- Café -

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Thatch estaba preparando un café para Marco; el hombre estaba cansado y necesitaba recargar sus baterías, así que fue una de las primeras cosas que hizo en la mañana.

Apenas Marco llegó a la cocina, adulteró el café con licor, cosa que a Thatch no le molestaba esconder del resto en la tripulación.

¿Te gusta mucho el café, Marco? - Ese era Ace entrando a la cocina, como cada mañana con dulce en la boca.

¿De dónde diablos consigues dulce? - Thatch no estaba a gusto con el alto consumo de Ace de dulces, pero, claro, él no sabía que Ace los necesitaba para su sistema, o tendría un bajón de azúcar y estaría teniendo desmayos muy pronto.

¡Secreto! - Ace se rió un poco del cocinero, que miró el café de Marco y luego a Ace como si un foco se prendiera en su cabeza.

¡Ace! ¿Por qué no pruebas el café hoy? - Thatch tomó una de las tazas de café que había hecho en la mesa, le retiró rápidamente la paleta de la boca al chico y lo hizo beber el café. Cuando Ace lo empujó, ya se había bebido la mitad de la taza.

¡Diablos, no! Él tenía narcolepsia; el café y los energizantes le joden el sueño.

¡Eso sabe asqueroso! - Marco sonrió, claro que era asqueroso para Ace. Después de todo, los opuestos se atraen, y Ace era mucho más dulce y picante que él. Él amaba el amargo y la comida sencilla, como los fideos con salsa. Mucho mejor para él.

¡Uy, eso va a ser un problema! - Los Spades rieron entrando a la cocina.

¿Por qué sería un problema que Ace beba un poco de café? - Izo escondió su curiosidad detrás de su abanico.

¡Imagínate cómo se pone Ace con un dulce de café! ¿Media taza? Es una bomba. - Banshee rió con los demás mientras se iban a sentar.

¡Eso no es gracioso! No me gusta; el café descontrola mi horario de sueño. - Ace gruñó por lo bajo.

¿Tienes horario de sueño, yoi? - Thatch y Marco preguntaron, alzando la ceja como si Ace fuera un niño de 5 años.

¿Por tu narcolepsia, hijo? - Ace le asintió al hombre, mientras se acomodaba en su silla en el comedor.

Sí, no es divertido tener que acomodar todo otra vez. A veces demoro meses, otras veces es mejor y solo días o semanas, pero a veces duele mucho. - A Marco le llamó la atención eso.

¿Cómo duele, yoi? - Marco era médico, así que la curiosidad era común para él.

¡Como si no pudiera dejar de llorar y mi cabeza diera mil vueltas! Simplemente mis ojos no se cierran, mis parpados duelen mucho, además mis oídos duelen por solo escuchar el mar. - Ace gruñó, esperaba que esta vez no doliera.

Uh, eso es complicado. Deberías dormir conmigo estas noches, para asegurarme de quitar el dolor si algo pasa, yoi. - Marco levantó su mano en fuego azul, dándose la idea correcta a Ace.

No sé... mi nido. - Ace estaba un poco nervioso por su nido.

¡Está bien, hijo! Marco es un buen alfa; puede entrar a tu nido. - Shirohige le sonrió a Ace, mientras Marco se ahogaba y recibía un guiño discreto de su padre.

Uh, ¿tú también quieres que duerma contigo esta noche? - Izo acarició la cadera de Thatch. El cocinero nunca lo dejaba entrar a su nido, ni en su cama, y llevaban siendo novios años.

Atrévete a tocar mi nido y vas a comer vidrio. - Izo tragó duro y lentamente retiró la cadera de su pareja.

¿Y tú? - Jozu le sonrió a Deuce, que bufó pero luego asintió sonrojado.

Jum, mis hijos están creciendo; espero poder ver a mis nietos. - Media tripulación se sonrojó.

¡Oyaji! - Ace podía jurar que el grito retumbó en todo el Nuevo Mundo.

¡Solo digo la verdad, hijos míos! - Pasaron las horas y el desayuno acabó. Ace se había escondido en su cuarto cuando los efectos del café comenzaron, es decir, lo usó a su favor. Con esa hiperactividad, no tenía más papeleo que hacer en los próximos dos meses. Aunque en realidad no le molestaba; era más tiempo para jugar.

Aunque cuando salió del cuarto, no fue muy divertido para los demás. De alguna manera, Ace había terminado haciendo un revoltijo de mapas por todo el barco, y en la cocina encontraron incluso un mapa dibujado con sal.

¡Es como un ritual satánico! - Thatch gimoteó, escondiéndose en el pecho de Izo.

¡Se los dijimos! - Deuce rió.

¿Sabes qué es lo que está pasando, yoi? - Marco miró a Deuce, que estaba sentado en las piernas de Jozu. Su hermano de cabello azul asintió y comenzó con su explicación.

Ace siempre está comiendo dulces, ¿verdad? - Thatch y los demás asintieron con esa afirmación. - Es porque su cuerpo procesa todo más rápido. Si no consume dulces y grasa, su cuerpo entra en un bajo de azúcar. Pero también pasa con lo demás; por ejemplo, Ace no bebe porque su cuerpo lo procesa muy rápido y lo quema, evaporando todo. Entonces, al beber café, su cuerpo lo consume, lo quema y absorbe la cafeína, convirtiendo a Ace en un cachorro con hiperactividad al 100%. - Marco suspiró.

¿Cómo lo acabamos, hijo? - Oyaji no quería lidiar con lo que serían sus hijos quejándose.

¡Tienen que cansarlo! - Deuce sonrió, y todos miraron a Marco, que los miró a todos y suspirando se paró de su lugar. Cuando salió del cuarto, estaba sonrojado. Él sabía cómo cansar a Ace.

La noche estaba cayendo y aún no lo podía encontrar. Ace había acabado con la mínima huella de su Haki, así que no tenían cómo encontrarlo. Claro que nunca encontrarían nada, porque cuando Marco alzó el vuelo para buscar desde la altura, lo que se encontró fue a Ace metido entre nubes en su forma de fénix.

El Omega se estaba revolcando en las nubes de manera imperactiva, mientras Marco apreciaba la belleza de su omega. No esperaba que su primera vez fuera a ser así y fuera de celo, pero las cosas son así ahora, más cuando se acercó y recibió un aletazo y volvió a perder a Ace de vista. Qué triste, que comience la búsqueda otra vez... yoi.

Fuego [Omegaverse][Finalizado][Corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora