Y así fue como Ace decidió que los Barba Blanca no eran tan malos, pero aun así no iba a ser amable con ellos, solo... ya no más intentos de asesinato.
Así que ya no tenía que asesinar a nadie, no tenía nada más que hacer que esconderse. Necesitaba complacer a su propio Omega, que estaba seriamente necesitado de un lugar seguro al que acudir.
Pero si era sincero, no quería usar el aroma de estos piratas. Decidió que usaría sus propias sábanas y trabajarían esto con su propio aroma. A pesar de ser el chico rebelde que era, tomó algunas sábanas y almohadas y construyó un pequeño nido en una esquina. No era tan grande como el anterior, pero cumplía su función.
Suspiró aliviado, solo quedaban dos meses para ser libre. Solo tenía que soportar a estos locos un poco más y entonces todo estaría bien, sanos y salvos.
Thatch entró con un buen plato de comida en su habitación y miró el nido de Ace mientras dejaba la comida en el escritorio.
Aquí te dejo la comida, aunque sé que no te la comes... Ace, tenemos material para nidos en la bodega... no tienes que luchar contra tus instintos - Thatch ronroneó un poco para su hermano menor, demostrando que entre omegas, era un lugar seguro.
Ace miró el plato de comida. Aunque aceptaba muy pocas porciones, después de hablar con Bay, no quería terminar en un estado de coma. Así que se levantó y caminó hacia la comida. Thatch esperó a que lanzara su comida, pero se sorprendió cuando Ace, un poco lento y desconfiado, comenzó a comer.
¡Ace, estás comiendo! - Ace se sonrojó.
¡Solo porque Bay me dijo que mi cuerpo se apagaría! - Ace en realidad no sabía lo que significaba que un cuerpo se apagara, pero la mirada de la chica era seria, así que mejor le hizo caso.
¡¿Qué!? ¡Debí haberte enterrado en el plato de comida cuando tuve la oportunidad! - Thatch se desesperó consigo mismo. Su trabajo en el barco era asegurarse de que todos comieran, pero pensó que aunque Ace lanzara su comida, al menos estaba comiendo algo. Este mocoso del demonio casi no probó bocado.
Está bien, voy a comer, no más negación, solo quiero terminar esto - Ace parecía un poco ausente mientras comía. Era un Omega deprimido, diferente a la fiera que peleaba con todo.
¿Estás bien, cachorro? - Ace abrió los ojos sorprendidos por la mano de Thatch en su cabello. Le recordaba a Sabo y Luffy. Cómo extrañaba a los chicos. Quería estar con su manada.
Gracias... - Esa fue la primera vez que agradeció algo en este barco. Thatch sonrió y dejó al cachorro de fuego solo. No eran malos, no como decían los periódicos, pero aun así... ¿Lo querrían después de saber su procedencia? Después de saber que era el hijo del mismo demonio, el hijo del rey pirata. Una cosa que jamás debió haber pisado este mundo.
Además, nació Omega. Lo más seguro es que hubiera sido una decepción para el rey si hubiera estado vivo para ver que el llamado "príncipe pirata" era un Omega. Ahora que lo pensaba, lo único bueno en su vida fue no haber crecido en un lugar donde los omegas culturalmente son tratados como mascotas. Habría matado a todos, y de eso estaba seguro.
Cuando terminó su comida, se acercó a la cocina y se aseguró de que ya estaba vacía antes de entrar y limpiar su propio plato, como el joven educado que era.
Salió de la cocina y se acercó al mar para mirar un poco, buscando un poco de paz y tranquilidad. Era tan hermoso. Ace se preguntaba si su madre había sido igual de hermosa como su abuelo decía. Que su madre era tan hermosa como las perlas que resplandecían en el fondo del mar azul.
O que su madre tenía una rebeldía tan hermosa y apasionante como las flores de fuego de las islas de invierno que Ace había visto en alguna ocasión en los libros. Aunque el abuelo decía que Ace tenía esa belleza, él no podía pensar lo mismo. A nadie le gustarían sus pecas.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por su Haki, advirtiendo del peligro a sus espaldas. Rápidamente, se dio la vuelta y, moviéndose hacia un lado, escapó de lo que sea que estuviera siendo lanzado en su dirección. O eso pensó cuando una mano lo tomó y lo lanzó al agua.
Estaban en el mar, ahogándose como dos idiotas. Ace miró a Marco, que era quien lo había lanzado, y trataba de sostenerlo para subir de manera inútil. Rápidamente, Namur entró en acción y los subió a ambos para que tomaran oxígeno.
¿Qué fue eso, idiota? - Los ojos de Ace ardían por el agua de mar.
Perdón, me distraje, yoi - Mmm Marco trató de darle una sonrisa, pero en realidad no era el momento adecuado. Namur finalmente los dejó, soltando a Marco y dejando con cuidado a Ace en el piso.
Gracias, Namur - Ace agradeció mientras un aura de flores aparecía alrededor de Namur, que asentía con entusiasmo ante su hermano menor.
Lo siento, no era mi intención lanzarte al mar, yoi - Ace miró a Marco, que trataba de arreglar su error con su alma gemela. Ace se iba a enojar, pero al ver la camisa mojada de Marco, recordó lo que sucedió la otra noche y se sonrojó.
Sí, está bien, todo perfecto, aquí no pasó nada. Me voy a secar - Ace escapó de la escena de regreso a su habitación, en su nido, donde podía mirar cada una de las cosas que pasaban por su mente con mayor detalle.
¡Marco era jodidamente sexy! Pero eso no quitaba el hecho de que estaba secuestrado... por su alma gemela, pero de todos modos secuestrado.
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Fuego [Omegaverse][Finalizado][Corregido]
FanfictionAce es un pirata conocido, a demostrado ser más de lo que esperaba, sin necesidad de intimidar por su marca de alma, hasta que tiene una pelea amistosa con Jinbe. O más bien, otra de las versiones de como según yo, Ace conoce a los barba blanca.