𝐴𝑓𝑡𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤 ;; 𝗛𝗲𝗲𝗝𝗮𝗦𝘂𝗞𝗲 ✔︎

━ O14.

14. Heeseung

Cuando era pequeño, solía ver a mi madre llorar en su habitación por lo que podría decirse todo el día. Ella no se veía feliz, nunca, y debido a eso, yo tampoco era feliz. De pequeño solía buscarle las respuestas a todo. Siempre que sucedía algo, yo debía saber el porque de aquel suceso y eso incluía saber que hacía tan infeliz a mi madre. ¿Acaso era yo? ¿Yo la volvía infeliz? ¿Acaso era mi padre? Cuyo nombre, en ese entonces, era todo un misterio para mí, ¿o acaso simplemente era ella? Quien no estaba cómoda con su vida. No lo sabía y me frustraba no saberlo.

Sin embargo, un día, a mis diez años de edad, mi madre llegó a mí muy feliz y me dijo que nos ibamos a mudar. Al verla me puse feliz también, ya que, nunca antes la había visto así, y me puse a imaginar la clase de casa a la que nos mudaríamos. Imaginé un lugar pequeño, pero cómodo y cálido, con una amplia cocina, un gran espacio para poder jugar y quizás un segundo piso donde sería nuestra habitación. Imaginé todo de aquella casa, y me llevé una gran decepción al descubrir que el lugar a donde nos mudaríamos sería una mansión.

Al inicio no me gustó. Lo detestaba. Odiaba su gran tamaño, las habitaciones innecesarias que existían —apenas si usaba tres de ellas—, el jardín lleno de plantas e insectos y la cantidad de personas que trabajaban ahí. No me gustaba nada, pero a mi madre sí y fue por ella que hice intento de adaptarme.

Durante el primer mes, intenté entender como había logrado ella conseguir ese lugar. No sabía que clase de trabajo tenía o que había hecho para llevarme ahí; sin embargo, deseaba saberlo. Con el segundo mes, las cosas cambiaron un poco. Solo estabamos ella y yo en ese lugar viviendo como reyes. Me estaba adaptando, ya no me disgustaba tanto el hecho de que la casa fuese gigantesta y me emocionaba saber que iría a una escuela diferente, una privada. Todo parecía ir bien, hasta que llegó el tercer mes y fue cuando me di cuenta de mi realidad. Tres personas aparecieron en la mansión. Un señor, una señora y su pequeño hijo. Mi madre me dijo que ellos eran los verdaderos dueños y yo solo pregunté si nos iban a botar. Luego de eso, estaba en la oficina del señor descubriendo que aquel hombre era mi padre.

Al principio creí que era una clase de broma por parte de mi madre. Ella no podía hacerme eso, ella no podía haberme ocultado esa información y luego decirme que tenía un padre y además de eso un hermano. Cuando me di cuenta que no era una broma, me enfadé. No solo con ella, con todos en ese lugar y crecí con ese enfado hasta la secundaria.

Realmente no estaba interesado en ser cercano a mi padre o Jay. No quería ser parte de sus vidas, solo quería vivir la mía en calma. Estaba dispuesto a terminar la escuela, y una vez finalizada, largarme de esa mansión y hacer de mi vida lo que quería. Ya lo había decidido, solo debía cumplirlo; sin embargo, vi algo que me dejó sin palabras justo un día antes de empezar la secundaria. Vi a padre golpear a mi madre sin piedad alguna y con una sonrisa en el rostro.

La impotencia que sentí de no poder haber hecho nada para ayudar a mi madre me dejó devastado. Comencé a cuestionarme cuantas veces lo había hecho sin que yo supiera, o si lo hacía también con la madre de Jay o si golpeaba a Jay también. No solía estar en casa, por lo que me enteraba muy poco de lo que sucedía, pero después de eso, decidí acercarme a Jay.