❝ Dime que sigues siendo mío,
Dime que estaremos bien,
Incluso si pierdo la cabeza. ❞
❝ Dime que no es mi culpa,
Dime que soy todo lo que quieres,
Incluso cuando rompo tu corazón. ❞
♡♡
━━ Completa. Extensión: Prólogo + 24 capítulos + Epílogo.
Segu...
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¿Cómo podía comenzar el final cuándo no quería que se acabara? No estaba lista para hacerlo.
Mis sentimientos eran demasiados, sentía tanto por los cuatro y eso me había causado una confusión por mucho tiempo; sin embargo, había uno en especial que hacía latir mi corazón con más fuerza desde que lo conocí y sabía que era momento de tomar una decisión.
Pero, ¿qué haces cuando no quieres tomar una decisión por el miedo de lastimar sus sentimientos o los tuyos? ¿Qué haces cuando estás tan herido que te asusta la idea de estar con alguien? Porque sí, yo realmente quería estar con él, deseaba tenerlo solo a él, pero mi miedo a ser lastimada y abandonada me impedía hacerlo a pesar de todo mi amor por él.
Nunca había demostrado mis debilidades, mucho menos cuando aquellas debilidades se trataban de personas que me agradaban; sin embargo, lo había hecho con ellos. Ellos sabían que eran mi debilidad y debido a esa debilidad mi falta de jucio se convirtió en un problema. Cuando los tenía cerca mi mente no funcionaba, en especifico cuando se trataba de él, y no importaba cuanto me esforzara por hacer que cambiase, nada me servía. Con ellos olvidaba todo lo malo y pensaba en lo bueno, pero sabía que no estaba bien olvidar lo malo.
Debía recordarlo, tenerlo presente en mí. Aquella experiencia era significativa. Debía recordar que en algún momento fui lastimada por ellos incluso si nunca lo admití y que también yo los lastimé incluso si no fue con esa intención. Entonces, ¿cómo dos personas que se lastimaron podrían empezar algo sin tener miedo de volverse a lastimar? No había respuesta, solo acciones. Quizás esa era la respuesta.
Atreverme. Hacerlo con miedo, ya que, de hecho, estaba aterrada. En algún momento yo creí que podría construir algo hermoso con él, pero luego me di cuenta de que me tomaría mucho conseguirlo y definitivamente era por mí y no por él.
Él no era el problema, el problema eran mis recuerdos tormentosos que, de alguna manera, me hacían estropear mis relaciones con los demás. Sé que nunca lo mencioné o admití, pero, en realidad, me asustaba y no solo era debido a mi espíritu al cual le gustaba sentirse libre, también era debido a todas las experiencias que había vivido desde que era pequeña hasta ese momento. Si me ponía a analizarlo de la misma manera que siempre, con sumo realismo, yo no estaba bien. En lo absoluto. Quería cambiarlo, necesitaba cambiarlo, lo tenía muy claro y planeaba hacerlo.
Por esa razón, había una desde hace mucho.
Me encontraba en la universidad, había terminado de realizar unos trámites y me estaba dirigiendo al salón donde tendría mi clase. Caminaba por el amplio pasillo cuando de repente sentí a alguien abrazarme por la espalda para después depositar un corto beso en mi mejilla.
