𝐴𝑓𝑡𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤 ;; 𝗛𝗲𝗲𝗝𝗮𝗦𝘂𝗞𝗲 ✔︎

━ O21.

21. Dabin

Desperté en la habitación del hospital. Lo último que recordaba era yo sintiendome mal y a punto de colapsar. Al abrir los ojos me sorprendí al encontrar a mis cuatro chicos favoritos y a mis mejores amigos en la habitación. Se sintió bien, pero luego, cuando Soojin me contó lo que había sucedido, ya no se sentía tan bien.

Por alguna razón estuve avergonzada. Me volví a sentir como la Dabin de dieciocho años que se culpaba por lo sucedido, pero después de una largar plática con la tía Jina aquel sentimiento era normal y que debía tormarme mi tiempo. Y eso hice, me tomé mi tiempo para volver a hablarle a los chicos sin sentirme así. Fue rápido en realidad, pues dos semanas me acerqué a ellos con normalidad. No quería que mi mente los culpara por algo de lo que ellos no tenían culpa.

Me enteré que los chicos estaban dispuestos a ayudarme con la venganza, lo que les agradecí ya que haber cargado con mi plan más de dos años comenzaba a hacerme efecto. Estaba agotada, así que no me pareció mala idea confiarles el plan, de todas maneras, estaba segura de que no me traicionarian ya que eran ellos, y ellos estaban dispuestos a darlo todo por mí como yo por ellos.

Me encontraba en el comedor de la universidad, esperando a que Soojin terminara su clase para luego dirigirme con ella al partido de baloncesto que habría ese día horas después. Revisaba mi teléfono en calma cuando de repente escuché la irritante voz de Injun en el lugar.

—¡Dabin! —gritó acercandose y captando la atención de todos alrededor—. Ya debes de estar feliz, ¿verdad? ¡Por tu culpa hemos ido a la quiebra! —confesó sumamente molesta.

—Pues me alegro. Ese dinero ni siquiera debió haber sido nuestro.

—¡Maldita resentida! ¡Solo tenías que cerrar la boca, Dabin! Ahora, ya no tienes nada. Ni casa, ni autos, ni dinero. ¡Nada! Ni siquiera una familia que te apoye.

—Pues, no me interesa, Injun. Es más, de hecho me alegra saberlo.

—¿Te pone alegre saber que destruyes a tu familia? Cuando ella es la que te dio todo lo que tienes ahora.

—Sí, me pone muy alegre en realidad —confesé con una sonrisa burlona. Estaba cansada del drama en mi familia. Ya no quería fingir que en realidad lo estaba disfrutando.

—¡Eso! —exclamó señalandome con el dedo—. Fue exactamente por eso que te echaron de casa, por tu obvia inmadurez y falta de conciencia. Es bueno saber que mis tíos se dieron cuenta de la clase de hija que tenían y decidieron deshacerse de ti. ¡No les importas, Dabin! Nunca les importaste.

—Sí. Y me di cuenta de eso muy tarde, pero al menos conseguí darme cuenta. No como tú, que sigues viviendo con la idea de que tu papito regresará. Él tampoco te quiere, Injun. ¡Nunca le importaste!

Ella me miró con odio. Alzo su mano para darme una bofetada, pero antes de que lo consiguiera sujeté su mano en el aire y con mi otra mano libre golpeé su rostro con fuerza.