𝐴𝑓𝑡𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤 ;; 𝗛𝗲𝗲𝗝𝗮𝗦𝘂𝗞𝗲 ✔︎

━ O22.

22. Sunghoon

Cuando era pequeño, creía que el mundo era bueno, que todas las personas buscaban el bien común de todos y que la maldad no existía.

Estaba equivocado.

Tuve que descubrír, de una muy mala manera, que el mundo en el que vivía era un completo desastre y que muchas de las personas solo buscaban su propio bien. Comenzando con mis padres, quienes tomaron la tonta decisión de casarse solo porque iban a tener hijos; ellos nunca buscaron el bien común de su familia, sino todo lo contrario.

Mi padre era un drogadicto que no tenía donde caer muerto. Se drogaba a cualquier hora del día y luego pretendía que nada sucedía. Su única preocupación era el dinero para comprar más droga y se olvidaba por completo de sus propios hijos. Jamás les mostró el mas mínimo afecto, siempre solía alejarlos de él y les decía que se fueran a otra parte. Nunca los amó y un día simplemente decidió irse y no regresar más. 

Mi madre era alguien con demasiados problemas de ira. Si algo no salía como ella quería, se enfadaba y se desquitaba con lo más cercano que tenía. Sus hijos siempre estaban con ella y ella siempre estaba enojada. Su única preocupación en el mundo era verse bien, utilizar ropa de diseñador y tener a alguien cada noche con quien coger, no importaba si era su esposo, amigo o chofer, solo necesitaba a alguien. Sus hijos siempre supieron que ellos no eran amados por ella, y por esa razón, no les dolió cuando despertaron una mañana con una carta donde decía que ella se iba para no volver, o al menos eso digeron.

Lia y yo nos quedamos "huérfanos" a la edad de diez años y creíamos que estaríamos solos por el resto de nuestras vidas, hasta que nuestro tío decidió que sería bueno que vivieramos con él y cambió nuestra idea. Al inicio pensamos que no sería malo, pues era nuestro tío y nunca nos había mostrado nada inquietante; sin embargo, en cuando nos mudamos con él, descubrimos que no todo era como aparentaba y que había demasiada tensión entre su familia.

Nuestro tío nos dijo que podríamos quedarnos en su casa solo si cumpliamos ciertos requisitos. A Lia le dio unas reglas y a mí otras. Cada uno debía cumplirlas, ya que en caso de no hacerlo, seríamos castigados de igual manera que su hijo. No nos quedó otra opción más que obedecerlo.

Los años pasaron y las cosas iban funcionando, los mellizos obedecían en todo y eran los menos castigados en la familia. Todo cambió cuando un día, uno de los mellizos descubrió que el otro estaba comenzando una investigación para saber el paradero de sus padres. Ese mellizo era yo.

Siempre fingí que no me afectó haber sido abandonado por ambos padres y que de hecho, eso fue lo mejor que me pudo suceder; sin embargo, no era así. Por dentro, yo moría de tristeza y no era debido a los traumas que mis padres me ocasionaron, sino era debido al hecho de que nunca conseguí hacer que me amaran. Jamas entendí porque, incluso llegué a pensar que había algo malo conmigo. Por eso, cuando tenía quince, comencé a buscarlos. Quería saber que era de sus vidas, si habían cambiado o si seguían siendo las mismas personas irresponsables que eran, pero a Lia no le agradó la idea debido a su gran resentimiento y, prefirió acusar a su hermano ante su tío en vez de apoyarlo. Obviamente me enfadé, pero luego la perdoné, pues era mi hermana y en teoría, era lo único que tenía de familia. Luego seguí con mi investigación y descubrí que nuestra madre vivía en Filipinas con su nueva familia y que nuestro padre había muerto un año atras debido a una sobredosis.