Capitulo 29.

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Neteyam resopló y arrojó otra manta tejida a través de la cabaña sin ningún cuidado.

El lío enredado de telas y almohadas era solo eso; un desastre.
Tan desordenado e inadecuado que el omega apenas podía mirarlo sin querer gritar o echarse a llorar. Parecía que sin importar lo que hiciera para tejer y retorcer el material en un nido reconfortante, siempre resultaba un completo desastre

El duro mordisco de la incompetencia mordía su autoestima.
Era la misma sensación que tuvo cuando aprendío a manejar un arco por primera vez o a seguir rastros de huellas. Inevitablemente, fue terrible en estas tareas durante los primeros intentos, pero Neteyam siempre había superado y lidiado con estos sentimientos practicando obsesivamente hasta que por fin tuvo éxito. Hasta que veía la brillante sonrisa orgullosa de su padre o sus comentarios al pasar sobre su poderoso guerrero. 

Naturalmente, Neteyam pensó que podría abordar la construcción de un nido de la misma manera. 

Sin embargo, una hora de rebuscar materiales en su cabaña compartida y luchar con la tela hasta que no fue más que una bola de tela suave había empujado a Neteyam más allá de su límite. Esto no era nada parecido como aprender a cazar. Cada tela tenía que tener el peso y la textura adecuados, pero cada pieza que cumplía con estos medios no tenía la esencia adecuada. Necesitaba materiales que contuvieran el mismo aroma almizclado de su compañero pero parecía que Kxolo siempre estaba encima de la ropa. 

Una cualidad útil que tenía al omega enfurecido con él.

Neteyam se sentía completamente perdido.
¿Dónde estaba su maestro?
¿No se suponía que alguien debio haberle enseñado a hacer este tipo de cosas?
Se preguntó ociosamente si sus padres simplemente habían estado esperando enseñarle esta habilidad más adelante, cuando se anticiparan a su apareamiento...

Sin embargo aquí estaba ahora, luchando solo y completamente perdido con la tarea y con un compañero que no podía molestarse en dejar una sola pieza de ropa con su aroma para que Neteyam la disfrutara.

El mayor de los Sully volvió a rebuscar en una de las canastas y se sorprendió gratamente al encontrar un poncho azul marino. Recorrió el suave material de cuero con la punta de los dedos. La tela acarició su piel a la perfección, encendiendo una llama de optimismo en el omega.
Pero cuando se llevó aquella prenda a la nariz, esa esperanza murió instantáneamente.

El pequeño macho siseó y tiró el poncho sin ningún rastro de olor al suelo. 

Las lágrimas se acumularon en las comisuras de los ojos de Neteyam, pero las contuvo con una intensidad obstinada. Su frustración rápidamente se tragó la tristeza e hizo que Neteyam levantará y arrojara la primera tela que sus dedos tocaron al otro lado de la habitación con furia.
Y sólo cuando escucho el suave sonido de la tela chocar contra piel, fue que levantó la vista y vislumbro a su alfa parado justo frente a la entrada.

Ma Neteyam - Alfa Na'vi  x Omega Neteyam. - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora