- Progenitor -

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Ace ya no estaba atrapado en la enfermería. Aunque en realidad tenía que estar escapando de los estresantes mimos de todos, y de los ojos adoloridos de Marco cada vez que tenía que revisar su herida. Por alguna razón, eso lo hacía sentirse muy mal.

Pero no se suponía que tenía que dejarse ilusionar, no ahora. Apenas todos supieran la verdad de él, del porqué es un fallo en este mundo, ni siquiera su alma gemela querría estar con él. Tener un alma gemela como Ace era sentencia de muerte, en todos los sentidos posibles.

Acababan de llegar a una isla nueva, una isla de otoño que a Ace le gustó. Todos bajaron y solo se quedaron algunos a los que no les agradaba mucho el nuevo clima. El chico con pecas decidió ir solo por el camino al bosque más cercano. Necesitaba estar un momento más en su elemento.

¿Hijo? - Ace alzó la vista para que sus jóvenes ojos se chocaran con aquellos que habían recorrido miles de historias a lo largo de la vida. Barba Blanca estaba sentado debajo de un árbol de otoño gigante, relajado, y sonrió hacia el chico de fuego.

No soy tu hijo... solo voy a seguir por aquí - Realmente Ace no tenía muchas ganas de pelear esta vez, solo quería encontrar un lugar más agradable para ahogar sus penas en un poco de paz.

Está bien... entonces, ¿por qué no te sientas al lado de este viejo? - Shirohige palmeó a su lado. Había raíces gigantes donde Ace se podía sentar. Miró a los lados un poco nervioso. Vamos, trató de buscar alguna excusa para decirle que no al hombre, pero no había nada. Solo tenía que quedarse sentado a su lado. Había conseguido escapar de las 2 horas diarias de convivencia, pero parece que el hombre no tenía intención de olvidarlo.

Okey... - Ace caminó hasta el lugar y se acomodó en una gran raíz.

¿Hay algo que te preocupa, muchacho? - Shirohige frunció el ceño. Él no haría nada de eso. Sus hijos son suyos y del mar.

No sé por qué eres tan amable. Si supieras quién soy, no me querrías tanto en tu manada - Ace gruñó, estaba frustrado. Quería acabar con todo esto de una vez. Si era inteligente, podría escapar de los terremotos en esta isla, y los demás no serían atacados. Eso lo sabía.

¿A qué te refieres con eso? - Shirohige frunció el ceño. Él y Roger se llevaban bien. Eran camaradas, amigos de batallas y siempre competían entre ellos. Pero no eran enemigos a muerte. No creas las estupideces que dicen los de la marina - Ace abrió la boca, como un pez, y miraba a todos lados. No sabía qué hacer, estaba confundido.

¿N-no quieres matarme? - La voz de Ace tembló y se sorprendió, dando un leve grito cuando la mano del hombre más fuerte del mundo lo acunó contra su pecho en un abrazo, como si fuera un niño pequeño.

Empujó, gritó y lloró, pero el hombre no lo soltaba. Ace trató de recobrar la respiración entre las lágrimas que aún no lo dejaban ver bien.

Déjame ir... - Ace trató de luchar otra vez, sus brazos estaban doliendo mucho y su abdomen también.

Escucha, niño, esto es algo que quiero que grabes bien en tu cabeza - Ace miró al hombre. - No importa quién sea tu progenitor, eres un hijo del mar, un pirata, y no existe nada más importante para un pirata que su honor. Ese honor está en su familia. Tú eres parte de mi honor, Ace, porque eres mi hijo. No importa en qué mar o en qué rincón del mundo te escondas, siempre seré tu padre, y acabaré con cada malnacido que se atreva a tocar a uno de mis mocosos - Ace estaba temblando, mirando impactado al hombre. Eran palabras audaces.

¿No importa? - Ace estaba agotado y su cabeza cayó en el pecho del hombre, sintiendo sus latidos cuando finalmente dejó de luchar. Sus piernas temblaban, apenas podía moverse.

Thatch iba a molestarlo, pero retrocedió cuando vio el aroma de depresión en Ace. Cuando el pecoso llegó al cuarto donde dormía, se acurrucó en su nido y se sintió en casa. Estaba seguro de que aquí no era un demonio, aquí solo era Ace, un omega que no era rebajado por su género secundario.

Sí... Bueno, les iba a dar una oportunidad. No eran piratas malos. Lo hacían recordar a Luffy y Bo. Tal vez no cambiaría de la noche a la mañana, pero ya no los mordería. Eso era algo... para Ace.

Fuego [Omegaverse][Finalizado][Corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora