Aquellos adultos aún jóvenes hurgaban como buitres las habitaciones de la casa de Bo, se llevaron todas las pertenencias de valor, se llevaron joyas, algunas piezas de platería de la vajilla, se llevaron tantas cosas como pudieron, a T/N no le importaban, estaba sentada al frente de la mesa ratona. El abogado la había hecho leer ante un notario más temprano los términos de relación para que todos quedaran en paz.
Ella había renunciado a la casa tradicional que Bo tenía en Hokkaido que Bo había heredado a su vez de su esposo, no le pareció correcto ser dueña de algo que no había conocido y que, en primer lugar, era de un hombre que ni siquiera conoció. Les permitió también llevarse todo lo que quisieran de la casa de Bo, así se libraría de ellos por una buena vez.
A la menor no le habían permitido asistir a los rituales funerarios de su madre adoptiva, dijeron que era un evento netamente familiar, así que no había necesidad de que fuera. A T/N le gustó no asistir, de cualquier manera, ella era quien se había encargado de Bo durante sus últimos meses y fue quien la vio morir, le parecía absurdo tener que permanecer a cuidar los restos del cuerpo de su madre adoptiva mientras recibía condolencias de desconocidos que de seguro la estarían juzgando de arriba abajo.
Con ayuda del abogado habían llegado a la conclusión de que la casa ancestral de su padre sería vendida y el dinero resultante de la venta sería dividido entre sus hijos biológicos, a T/N le dejarían el apartamento y la promesa de no volverla a molestar, pero no tendría acceso a la cuenta del seguro de vida de su madre. Habían dejado bastante claro que ya era demasiado aprovecharse de la generosidad de una anciana, vivir sin haber pagado alquiler durante años y heredar un hogar cómodo solo por la compañía. Seguían tratando a T/N con desdén y desprecio, pero a ella no le importaba, solo quería que se fueran, no necesitaba el dinero de Bo. No necesitaba nada que pudiera hacer a esos miserables arrancarse los cabellos entre sí.
Cuando finalmente se fueron, la casa había quedado un poco más vacía, se llevaron los jarrones llenos de bambú, se llevaron algunas cortinas, juegos de cama, ropa de Bo, zapatos, cubiertos, vajilla, tazas, platos, vasos, dejaron los que estaban algo dañados, un poco rotos y desgastados. Las prendas de valor de Bo también se las habían llevado, los juegos de té, el estuche de maquillaje tradicional y el sake que Bo guardaba para ocasiones especiales.
La casa había quedado casi completamente vacía. Parecía que solo quedaba T/N sentada frente a la mesa ratona. Pasaron los minutos que se convirtieron en horas y ella seguía en la misma posición frente a esa mesa ratona. De seguro ya sería medio día; sus días se habían sentido muy vacíos, ya había pasado una semana, en el trabajo le habían dado 12 días libres por el luto, no había comido nada en varios días, no había necesidad. Durante esos días había recordado las palabras de alguna abuela que en algún momento tuvo cuando era una infanta luego de la muerte de su padre, "hoy ayunaremos, el hambre nos ayudará a entender el vacío que dejan los que amamos cuando se van". Pero ella no había sentido nada de hambre en días.
Un toqueteo en la puerta la hizo salir de su aislamiento. Se levantó lentamente y se dirigió a la puerta, quiso preguntar quien era antes de abrir, pero el agotamiento solo la hacía apurarse para terminar con todos los asuntos posibles tan rápido como pudiera. Abrió la puerta y se encontró con el abogado que había estado ayudando con la herencia y la separación de bienes después de la defunción de Bo, venía acompañado de una sombre detrás de él que apenas si captó la atención de T/N, ella se hizo a un lado para dejarlos pasar y volvió a tomar su posición inicial sentada ante la mesa ratona.
- Buenas tardes, señorita Kakureru. Veo que sus hermanos adoptivos ya han retirado las pertenencias acordadas – la voz del abogado volaba a través del aire y resonaba en aquella habitación que, al estar más vacía, producía eco -, como bien sabrá, no puede tomar la totalidad de la herencia acordada por su minoría de edad sin un guardián, así que, considerando su caso y sus antecedentes se le asignó un custodio, tal como se lo había explicado hace días.
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Reporte de Misión (Aizawa Shouta x T/N) +21
AcciónMientras estan en formación en la U.A. tres chicos con la aspiración de convertirse en heores: Aizawa Shouta, Hizashi Yamada y Oboro Shirakumo son llamados los Tres Tontos de la Clase 1A. Estos tres mejores amigos un día durante una misión mientras...