hasta que finalmente se relajaron. Se giró para mirarla y toda la molestia por su ataque furtivo se desvaneció.
Como de costumbre, su cabello suelto con múltiples plumas y adornos enmarcaba sus elegantes rasgos, pero esta vez había algo más. El pequeño colgante descansaba dulcemente sobre su frente, y esa sola visión hizo que su corazón diera un vuelco. Ella no solo había conservado su pequeño regalo, sino que había seguido usándolo.
La esperanza no era tonta después de todo.
Como siempre, Vamai era impresionante. Su esencia lo envolvió y tejió a su alrededor hasta dejarlo en una bruma vertiginosa de lujuria y deseo. Los ojos de Vamai eran estanques de encanto dorado en los que Lo'ak podía perderse fácilmente. Sus rasgos se inclinaban suavemente hasta desembocar en unos labios carnosos. Una figura menuda con curvas suaves y dulces que Lo'ak deseaba recorrer con su lengua. De hecho, había soñado más de una vez con hacer exactamente eso. Tan dulce y delicada bajo su tacto. Un ángel bonito con una actitud tortuosa.
