𝐴𝑓𝑡𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤 ;; 𝗛𝗲𝗲𝗝𝗮𝗦𝘂𝗞𝗲 ✔︎

━ O2O.

20. Jake

Nunca me he llevado bien con mi madre, eso lo sabía. Si yo hacía algo, ella se enfadaba y si ella hacía algo, yo me enfadaba. No coincidiamos en nada.

Solía creer que solo eran pequeñas diferencias, algunos encuentros entre madre e hijo que ocacionaban fuertes discusiones, pero, cuando mi madre gritó que no me amaba, entendí que no era eso. Asumí que, quizás todo se debía al hecho de que yo era muy parecido a mi padre, en todo sentido.

Él nos abandonó cuando yo tenía diez años, justo en el peor momento, pues mi madre había perdido su trabajo y ya no teníamos dinero debido a papá.

Antes de eso, mi padre solia estar en los dos estados de animo de siempre: Molesto o muy molesto. El bebía en exceso, y se enfadaba si alguien intentaba detenerlo, decía que su único verdadero amigo era el alcohol. Mi madre era quien lo detenía, o al menos eso intentaba, pero no lo conseguía ya que él la golpeaba.

Ninguno se soportaba, se trataban como enemigos más que como una pareja de verdad. Se decían cosas hirientes y trataban mal al otro. A veces intentaba interferir, pero cuando eso sucedía, ellos me apartaban y me decían que no debía entrometerme, luego, cuando recordaban que tenían un hijo, se arrepentían en voz alta y deseaban no haberme tenido jamas. Yo era un error.

Crecer escuchando todo eso lastimó, me arruinó. Digo, son tus padres y como tal, su único objetivo debía ser proteger a su hijo. No sabía que a ellos no les interesaba eso. Terminé por creer que no aportaba nada bueno en el mundo.

Luego de haber sido abandonandos por mi padre, mi madre buscó maneras de sobrevivir. Quería conseguir trabajo, pero nadie se lo daba y eso le frustraba y lamentablemente, se desquitaba conmigo diciendome lo mal hijo que era. Fue así por un año, hasta que de repente, ella cambió.

Mi madre dejó de usar la misma ropa agujereado de siempre y comenzó a usar blusas de diseñador, vestidos elegantes y entre otroas cosas. No entendí como era posible que ella haya podido conseguirlo cuando apenas teníamos para subsistir. Decidí enfrentarla, pero la única respuesta que obtuve fue un "No te debe de interesar, Jake." Así que decidí hacer eso, no interesarme.

Con los años, fui decayendo. Las palabras de mi madre me herian más y no tenía a nadie quien me escuchara. No me sentía bien conmigo mismo, nunca, y gran parte del tiempo me convencía de que todo para mi madre sería mejor si yo no estuviera vivo, pues no dejaba de repetirme lo mal hijo que era. Siempre había estado buscando las formas de lastimarme y cuando a los trece años conocí el alcohol y los cigarrillos, supe que eso funcionaría.

Cada día, me reunía con chicos mayores cuyo propósito era el de embriagarse juntos y regresaba a casa tarde; mi madre se quedaba despierta solo para discutir más conmigo. No le gustó saber que bebía y no tardó nada en recordame que eso mismo hacía mi padre. Aquella noche me enfadé y la confronte, le dije que estaba así de mal por ella, pero decidió fingir que no era cierto.