Fuego [Omegaverse][Finalizado][Corregido]

- Estornudo -

Ace lo sabía perfectamente: la primavera se acercaba, es decir, la época de celo de todos en el mundo, al menos en esa zona del mundo. Estaba acomodando las cosas en su habitación, preparando su nido en la cama en lugar de la esquina esta vez. Le había pedido algunas camisas a Marco, lo que fue vergonzoso, pero no importaba. Ahora que había terminado de preparar su habitación para el próximo celo, tenía que hablar con Shirohige.

¿Estás listo, yoi? - Marco preguntó desde el otro lado de la puerta. Ace rió por lo ansioso y feliz que se veía el rubio al saber que se quedaría en el barco.

Sí, estoy listo, Marco - Ace rió, saliendo de la habitación, y se encaminaron hacia el cuarto del hombre más fuerte del mundo. Habían esperado que pasara el día, ya que era de noche, y sabían que no habría nadie en cubierta. Marco le había dicho a Oyaji que tenía que hablar con él en privado.

Llegando frente a la puerta del cuarto del hombre, Marco tocó dos veces, y ante el inminente y fuerte "pasa, hijo", Marco empujó la puerta para dejar pasar a Ace. El pelirrojo iba un poco nervioso y sonrojado.

Oyaji, yoi... - Marco sonrió mientras el hombre miraba curioso al pequeño pecoso, que miraba a todos lados menos a sus ojos, sonrojado.

¿Voy a tener nietos? - Shirohige rió ante el grito de "No" de Ace, todo rojo, y la mirada esquiva de Marco. Habían pasado años desde que su mocoso rubio se ponía tan nervioso, tan a flor de piel.

No, Ace tiene algo que decirte, yoi - Marco rió ante la mirada curiosa de su padre.

Yo... quiero quedarme... ¿Si aún se puede? - Ace parecía estar muy nervioso. El hombre, como respuesta, levantó sus brazos y tomó a Marco y Ace entre ellos para abrazarlos contra su pecho, como a sus cachorros.

Claro que puedes, bienvenido a la familia, hijo - Ace iba a chillar por el abrazo, pero del otro lado vio a Marco abrazado al hombre, totalmente relajado. Lentamente, él también abrazó al hombre y su Marco brilló un poco.

¿Puedo ver tu marca ahora, Ace, yoi? - La pregunta fue rápida y sencilla, pero hizo que todo Ace se pusiera rígido.

No, de ninguna jodida manera, Marco - Ace negó con la cabeza.

Todos en casa confirman su tatuaje, hijo - Barba Blanca rio mientras Ace bufaba.

Pues yo no, no me gustan, odio, de cualquier manera posible, las agujas en manos de otros. No sé si se les puede pasar la mano y perforar uno de mis pulmones - Marco rio. No era el miedo más común, pero había conocido a más de una persona con ese pensamiento y entendía de dónde venía el miedo.

Podemos ver eso en otro momento, oyaji - Marco se sintió conforme ante el asentimiento y la sonrisa divertida de su padre.

Entonces, mañana mismo le diremos a tus hermanos - Ace asintió. Deuce había sido el más feliz en todo esto porque había conseguido que Jozu y él estuvieran en un divertido juego del gato y el ratón que realmente les gustaba a ambos.

Todos estaban bien con eso, pero a ninguno de ellos les gustaba mucho las agujas, ese era el único problema.

Yo quería decirte que estoy cortejando a Ace, yoi - Marco parecía tan feliz por ello, y Ace quería que se lo llevara la chingada.

Está bien, hijo, ya sabes que les doy mi bendición, pero deben mantener el honor entre alfas y omegas. No quiero que hagan nada solo por instinto, quiero que ustedes logren que su relación de almas gemelas funcione. Marco, cuida muy bien a Ace - Marco asintió con una sonrisa gigante que no se le había visto en años.

Ace... Esto es como tener una hija. Bueno, cuídate. Tú... ¿Estás tomando medicamentos, yoi? - Ace no podía más con la vergüenza. En un segundo, ya estaba en la puerta, escapando de la situación.

¿Estás tomando medicamentos, Marco, yoi? - Marco rio por la preocupación de su padre.

Sí, yoi -