Neteyam es secuestrado por el Alfa Olo'eyktan de un clan cercano que afirma que Eywa los ha destinado a ser almas gemelas.
A solo unas semanas de presentarse por completo como Omega, Neteyam se encuentra atrapado entre tratar de encontrar el camino...
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— ¡Por la virginidad! — Vamai levantó la copa de madera en el aire — De todas formas, ¿Quién la necesita? — Ella se rió antes de chocar su taza contra la de Neteyam.
Él puso los ojos en blanco ante su evidente presunción con respecto al tema. Desde que lo dejaron salir de la tienda esta mañana, ella había estado actuando como si fuera una infame casamentera que había hecho que todo sucediera.
El chico Sully pensó que a veces había momentos en los que simplemente era mejor dejar que la chica se divirtiera. Luchar contra sus ideas solo resultaría en un dolor de cabeza.
Trató de imitar a la otra omega que se estaba ahogando la mitad del líquido de un solo trago, pero el sabor era más amargo de lo que esperaba. Sus ojos se cerraron mientras se obligaba a tragar el alcohol. Neteyam solo había probado la sustancia inhibidora una vez ese mismo año en un festival. Sólo le habían permitido un vaso y, aunque era extraño, no recordaba que le quemara tanto la garganta como este brebaje.
— ¡Es horrible! — Él balbuceó.
La risa de Vamai aumentó a carcajadas, estudiando la expresión de dolor en el rostro de su amigo.
— Es que simplemente está fuerte por estar añejado durante tanto tiempo. ¿Habias bebido alcohol alguna vez, Nete?
Sus palabras burlonas hicieron que Neteyam devolviera la mirada a la chica. No le gustaba la forma en que sus suposiciones lo hacían sentir expuesto, ya que por lo general estaban bastante cerca de la verdad.
— Para tu información, si. — No hacía falta decirle que sólo fue una copa.
Poniéndose de rodillas, Vamai levantó ambas cejas de una manera que le decía a Neteyam que lo consideraba "una florecilla delicada". Palabras de ella, no de él. Si bien las burlas afectaban al omega a veces, no podía negar lo mucho que su compañía significaba para él. Necesitaba un descanso de los alfas sobreprotectores que lo mandoneaban día tras día, incluso si un alfa en particular lo hacía correrse hasta que apenas podía recordar su propio nombre.
— ¿De qué estaba hablando Kxolo anoche, de todos modos?
La compostura confiada de la omega se desvaneció por un momento cuando Neteyam la miró fijamente.
— No creí que recordarías eso con la forma en que no podías unir una oración — Vamai intentó devolverle una sonrisa, pero no le llegó a los ojos.
— ¡Vamos! ¿A quién mas se lo voy a contar?
Ella levantó las manos en señal de rendición. Neteyam se sentía tonto por tener tantas ganas de chismes, pero se estaba cansando rápidamente de solo hablar de su complicada relación con el Olo'eyktan.
— Bueno, supongo que eso es cierto, ya que tu novio parece que ya lo sabe — Vamai se pellizcó la barbilla, fingiendo una mirada pensativa.
— Sí, ¿Y cómo es eso justo? ¿Por qué se enteró él antes que yo?
