Neteyam es secuestrado por el Alfa Olo'eyktan de un clan cercano que afirma que Eywa los ha destinado a ser almas gemelas.
A solo unas semanas de presentarse por completo como Omega, Neteyam se encuentra atrapado entre tratar de encontrar el camino...
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A la mañana siguiente, Neteyam yacía inmóvil en la hamaca. Sus ojos se esforzaban por ver a través de los pequeños agujeros en el material para observar a los Na'vi apostados abajo.
Después de veinte minutos de fingir sueño y vigilar sus rutas, estaba bastante seguro de que no tendría ninguna posibilidad de escapar en el suelo del bosque. No había un segundo en el que un par de guardias no estuvieran dando vueltas debajo de él.
Lentamente y con los ojos cerrados, giró hacia su lado izquierdo, tratando de fingir que se movía dormido. Desde esta posición ventajosa fue capaz de contar los guardias apostados en los árboles por todo el bosque. La mayoría de los Na'vi que pudo ver eran miembros del clan que se levantaban temprano en la mañana para recolectar ingredientes para el desayuno. Muchos de ellos parecían ser madres y no portaban armas. Solo había cuatro guardias en los árboles a su alrededor.
Solo sería cuestión de tiempo antes de que Kxolo o uno de los otros alfas viniera a despertarlo. Neteyam dispondría de un tiempo limitado para idear un plan y llevarlo a cabo, pero esperaba que su agotamiento de la noche anterior hiciera que el alfa lo dejara solo por más tiempo para que pudiera dormir un poco más.
El omega no estaba armado, por lo que su escape tendría que depender únicamente del sigilo.
Tomando una última respiración profunda, Neteyam esperó a que el guardia más cercano le diera la espalda para ponerse en movimiento de salto.
De un salto, se aupó de su hamaca a una enredadera colgante y no tardó ni un segundo en ascender. Había subido unos diez metros por la enredadera cuando escucho aullidos y gritos a su alrededor, lo que indicaba que los guerreros lo habían visto. Afortunadamente para Neteyam, siempre había sido un escalador rápido.
La adrenalina corría a través de él mientras cambiaba entre las enredaderas, poniéndose en un movimiento de balanceo. Podía oír el revuelo de los guardias debajo de él. Neteyam aceleró el paso.
Finalmente encontró una enredadera que lo llevó a una rama fuerte en la que podía posarse. Se abrió paso entre las ramas de los árboles gigantes en busca de un camino oculto por las hojas y la vegetación.
De la nada, un ikran se abalanzó sobre el árbol. Neteyam instintivamente aplastó su cuerpo contra el tronco del árbol. Tropezó hacia atrás con las grandes hojas que cubrían una de las ramas, pero ya era demasiado tarde.
— Buenos días Neteyam — Pulo saludó alegremente. El corazón de Neteyam se hundió — ¿Nos vamos a escalar por la mañana?
Neteyam simplemente se limito a responder inexpresivamente al hombre
— Sube, te llevaré abajo.
— Puedo bajar solo.
— Aunque estoy seguro de que eso es cierto, realmente no tengo tiempo para supervisarte de rama en rama. El desayuno está listo y no me gusta que me lo impidan.
