Capitulo 30.

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El dolor se había transformado

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El dolor se había transformado. Una sensación de tormento con una causa más distinguible en su raíz. 

Neteyam estaba vacío. 

Tan imposiblemente vacío y hueco que se le hizo un nudo retorcido en el estómago. No estaba seguro de cuándo volvió a ser plenamente consciente, pero la única sensación de vigilia en la que podía concentrarse era aquella lujuria desenfrenada. 

El resbaladizo se acumulaba en su entrada, goteando por la parte posterior de sus muslos, acariciados por el suave material del poncho de Kxolo. Se apretó contra nada, el aire húmedo no le proporcionaba ningún tipo de alivio. La decepción era un peso tangible que encadenaba sus emociones en una decidida desesperación. La tela quedó atrapada entre sus piernas y aquella suave fricción bastó para que el omega se volviera contra ella. Para entrelazar su propia excitación perfumada con la del perfume natural de su alfa en el cuero.

La satisfacción fue temporal, solo una ligera solución que masajeó su dolor pero no logró enjaular las furiosas hormonas dentro de él. Necesitaba aparearse. Ser llenado con la polla de su alfa hasta que la sustancia pegajosa del semen de su compañero se filtrara por su agujero, marcando su piel a su paso.

Neteyam había experimentado la excitación antes. Eywa sabe que ha tenido más de lo que le correspondía en los últimos dos meses, habiendo estado rodeado por el etéreo y apuesto alfa en todo momento. Aún recordaba sus confusos tiempos de pubertad, en los que las miradas de los tonificados alfas habían pasado de ser miradas inocentes a embobamientos memorizados que le servían para correrse más tarde. Pensó que había recibido adecuadamente un preludio de sus futuros calentones y presentación durante los dos últimos meses, pero nada podría haber preparado a Neteyam para esto. 

Esta fervorosa lujuria era primigenia, un monstruo desencadenado que disipaba cualquier otro punto focal hasta convertirlo en cenizas. Una determinación furiosa que le convenció de que moriría sin la presencia y el reclamo de un alfa. 

Este era su propósito. 

Ésta era su única salvación. 

La forma de Kxolo sobrepasó la pequeña entrada dividida, la extensión de su hombro golpeó cada lado de la tela tejida. Su aspecto hizo que Neteyam se fijara en él sin pensarlo dos veces. El largo cabello de Kxolo ya estaba recogido en una coleta baja, dejando su afilada mandíbula al descubierto a la pálida luz de la luna. Las clavículas sobresalientes se movían con cada respiración agitada, atrayendo la mirada de Neteyam hacia los pectorales y abdominales esculpidos que sobresalían debajo de su piel desnuda. Incluso las largas venas que se extendían a lo largo de las manos y los antebrazos de Kxolo provocaron otra punzada de excitación que se filtró entre las mejillas de Neteyam.

¿Siempre había sido tan guapo?

Una representación pura del atractivo sexual en forma de alfa. 

Los talones de Neteyam se clavaron en el suelo de mimbre y sus caderas empujaron hacia el techo mientras un gemido de dolor salía de sus labios. La cola de Kxolo se balanceó con satisfacción, saboreando la necesitada muestra de sumisión y desesperación. Unos pasos inquietantes tamborilearon cuidadosamente contra el suelo de la cabaña, merodeando hacia delante para acercarse al macho indefenso. 

Ma Neteyam - Alfa Na'vi  x Omega Neteyam. - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora